Vuelta al cole: consejos para una eficaz adaptación
¿Cómo podemos ayudarlos en esta etapa de la manera más natural posible?
Con el inicio de clases los niños pueden sentirse agobiados, preocupados, sufrir ansiedad, falta de atención y estrés por la vuelta a la rutina.
*Asesoró la Dra. Carla Orsini, pediatra de Swiss Medical Center (MN 131.323)
Los periodos en los que el alumno se ausenta, ya sea por vacaciones, enfermedades u otras causas, requieren de una readaptación. Si bien se pactan días de adaptación y asimilación, el proceso es individual. Cada niño procesa el inicio de clases de una manera diferente, por más que tengan la misma edad o sean hermanos. Por esto es importante que se sientan acompañados en esta etapa del año.
Quienes empiezan el jardín de infantes atraviesan un periodo de sentimientos encontrado: preocupación, angustia, miedo y a la vez felicidad por este nuevo ciclo escolar que comienza. La adaptación escolar es un proceso que puede llevar semanas o meses, es paulatina y conlleva avances y retrocesos, y cada familia tiene sus tiempos. Deben adaptarse los padres, los abuelos y los hermanos.
Cada año que comienza, es una nueva adaptación. Cambian los docentes y algunos compañeros. Es necesario transmitirles confianza a los pequeños, confiar en los educadores y tener paciencia.
Consejos para una eficaz adaptación:
· Se debe hablar con el niño, transmitirles confianza y seguridad
· Ser empáticos
· Hacerlos partícipe de la elección y armado de la mochila, de la compra de los útiles y los libros y otros preparativos
· Explicarles cuánto falta para el inicio de clases, incluso se puede utilizar un calendario para ubicarlos en el tiempo y disminuir su ansiedad.
· Contarles recuerdos positivos de la infancia y del paso por la escuela y motivarlos.
· Es importante una o dos semanas previas al inicio de clases acostarlos y levantarlos temprano para que el cambio de horario sea gradual y se adapte correctamente una vez que inicien las clases.
El inicio de clase, ya sea primer día de jardín o vuelta al aula luego de las vacaciones, implica cambios no solo en la rutina sino también emocionales. Los adultos deben estar dispuestos a acompañar a los chicos. Las mochilas deben estar cargadas de contención, confianza, amor y acompañamiento.