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Mauricio Macri sentó ayer en su despacho de Casa Rosada a María Eugenia Vidal y a la primera plana del Gobierno nacional. Rodeado por Marcos Peña, Mario Quintana, Rogelio Frigerio, Horacio Rodríguez Larreta y Esteban Bullrich, el Presidente redobló la apuesta política y advirtió que no cederá ante los gremios docentes que reclaman una convocatoria a paritaria nacional.

«No vamos a aflojar. El sueldo docente debe ser definido por cada provincia y no nos van a arrastrar a la confrontación por más que anuncien nuevos días de paro. No vamos a nacionalizar el conflicto», fue la orden que impartió Macri ante la gobernadora de Buenos Aires, el jefe de Gabiente, el ministro coordinador, el ministro del Interior y Obras Públicas y el jefe de Gobierno porteño. Para Macri, los gremios docentes que lideran Roberto Baradel (SUTEBA) y Miguel Angel Díaz (UDOCBA) están penetrados por el kirchnerismo y persiguen fines políticos más allá del reclamo salarial. Por eso el Poder Ejecutivo Nacional no quiere emitir señales de debilidad en pleno año electoral y están dispuestos a sostener una oferta de mejora de haberes que, por ahora, no supera el 20% con cláusula gatillo atada a la inflación del INDEC.

La presencia de Bullrich ayer en Casa Rosada junto a Vidal, Peña, Rodríguez Larreta y Frigerio no pasó inadvertida y es un dato electoral vinculado al conflicto docente. Desde que Jorge Macri fue descartado por la Casa Rosada como precandidato de Cambiemos para la provincia de Buenos Aires, el ministro de Educación de la Nación comenzó a adquirir volumen político. Es la figura que sacará a relucir la Casa Rosada como contracara de Baradel a partir de mediciones de opinión pública que ratifican el alto nivel de rechazo que genera el gremialista asociado al kirchnerismo. De hecho, Bullrich ya tiene agendado un acto junto a Frigerio para anunciar, esta semana en Formosa, un plan para construir 50 nuevas escuelas en todo el país. Buscan así contrarrestar el paro que tendrá a los alumnos fuera de las aulas al menos hasta el viernes .

En el massismo ya tomaron nota de la inminente irrupción de Bullrich como precandidato bonaerense y ayer el intendente Luis Andreotti (San Fernando), atendió al ministro desde el Frente Renovador: «El primer responsable es el ministro de Educación Nación (Esteban Bullrich), quien se quiere desligar del conflicto cuando en el esquema tributario actual, el 75% de los recursos que recauda el país se los queda el Gobierno nacional. La educación es una prioridad, es la inversión en el futuro. No se puede ahorrar negándole los recursos a nuestras escuelas».

En ese contexto también se inscribe la decisión de Macri de no convocar a paritaria nacional docente. Buscan preservar a Bullrich del conflicto y que la negociación salarial sea asumida por cada gobernador de provincia sin intervención de la Nación. En Casa Rosada estiman que el Gobierno no lograría ningún rédito político convocando a paritaria nacional y que debe ser cada mandatario provincial quien asuma los costos y beneficios de la negociación salarial docente.

La baja de línea de Macri en la reunión con Vidal, Peña, Quintana y Bullrich marcó el inicio de la semana presidencial, a la espera del anuncio del paro de la CGT que este jueves reunirá la Consejo Directivo. «Nos votaron para que hagamos un cambio y esta decisión del Presidente tenemos que respaldarla bajo cualquier circunstancia», completó Peña ante la gobernadora, el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los ministros del Ejecutivo.

«No podemos recular con esta decisión. Sabíamos que iba a tener consecuencias. Los estamos quebrando hacia adentro. Ya hay 14 provincias que cerraron acuerdos y varias más que están cerca de empezar las clases. Hace un mes que estamos diciendo que la Nación no paga los salarios de los docentes. No hay distinción con los policías, los enfermeros, y los médicos. Son las provincias las que pagan los sueldos y es un reclamo histórico de los gobernadores», explicó un ministro a Ámbito Financiero al término de la reunión celebrada en Casa Rosada.

En cuanto al paro general de la CGT que se anunciaría para el 6 de abril, en el Gobierno no existen demasiadas expectativas para desactivarlo. Es más, consideran que la fecha del paro podría descomprimir el mal humor social y fortalecer, al menos por un tiempo, al debilitado triunvirato de Juan Carlos Schmid, Luis Acuña y Héctor Daer. La central gremial cedió ante los reclamos del kirchnerismo después de los desmanes en la marcha de la semana pasada y ahora el Gobierno sólo negocia el tenor de la protesta. El objetivo, tal como anticipó ayer Ámbito Financiero, es que se convoque a cese de actividades en todo el país pero sin movilización a la Plaza de Mayo.

EZEQUIEL RUDMAN

Para: Ambito.com