La Cámara Alta dijo «no» a la despenalización, pero la esperanza verde no se rinde.295

El Senado de la Nación rechazó la legalización del aborto a las 02.43 de la mañana.

En total, 38 senadores votaron en contra de la legalización del aborto, mientras que 31 apoyaron el proyecto y dos legisladores, el santafesino Omar Perotti y la neuquina Lucila Crexell, se abstuvieron aunque impulsaron sendos proyectos de despenalización de la interrupción del embarazo. El debate legislativo fue seguido con expectativa en las inmediaciones al Congreso nacional por una multitud de personas a favor y en contra de la iniciativa. La vigilia popular comenzó cerca del mediodía de este miércoles y se transformó en masiva con el paso de las horas, pese a la fuerte tormenta de lluvia y viento.

Paralelamente, se celebraron manifestaciones a favor en las principales capitales de provincias y en más de 40 ciudades del mundo.

Varios senadores evaluaron al comenzar la discusión la posibilidad de que en caso de que el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo fuera rechazado se votarían otros proyectos intermedios. Entre las propuestas mencionadas figuraban una que propone la despenalización en general del aborto como práctica y otra que refrenda el fallo de la Corte Suprema, conocido como «F.A.L.», acerca de que no resulta punible la interrupción del embarazo proveniente de toda clase de violación y que cualquier caso de aborto no punible no está supeditado a trámite judicial. Sin embargo, las negociaciones legislativas parecían haber fracasado.

 

En el debate no faltaron las denuncias de presiones, como la del entrerriano Pedro Guastavino, que señaló que recibió «gran cantidad de mensajes que en nombre de Dios» lo «descalificaban», o el caso de la rionegrina Silvina García Larraburu, quien afirmó que publicaron su número de teléfono en las redes sociales por haberse pronunciado en contra del proyecto.

También quedaron en evidencia las tensiones en el seno del oficialismo, cuando la presidenta del Senado, Gabriela Michetti, se enojó con el jefe del interbloque Cambiemos, Luis Naidenoff, por cuestionar la administración del tiempo que hacía para cada discurso.

«La maternidad será deseada o no será. Es un tema que ha dejado de ser agenda exclusiva del feminismo, es un tema de la agenda social». (Nora Durango, Peronista) Hubo además un momento de emoción cuando la oficialista Gladys González, senadora por Buenos Aires, se quebró al fundamentar su voto a favor -por el que recibió presiones y amenazas, según advirtieron otros senadores- y expresar que su «sueño» era que sus hijas «puedan planificar» tener familia, como lo hizo ella cuando se convirtió en madre.

«Sueño con que nunca mis hijas tengan que tomar esa decisión. Pero si tienen que hacerlo, quiero que lo hagan seguras, acompañadas, con el amor que necesitan para ese difícil momento. Sueño para las mujeres una vida sin violencia», expresó.

Una de las últimas oradoras fue la expresidenta Cristina de Kirchner, quien pidió «hacer un esfuerzo para poder darle una respuesta» a los argentinos que «reclaman derechos» y también pidió «al colectivo feminista que no se enoje con las religiones, con la iglesia».

La senadora se manifestó segura de que dentro de unos años esta ley será sancionada. Además, reconoció que no fue su hija Florencia quien le hizo cambiar la actitud frente a la interrupción del embarazo sino «las miles y miles de chicas y cómo abordaron la cuestión feminista». «Tenemos que ampliar posibilidades, no restringirlas. La ley no obliga a ninguna mujer a abortar, en todo caso obliga al Estado a hacer lo que deba hacer para que no haya abortos clandestinos». (Beatriz Mirkin, PJ) Otro de los discursos remarcables fue el de Fernando Pino Solanas, quien reclamó para las mujeres el «derecho a gozar» y a «decidir sobre su cuerpo». «Hay miles de mujeres que no tienen otra opción que el aborto clandestino, porque ninguna ley represiva pudo a lo largo de la historia impedir los abortos. Sinceremos el discursos, acabemos con la hipocresía de una clase dirigente que sabiendo que las más pudientes podían acudir a los abortos seguros, las menos pudientes estaban condenadas a la infección o a la muerte». Solanas contó también la que vivió que una novia de la juventud abortó por miedo a sus padres.

También sorprendió la intervención de la senadora catamarqueña Inés Blas, del partido Banca de la Mujer, quien denunció aprietes y puso a disposición del Senado su renuncia: «Desde mi condición de militante siempre trabajé en defensa de los derechos de la mujer, y lo seguiré haciendo. Sin embargo, y a efectos de despojarme de las presiones que intentan ejercer para que cambie el sentido mi voto, pongo a disposición mi renuncia a la comisión», dijo. Se manifestó en contra porque la práctica «vulnera el derecho a la vida, el primer derecho y origen de los demás».

DOS CONGRESOS, DOS FACCIONES

La Plaza de los Dos Congresos ubicada frente al Parlamento quedó vacía, rodeada por vallas antidisturbios de dos metros de altura. De un lado se ubicaron los manifestantes a favor del aborto legal y del otro, bien separados por la zona neutral, los «provida», como se autodenominan quienes se oponen a la interrupción del embarazo y que optaron por llevar pañuelos celestes y banderas argentinas, celestes y blancas. «Hay mujeres que toman la trágica decisión de hacerse un aborto. No es un fracaso de esa mujer, es un fracaso de nuestra sociedad.

Este proyecto de ley, que es malo, no apunta a reducir el aborto, sino que legaliza el fracaso». (Esteban Bullrich, Cambiemos) «Salvemos las dos vidas», rezaba la mayoría de los carteles del lado «celeste» de la manifestación, que tenía como principal emblema un muñeco gigante con forma de embrión. Menos concurrida, pero con la participación de más familias, hombres, niños y hasta sacerdotes católicos con sus pañuelos celestes anudados en el cuello o el brazo, la movilización aguardaba tranquila la votación.

En una carpa, abogados daban charlas sobre el derecho a la vida, mientras otros manifestantes cantaban «Sí a la vida». El debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo fue impulsado por el presidente Mauricio Macri, pese a que personalmente está en contra del aborto.

El jefe de Estado afirmó este miércoles que «no importa cuál sea el resultado, hoy ganará la democracia».

(Fuente www.perfil.com).