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A poco de cumplirse los dos años del fallecimiento de Carlos Sforza la comunidad junto a su familia brindan un reconocimiento a la obra del escritor. Se donará para que todos puedan consultar los libros que ocuparon la variada biblioteca del hombre de letras durante su vida.

El sábado 19 de noviembre a las 20.00 en la  Biblioteca Municipal Domingo F. Sarmiento se realizará el traspaso de la biblioteca personal de Carlos Sforza al sitio municipal. De éste modo quedarán oficialmente incorporada a la mencionada institución las valiosas obras que el escritor acumuló en su prolífica vida el escritor. En la oportunidad se tributará homenaje al escritor.

La obra del escritor Carlos Sforza ̶ ensayos, cuentos, novelas ̶ es tan abundante como lo son sus premios, entre los que se cuentan el Fray Mocho , la Faja de Honor de la SADE, la Faja de Honor de la Asociación de Escritores Argentinos, escribe a modo de homenaje la profesora María Gloria Traverso.

También fueron múltiples sus actividades: se desempeñó durante décadas como docente, fue miembro de prestigiosas instituciones culturales, ejerció el periodismo durante toda su vida adulta.

Autor de numerosos ensayos, publicó seis novelas, y cuentos que aparecen en ocho volúmenes propios y en una decena de obras colectivas.

La ciudad y las personas que la habitan, las costumbres y los mitos, lugares y hechos contemporáneos y otros distantes en el pasado , todo aparece en la obra de Sforza focalizado y destacado por su rica imaginación, por su estilo particular, por diversos planteos estructurales, en un realismo a veces arrebatado por lo fantástico o por lo misterioso.

Los hechos históricos se mezclan con la ficción, en tanto los personajes ̶ algunos comunes, otros extraños ̶ avanzan hacia un final trágico, o hacia un final no explicitado que compromete más la participación del lector; incluso hay desenlaces cómicos, porque el humor es un ingrediente que no falta en la narrativa sforciana. En ella, uno de los motivos reiterados son las casas. El autor rescata las huellas que sus criaturas dejaron en su paso por la vida. Las casas en las que han ocurrido los hechos contados, están impregnadas de la atmósfera del relato y, en un sentido profundo, tienen que ver con la necesidad del hombre de perdurar.

Cuando me pidieron que escribiera unas palabras evocando al escritor cuya biblioteca personal será recibida en calidad de donación, recordé de inmediato que, tanto en charlas de amigos como en disertaciones públicas, era frecuente escuchar a Carlos referirse a sus primeras experiencias en las bibliotecas, en su infancia y en su adolescencia; especialmente hablaba de la Biblioteca Popular “Mariano Moreno” del Partido Socialista, se explayaba en detalles de su funcionamiento y enumeraba, con especial complacencia, obras allí leídas.

Alguna vez escribió: “Es que el paso por las bibliotecas no se olvida. Como no se puede dejar el libro”.

Tampoco se puede olvidar a un hombre íntegro que hizo tan valioso aporte a la cultura regional, y que un día, el 21 de noviembre de 2014, como dice en su cuento preferido, “Necesitaba ir a alguna parte”. “Pedí un boleto y me lo vendieron. Tal vez, pienso ahora, toda mi vida me llevó a tomar ese boleto. Ese destino fue quizá la suma de mis opciones anteriores”. Entonces, inició el viaje, “único pasajero del tren único”, sólo con “Boleto de ida”.

No obstante, los victorienses lo veremos siempre caminar por nuestras calles, con su bonhomía y su mirada observadora, y volveremos a encontrarnos con él en el mundo pueblerino recreado en sus obras, remarcó Traverso sobre el escritor fallecido hace 2 años en Victoria.