Cuánto cuesta divorciarse: las cifras del "borrón y cuenta nueva"
Si es de mutuo acuerdo. Si es controvertido. Si hay hijos. Si hay muchos bienes por dividir. Cuando se termina el amor, muchas son las cosas que deben tenerse en cuenta antes de decidir «dar un portazo». La idea casi idílica de «no te amo más» o «que cada uno siga su camino» pasa sólo en las comedias románticas. La verdad es que, tanto si ambos integrantes de una pareja deciden que la cosa no va más, como si uno de los dos toma la iniciativa, divorciarse es un proceso arduo desde lo emocional, lo psicológico y hasta lo económico.
Tanto, que muchas personas optan por separarse y seguir casadas toda la vida con tal de no enfrentar los gastos que implica un divorcio. Aunque esa decisión tiene algunas contras: mientras dos personas siguen casadas, los bienes siguen siendo gananciales y, por otra parte, si alguno de los dos rehace su vida, gasta con su nueva pareja dinero que es del otro (con todos los roces que eso genera).
Por lo cual, siempre será mejor divorciarse. Y para eso, básicamente, hay que estar casado.
Al respecto, la abogada Ana Rosenfeld confió a Infobae que «lo que pasa normalmente es que la gente no quiere casarse por lo que sale casarse y más aún divorciarse, pero ocurre que, cuando no te casaste, divorciarse es una imposibilidad jurídica«.
«Al no existir matrimonio, no existe ganancialidad», remarcó la letrada, para quien «al momento de separarse, es ‘más caro’ no haberse casado».
Consultado sobre cuánto cuesta divorciarse, el abogado Mauricio D’Alessandro consideró que «el divorcio es un gusto que sólo se pueden dar los ricos; el resto no lo hace porque no tiene plata, porque son caros los abogados o porque no quieren vender la casa».
Tras destacar que de un millón de separados que hay en la Capital Federal, sólo 100 mil están divorciados, el abogado reveló que «el hombre siempre esconde la plata» y sentenció: «Al rico le cuesta poco divorciarse porque tiene poco declarado».
Haciendo números
«Los abogados hemos ‘macdonalizado’ el derecho», ironizó D’Alessandro, aludiendo a la cadena de comida rápida que ofrece diferentes menús a diversos precios.
Al hablar de sus honorarios, detalló los diferentes «combos»: «Sin hijos/sin bienes, por 5 mil pesos se divorcia; con bienes (una casa de 200 mil dólares, dos autos y un terrenito en San Bernardo) y con hijos, tiene un valor de entre 3 y 5 mil dólares, y, por último, si el marido tiene casa en Nordelta, un departamento en Libertador, se puede cobrar hasta el 10% de lo que le corresponde a la mujer».
Al respecto, Rosenfeld remarcó que si el divorcio es de común acuerdo los honorarios de los abogados son menores, porque el trabajo es menor. «Ahora, si es contradictorio y el trabajo del abogado es fundamental para que salga la sentencia, la ley autoriza a cobrar entre el 7% y el 11% de los bienes a recuperar», explicó.
Un tema importante es que para la división de bienes no importa si hay culpables. Siempre es 50 y 50. «Si al hombre lo encuentran teniendo sexo con tres mujeres en un hotel y además se descubre que tiene hijos extramatrimoniales, de todos modos le tiene que dar la mitad a la mujer», ejemplificó D’Alessandro.
Donde sí las culpas tienen incidencia es en la cuota alimentaria, otra cifra que suele ser motivo de fuertes disputas en los juicios de divorcio.
Rosenfeld destacó que hay pocos casos en los que la mujer cobra cuota alimentaria: sólo ocurre si tiene una edad avanzada como para trabajar o bien si tiene hijos chiquitos y no puede trabajar. «También se estila si es culpable el hombre, como recomposición del daño o en concepto de daño moral», dijo.
En el mismo sentido se expresó D’Alessandro: «Si uno tiene una culpa en la separación, el otro cobra alimentos de por vida; generalmente, como se dividen bienes, los alimentos son para los hijos».
La cuota alimentaria suele ser entre un 30% y un 35% de lo que gana el hombre, «aunque si el hombre gana 100 mil dólares, la cifra baja y se ajusta a lo que necesita el hijo para vivir», puntualizó el letrado.
Si bien la ley obliga a los padres a pagar alimentos a los hijos hasta los 21 años, el nuevo Código Civil prevé que el beneficio se extienda hasta los 25 si el joven estudia en la universidad.
Entonces, ¿divorciarse o separarse?
D’Alessandro brindó el dato no menor de que, «mientras te estás divorciando, los bienes siguen siendo gananciales», a lo que Rosenfeld agregó: «Sí o sí hay que divorciarse; a la mujer le enoja que la plata ganancial la gaste el hombre con otra pareja».
«El costo del divorcio es una moneda que el hombre pone por delante para no dividir bienes porque eso lo perjudica económicamente. El hombre le llena la cabeza a la mujer para no reconocer lo que le corresponde», opinó Rosenfeld.
Sobre los maridos que «esconden» bienes, la abogada consideró que «la que sabe todo de verdad es la mujer; por más que el hombre posea bienes no declarados, la mujer sabe. Ese blanqueamiento el marido no lo hace en papeles, pero al momento de divorciarse la mujer tiene que encontrarlos«.
Rosenfeld insistió en que «el costo de divorciarse es más emocional que económico y pasa por lo que cuesta reorganizarse, sobre todo a la mujer, que tiene que pasar a ser madre y padre». «Depende de la cuota que pase el padre; más allá de que parezca antiguo, el costo es un costo de opresión del marido para no darle a la mujer lo que le corresponde».
Para ella, «siempre es más caro no casarse que divorciarse» ya que, «si no te casás, no tenés derechos».
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