messi

Feliz. La mayoría de las imágenes tomadas ayer en Ezeiza mostraron al rosarino contento. La selección lo precisa encendido.
Llegó Lionel Messi, señores. El último en sumarse a la selección nacional, junto a Javier Mascherano. No importa que tenga menos tiempo de trabajo que el resto. Claro que no. El rosarino podría ir directamente desde Ezeiza al Monumental y jugar. Es el único habilitado para eso. El que hace la diferencia, como cuando despejó los fantasmas que empezaban a cernirse en el camino a Rusia. El que marcó el golazo de tiro libre que quebró a Colombia en San Juan y metió a Argentina al menos en repechaje al finalizar el año. Un desahogo apenas, pero hipernecesario, para que hoy no se hable de un clima de nervios extremo en la previa de un choque tan importante como el de Chile.

Ya sin el rubio platinado con el que sorprendió cuando estuvo en la primera convocatoria de Edgardo Bauza en Mendoza, se colgó el equipo al hombro y derrotó al entonces líder Uruguay por 1 a 0 en Mendoza. Fue después que le dio el «sí» al Patón, tras haber renunciado a la selección luego del penal errado y la nueva decepción en la Copa América. Pero llegaron las ausencias por lesiones, los empates insípidos, la caída inesperada en Córdoba ante Paraguay, la goleada en Brasil ya con él en la cancha (porque también es humano) y la resurreción indispensable ante el once de Pekerman. Mejor que Argentina jugó en San Juan ese partido, tal vez la presión en el Monumental hubiera sido intolerable. Y en el Bicentenario, Messi tuvo la serenidad para colocar en un ángulo un tiro libre complicado para acabar con todo el nerviosismo.

Llegó Messi ayer a la madrugada a Ezeiza, de ahí se fue a pernoctar al complejo de AFA que está ahí cerquita y en la práctica se lo vio siempre sonriente. No hay un peso extra sobre sus hombros, no se le notó en cada imagen que llegó a los medios. Como todo el plantel, no habló con la prensa, manteniendo el status quo que decidieron los jugadores de castigar al público con el silencio, después de una crítica extrafutbolística a Ezequiel Lavezzi de parte de un periodista de Buenos Aires. El Pocho, que evidentemente tiene otros argumentos amén de los profesionales para ser de nuevo convocado (en vistas de que casi no juega en el ignoto fútbol chino), fue parte del clima optimista. Nada mejor para preparar un partido de semejante importancia.

Porque a no confundirse. Pasó mucho tiempo, la tormenta parece haber menguado, pero el partido de mañana en el regreso a Núñez es de vital importancia. Argentina está en el repechaje, no hay que olvidarse. Y Chile, el que adquirió kilates desde los tiempos de Bielsa, Sampaoli y ahora Pizzi, está un punto arriba, 4º, con el último boleto a Rusia. Por eso será un punto de inflexión, sin dudas. Por suerte está Messi. Intacto. Con la pólvora cargada, como lo demostró el último fin de semana ante Valencia. La figura excluyente mañana en River. Ninguna lo eclipsará como casi siempre. No ganó con la selección mayor y se lo critica. Pero nadie le ata los cordones.
por Gustavo Conti

Para La Capital