Nahir Galarza, fue trasladada esta mañana a la cárcel de mujeres de Paraná
Un día antes de su cumpleaños número 20, Galarza fue llevada desde la Comisaría del Menor y la Mujer de Gualaguaychú, donde se encontraba detenida desde enero pasado, a la Unidad Penal 6 de la capital entrerriana.
Luego de la llegada de la joven, el abogado Dargainz buscará reunirse con los directivos del Penal N°6, aseguran cerca de la familia Galarza. El diario El Día de Gualeguaychú aseguró que las autoridades de la Unidad dispusieron encerrar a Nahir en una celda con supervisión constante y con cuatro detenidas de perfiles no violentos para evitar un eventual ataque, entre ellas una suboficial de Policía condenada por ser parte de una banda narco.
Otras dos detenidas ahí adentro son parejas de policías de Basavilbaso y Concepción del Uruguay, una «ranchada»afín a Nahir, hija de policía. La decisión no es casual: diseñar la población de una celda es una política básica en cualquier servicio penitenciario del país para reducir la chance de episodios de violencia entre detenidos.
Hay, por otra parte, un fantasma inquietante alrededor del nuevo encierro: la chance de que se cruce con la viuda de Claudio Marcelo Cañete, un narcotraficante que fue asesinado por Marcelo Galarza con una escopeta en 1996. El padre de la joven fue llevado a juicio por este homicidio y fue absuelto tras un alegato de legítima defensa. Galarza padre en su declaración en el juicio de su hija habló de amenazas y luces en la noche y un temor que lo obligaba a dejar su pistola sin seguro y sobre la heladera familiar, la misma pistola que Nahir usó para matar a Pastorizzo según el fallo del Tribunal Oral de Gualeguaychú.
Sobre la viuda de Cañete, la defensa de Nahir es cauta. «Hay que esperar a la reunión con los jefes del penal», dijeron ayer por la tarde cerca de la joven.
Hoy por la tarde tras regresar del Penal N°6, fuentes cercanas a Nahir aseguraron que no hay ningún familiar de Cañete en la cárcel. «Va a estar mucho mejor que donde estaba, la sección donde está es muy segura y no va a tener contacto con otras presas salvo sus compañeras de celda. Está cómoda, dentro de lo posible. Va a tener recreos por día y va a seguir estudiando Derecho», aseguró una voz clave en su entorno.
Galarza, además de tener a disposición el equipo de médicos y psicólogos del penal, tendrá la chance de una comunicación telefónica diaria.