Abrieron el ataúd de su padre y se encontraron con un desconocido
Los deudos pidieron ver por última vez al fallecido ya que el velatorio fue a cajón cerrado. Hubo un error de la empresa de servicios fúnebres.
Una gran sorpresa se llevaron los familiares de un hombre que iba a ser sepultado en un cementerio de Villa Gobernador Gálvez. Antes de ser enterrado, los deudos pidieron abrir el cajón (el velorio fue a cajón cerrado) para darle el último adiós al fallecido y se encontraron con una desafortunada escena: el cuerpo era de un desconocido.
La familia de Villa Gobernador Gálvez acudió al cementerio Parque Solar del Señor para despedir y enterrar los restos de un hombre fallecido. Luego del velatorio, que fue a cajón cerrado, ya en la necrópolis, los deudos pidieron abrir el féretro para arle el último adiós al fallecido. Pero al momento de descubrir el ataúd se llevaron la sorpresa de que dentro había una persona que jamás habían visto en su vida.
El hecho ocurrió el jueves, pero tuvo trascendencia ayer. Desde la provincia indicaron que la familia del fallecido informó el hecho a la policía. Al momento de presentarse, personal policial entrevistó a una de las hijas del fallecido, Evelin, quien denunció que pidieron abrir el cajón antes de sepultar a su padre y se encontraron con una persona desconocida.
La mujer, de 27 años, contó a los efectivos policiales que en la contratación de los servicios fúnebres habían solicitado que el velatorio fuera a cajón cerrado y, por eso, no se percataron antes del hecho.
Tras radicar la denuncia policial, y luego de la intervención de la fiscal Guillermina Aielo, se descubrió que el familiar fallecido fue enterrado en el cementerio La Piedad de Rosario.
Por ello, se procedió a la exhumación del cadáver y a su posterior identificación. Aielo determinó que la situación no constituía delito, sino un error involuntario y ordenó a ambas familias que se dirijan a la Defensoría del Pueblo de la ciudad para tramitar la exhumación de los cuerpos y se proceda a su correcta sepultura.
«Hubo un error involuntario de la empresa de servicios fúnebres, por lo que no hay delito y el cuerpo será restituido a su familia», consignaron desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Sin ser parte central de esta historia, el cementerio La Piedad volvió a ser noticia. Hace dos semanas se conocía que el camposanto municipal era nuevamente vandalizado. A ello se debe agregar que en diciembre desapareció un cajón de uno de los nichos.
El inédito episodio fue descubierto por la hija del fallecido cuando ella y su madre acudieron a visitar los restos del hombre en el día de su cumpleaños. La visita anterior había sido para el Día del Padre.
Al llegar al nicho 610, Roxana, hija del fallecido, se encontró con que, en vez de la placa de mármol con unos angelitos de adorno, había un panel de fibrocemento con la inscripción «vacío».
Las mujeres se dirigieron a los despachos del cementerio y cuando un sepulturero retiró el cobertor, el hallazgo fue macabro. El interior del foso estaba vacío, sólo había restos de mármol y de los angelitos decorativos.
Desde el cementerio indicaron que «a partir de la denuncia y luego de una búsqueda, se detectó un cajón que no correspondía al sepulcro en el que estaba».
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