Tras la muerte de Alfonso Goette apareció un testigo que marcó lugares donde pueden estar los cuerpos. A las 8.30 comenzaron los trabajos
A 16 años de la desaparición de los seis integrantes de la familia Gill se renuevan las esperanzas, tanto para sus allegados como para todos los entrerrianos. Hoy la impunidad y la incertidumbre que rodearon al caso pueden llegar a su final. De la mano de dos jóvenes funcionarios judiciales, con ganas de trabajar, y un testigo que perdió el miedo y abandonó el silencio sacaron del letargo un expediente que iba camino a la muerte segura.
Hoy desde las 8.30 el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, y el fiscal Federico Uriburu se hicieron presentes junto a un equipo de médicos, bomberos y policías para comenzar con las excavaciones en la estancia La Candelaria propiedad del fallecido Alfonso Goette que se extenderán durante toda la semana.
Los lugares a cavar los marcó un hombre que trabajó como peón en la finca y que por miedo guardó silencio. Pero tras de la muerte en un accidente de tránsito en la ruta 32 de Goette, habló.
En Crucesitas Séptima, donde está ubicado el campo, hoy no será un día más. Las miradas de toda la provincia de Entre Ríos apuntarán hacia ese lugar porque en caso de hallar los restos de la familia comenzará otra historia.
La última vez que se supo algo de los Gill fue el 13 de enero de 2002, cuando los vieron en el velorio de un conocido en Viale. Rubén José Gill, de 55 años, su esposa, Margarita Norma Gallegos, de 26, y sus chicos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2. Nunca se halló ningún rastro. Los años pasaron y siempre quedó la sensación de que los funcionarios que tuvieron la causa no estaban interesados en aclararla.
Siempre existió la sospecha de que el patrón de Mencho tuvo algo que ver. Hubo indicios que generaron dudas, sobre todo a familiares de los desaparecidos, pero nunca una prueba al respecto.
Goette murió en 2016 a los 77 años, en un accidente de tránsito en la ruta 32, cerca de Seguí. Si sabía algo se lo llevó a la tumba. Si fue responsable no podrá ser juzgado, pero sí se podrá saber qué pasó con los Gill e ir sobre los encubridores y mentirosos que declararon en la causa ubicando a los Gill en otros lugares.
«Estamos ansiosos»
Carina Gill siempre estuvo al pie del cañón acompañando a su mamá Ofelia, su tía Luisa y su tío Osvaldo y a María Delia, la mamá de Norma Margarita. Todos por estas horas viven un momento especial. «Estamos con mucha ansiedad desde diciembre cuando el juez (por Acosta) nos informó sobre las medidas a tomar en el caso. Pero con el paso de las horas estamos nerviosos y ansiosos, pero sobre todo unidos», dijo la joven mujer, que reiteró: «Estamos muy unidos con mucha ansiedad esperando que llegue mañana (por hoy)».
Ofelia tiene 68 años, Luisa 66 y Osvaldo 73. Los tres acompañan a María Delia, la madre de Norma Margarita. «Queremos que se termine todo. Si están ahí, ya queremos darle un cierre a esta historia porque ya son 16 años de incertidumbre de estar apoyando a mi mamá y a mis tíos. 16 años de no saber nada», explicó Carina.
Otros operativos
En cercanías al casco de la estancia ya se hicieron excavaciones años atrás, pero no se halló nada. Se convocó al personal policial, médico forense de Nogoyá y del Superior Tribunal de Justicia, para que intervengan en caso de ser necesario en el procedimiento. También se presentará en el lugar una persona que colaborará con equipamiento adecuado para emprender la inspección y posible remoción de tierra cercana al lecho de un arroyo.
Fuente: UNO