Salud recomienda cuidar a los chicos en temporada de colonias de verano para prevenir infecciones y lesiones
Golpes de calor, otitis, conjuntivitis, diarreas, piojos, quemaduras, dermatitis y hongos en la piel aparecen, sobre todo en verano, por la concurrencia de los chicos a las colonias de vacaciones. Desde Salud se recomienda extremar la prevención para evitar procesos infecciosos y accidentes.
Respecto a los cuidados indispensables ante la asiduidad a colonias de verano o piletas familiares, desde el equipo técnico de la Dirección de Salud Materno Infanto Juvenil, la pediatra Valeria Rodríguez Alcántara recomendó prevenir las lesiones no intencionales. En este sentido habló de la necesidad que la institución cuente con la habilitación y seguridad pertinente para el desarrollo de las actividades. Esto implica “que los chicos tengan cobertura de servicio de emergencias médicas y se encuentren a cargo de personal entrenado en la coordinación de actividades al aire libre y en piletas con la supervisión correspondiente para evitar eventualidades”.
Entre las recomendaciones generales la profesional expuso la importancia de evaluar la seguridad de los sitios donde desarrollan actividades los chicos; revisar que tengan las vacunas completas para la edad y considerar las pautas de prevención de infecciones. Sobre todo consultar al médico ante síntomas como dolor de cabeza; fiebre; náuseas; vómitos; molestias, dolor o secreción en algún oído; enrojecimiento, ardor, picazón o cambio en la coloración de la piel. “La consulta oportuna previene complicaciones posteriores y se deben interrumpir las actividades recreativas hasta tanto se den las condiciones de retomarlas a criterio médico”.
Asimismo remarcó que el cuadro más frecuente en la temporada de vacaciones son los denominados golpes de calor a raíz de la ausencia de agua y sales minerales en el organismo. “Esto provoca debilidad, náuseas, vómitos, falta de apetito, dolor de cabeza, mareo, calambres y, con menor frecuencia, ansiedad, irritabilidad, sensación de desvanecimiento e incluso la pérdida de la conciencia”. Para evitarlos enfatizó la importancia de “beber agua segura con mayor frecuencia aún sin sed; permanecer en lugares frescos, ventilados y mojarse frecuentemente; aumentar la frecuencia de la lactancia materna en los más chiquitos y no realizar deportes o actividad física al aire libre los días de mucho calor”.
Acerca del mejor horario para permanecer al aire libre en verano, Rodríguez Alcántara puntualizó: “Teniendo en cuenta que la piel es el órgano más grande del cuerpo y que actúa como barrera de protección, se debe cuidar de no dañarla luego de la exposición al agua y al sol, fundamentalmente evitando las quemaduras. Durante la etapa infantil y adolescente hay que establecer los hábitos saludables dirigidos a la protección solar, la prevención del cáncer de piel y otras lesiones”. En este sentido, recordó las pautas difundidas por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP): buscar preferentemente la sombra; evitar el sol entre las 10 y las 16; usar gorro, anteojos de sol y remera con mangas; no exponer al sol a bebés menores de 1 año; aplicarse protectores solares de amplio espectro contra rayos solares ultravioletas del tipo UVA y UVB media hora antes de la exposición y renovar cada 2 horas en bebés mayores de seis meses.
Respecto a infecciones como la otitis, la especialista recomendó no usar hisopos para limpiar los oídos; aplicar gotas recetadas después de estar en el agua para prevenir la otitis sólo según indicación médica y cuidar la higiene del agua de las piletas.
En tanto que si se presentan micosis o dermatitis la indicación consiste en darse una ducha luego de la actividad de pileta para retirar de la piel productos químicos y posibles gérmenes teniendo especial atención de secar muy bien los pies, entre los dedos, para que no aparezcan hongos.
Otro proceso infeccioso que puede ser provocado por el agua o los alimentos contaminados son las diarreas. “Se pueden prevenir evitando la ingesta de agua de la pileta, propiciando el lavado de manos frecuente, principalmente, luego de ir al baño y antes de ingerir alimentos, consumiendo agua y alimentos seguros, elaborados de acuerdo con las normas de higiene y conservados respetando la cadena de frío”.
En relación a la pediculosis indicó: revisar periódicamente la cabeza de los chicos para detectar en forma temprana piojos o liendres mirando con atención la parte de atrás de las orejas y la nuca; usar el pelo recogido para evitar el contagio de piojos. Además, los peines, cepillos, vinchas, hebillas y otros accesorios para el pelo deben ser individuales y hay que desinfectarlos sumergiéndolos en agua caliente (a más de 50 grados). Y, además de implementar el tratamiento apropiado, “pasar todos los días el peine fino y aplicar pediculicidas según la recomendación del médico de cabecera”.