Cultivadores de Paraná ven como un «progreso» la ley de cannabis medicinal
Celebran la sanción de la norma pero destacan que se debe trabajar para que «no se deje afuera a nadie» y se autorice el autoabastecimiento.
Desde la Agrupación Paranaense de Agricultores Cannabicos (APAC) celebraron la sanción de la ley que autoriza y regula el uso de medicinal de la cannabis, pero advirtieron sobre la necesidad de ampliar los alcances de la norma, así como la legalización de toda utilización con fines sociales o recreativos.
Iván Malajovich, miembro de la organización, valoró como un avance la sanción que hizo el Senado nacional este miércoles por la tarde del proyecto sobre la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y de sus derivados para el tratamiento de enfermedades como la epilepsia o el alzheimer.
«Apoyamos todo avance que se dé en materia legal de cannabis y consideramos como un progreso a la aprobación de la ley», dijo Malajovich a UNO. «Que se empiece a hablar de cannabis desde un aspecto medicinal y sacándolo del aspecto criminal es un avance».
No obstante, marcó los puntos sobre los cuales no están satisfechos. «No estamos del todo conformes porque la ley no es representativa para el total de la población que hace uso o tiene relación con el cannabis, pero igualmente la apoyamos. Es una norma que no contempla la posibilidad de autoabastecimiento y deja en manos de la importación y del Estado la labor de producir», apuntó.
En ese sentido, la ley establece que el Ministerio de Salud de la Nación debe garantizar el aprovisionamiento de los insumos necesarios, ya sea a través de la importación o la producción por parte del Estado nacional, para lo que autoriza el cultivo de plantas de marihuana y la investigación sobre el tema al Conicet y al INTA.
«Se importaría mientras se empieza con el cultivo y las investigaciones, pero no se incluye ni a los usuarios que están cultivando para abastecerse, ni a los cultivadores solidarios ni a los cultivos colectivos, que son los que se agrupan para plantar en un solo lugar», dijo el activista de APAC.
«Nosotros sabemos que tenemos que seguir trabajando para lograr ganar el derecho global que es la posibilidad de hacer uso del cannabis ya sea medicinal, social o recreativo. Y que la ley va a tener que ser modificada para que no deje afuera a nadie», expresó, aunque remarcó: «Estamos contentos porque entendemos que esto era una necesidad para mucha gente».
Por otra parte, Malajovich remarcó que «ahora hay que esperar la reglamentación para saber para qué padecimientos se autoriza y en qué condiciones y ver si los médicos consideran que es viable recetar el cannabis».
Qué dice la ley
El proyecto aprobado este miércoles establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y paliativo del dolor de la planta de cannabis y crea un programa nacional para el estudio y la investigación de su uso. El Ministerio de Salud, además, debe garantizar el aprovisionamiento de los insumos necesarios, ya sea a través de la importación o la producción por parte del Estado nacional, para lo que autoriza el cultivo de plantas de marihuana al Conicet y al INTA.
Por su parte, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) permitirá la importación de aceite de cannabis, cuya provisión será gratuita para quienes estén incorporados al programa a través de un registro nacional.
Finalmente, el proyecto establece que el Estado impulsará la producción pública de cannabis y su industrialización para uso exclusivamente medicinal, terapéutico y de investigación.
María Laura Alasi, la primera madre en obtener la autorización de la Anmat para importar ese producto a fin de tratar la epilepsia refractaria que padece su hija de cuatro años, aseguró que la ley es «un sueño cumplido» para todas las familias que lo necesitan y corona «tanta lucha» para lograrla.
Alasi, quien es fundadora de Cannabis Medicinal Argentina (Cameda), se mostró satisfecha con el aporte realizado por su familia a esta causa al impulsar el primer pedido de importación, tras el cual otras 200 familias obtuvieron respuestas similares.
En octubre de 2015 la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat) autorizó la la importación de aceite de Cannabis «Charlotte» para la hija de Alasi, que experimentó una evolución importante de su enfermedad.
La nena «fue diagnosticada de síndrome de West a los 7 meses, pero con el tiempo se le transformó en una epilepsia refractaria», que «le produce crisis convulsivas y un consecuente retraso madurativo», contó. Cuando empezó a tratarse con el aceite de cannabis «tenía 100 convulsiones diarias que duraban 40 minutos, y ahora tiene algunos períodos de inestabilidad, por eso es importante que los médicos y científicos nos acompañen para dar con la dosis justa», explicó.
Ahora la nena «está conectada (con quienes la rodean), nos mira y nos sonríe», porque además pudo dejar las 10 pastillas anticonvulsivas que tomaba antes por día», dijo Alasi, que también quiere el autocultivo. «A veces una sola variedad de aceite no cubre todas las necesidades y lo que aprendimos con médicos es que tiene que rotar el tipo de cannabis para que no se produzca el acostumbramiento», explicó a la agencia Télam.