Los enviados del Fondo Monetario Internacional (FMI) tendrán un encuentro formal con el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) Guido Sandleris. Es el final de la segunda revisión desde el acuerdo de octubre.

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En este marco, el gobierno de Mauricio Macri espera aprobación del organismo y el desembolso de 10.700 millones de dólares para marzo. 
A las 15.30, antes de volver a Washington, Roberto Cardarelli, el jefe de la misión del Fondo Monetario y su equipo, se reunirán con el ministro Nicolás Dujovne y con Guido Sandleris, presidente del Banco Central. “No habrá foto, ni comunicado”, aseguran desde Hacienda y sólo detallaron que “será una charla de revisión de la tercera misión”.

“La verdad es más de cierre que de otra cosa. Después de acá ellos hacen el reporte que elevan al board para aprobar el desembolso”, dijeron desde la autoridad monetaria. La confianza es previa a la visita: con las metas fiscales y monetarias del año pasado cumplidas y aprobadas.

La reunión del directorio del Fondo sería el 26 de marzo y gatillaría el próximo desembolso de 10.700 millones de dólares, según descuenta en el gobierno desde donde confían en la aprobación ya que todo “marcha tal lo acordado”.

Así terminarán dos semanas de tarea ardua para los enviados de Christine Lagarde, que se reunieron con miembros de la oposición -como Roberto Lavagna, Axel Kicillof y Juan Manuel Urtubey-; con organismos oficiales como la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) y Ministerio del Interior y también con la Sociedad Rural Argentina y la Confederación General del Trabajo (CGT).

En el primer encuentro técnico, con el viceministro de Hacienda y su equipo, sí se habló de dos puntos pendientes: la Carta Orgánica del Banco Central, cuyo nuevo texto debe ser presentado en marzo al Congreso, y la prohibición por ley de que el Central financie al Tesoro.

Además del calor habitual de Buenos Aires en enero, lo funcionarios internacionales seguramente sintieron el calor extra que generaron en la opinión pública el dato de inflación -2,9 por ciento en enero- y del repunte del dólar de las últimas jornadas. En ese contexto, y en un clima que las partes adelantes como “siempre cordial”, quizás el ministro argentino le pregunte al economista de origen italiano qué quiso decir cuando hoy aseguró que el FMI también “están preocupados” por la marcha de la economía cuando salió del encuentro con la CGT.

Lo cierto es que la de esta tarde fue una de las reuniones más “calientes” de este viaje. Según adelantó Infobae, los sindicalistas hablaron de seis ejes que consideran clave. Por ejemplo, la “gravísima” situación socioeconómica y laboral; las medidas de fuerza futuras que, dijeron, “no descartan” y las dudas sobre un plan “de estabilización que no se traduce en un crecimiento económico virtuoso y mejoras en la situación social” que consideran que “debe ser revisado”.

Dos semanas de reuniones

En las reuniones con los organismos de gobierno, el FMI preguntó por las perspectivas de 2019 y 2020 para las provincias, esquemas de baja de impuestos o presión impositiva, el equilibrio financiero y programas de obra pública. También cuestiones vinculadas con recaudación y evasión.

Urtubey les presentó su plan de reformas estructurales: «Este modelo está agotado», les dijo. Kicillof los recibió en su oficina del Congreso con bizcochitos agridulces y aseguró que los funcionarios del organismo multilateral «están preocupados por la situación nacional».

El encuentro más cerrado, al menos para el público, fue el que se realizó en la oficina de Lavagna. «Fue una reunión sin temas de cortísimo o corto plazo, se trató de una conversación sobre temas de mediano y largo plazo, de tipo estratégico», dijeron en el entorno del ex ministro.

La próxima misión oficial será en tres meses. El clima no será tan álgido, al menos en lo que a temperatura y sensación térmica se refiere.