La pobreza aumentó a 32% y ya afecta a 14 millones de personas
El índice registró una suba de 6,2 puntos porcentuales frente a igual período de 2017 (25,7%), y un incremento de 4,7 puntos con relación al semestre previo (27,3%).
Consultado por ámbito.com, el sociólogo Diego Born explicó que la pobreza se mide en las grandes ciudades, no en todo el país. «En las 31 grandes ciudades viven alrededor de 27 millones de personas, con lo cual ese 32% representa 9 millones de personas. Si se lo extrapola a los 44 millones de habitantes de todo el país da un número aproximado de 14 millones de argentinos bajo la línea de pobreza», sostuvo y agregó que respecto al dato de 2017 este representa una cifra aproximada de 2,8 millones de nuevos pobres.
En tanto, según datos de Ecolatina, las nuevas cifras del INDEC reflejan que se sumaron 2,9 millones en un año y 850 mil nuevos indigentes, lo que lleva a totalizar en el segundo semestre 14,3 millones pobres y 3 millones de indigentes.
Durante el año pasado la economía bajó 2,5%, la inflación llegó al 47,6% y la desocupación subió al 9,1% desde el 7,2% de finales del 2017, según datos del propio Indec.
El INDEC informó además que el 6,7% de la población se encontraba en situación de indigencia en ese período, comparado con un 4,8% en el segundo semestre de 2017.
Los hogares en situación de pobreza alcanzaron al 23,4% en el período julio-diciembre 2018, desde un 17,9% en el mismo periodo de 2017.
Respecto a las regiones, las cifras más altas se registraron en la del Noreste (40,4%); en la del Noroeste (34,5%); y en la Pampeana (32,1%). En tanto, por debajo del promedio, se ubicaron la de Cuyo (31,5%); el Gran Buenos Aires (31,3%); y la Patagonia (24,9%).
Con el 49,3%, Corrientes registró el mayores nivel de pobreza del país. Le siguieron Concordia (41,9%); Gran Resistencia (41,4%); Santiago del Estero-La Banda (38,9%); Salta (37,7%); Gran Córdoba (36,5%); Partidos del GBA (35,9%); y Posadas (35,7%).
La pobreza afecta en mayor medida a los niños menores de 14 años. Según el INDEC, el 46,8% de ellos vive bajo la línea de pobreza. «El atraso del poder de compra de la Asignación Universal por Hijo (AUH) no hizo más complejizar esta situación», inicó un informe de Ecolatina.
Si bien la incidencia de la pobreza y la indigencia es menor, los adultos mayores (más de 65 años) también sufrieron las consecuencias del deterioro económico: los aumentos de los haberes previsionales perdieron por varias cabezas frente a la inflación (situación similar a la observada en la AUH).
Por su parte, los adultos (quienes típicamente cuentan con empleos más estables) fueron los menos golpeados.