La CGT Y las CTA realizarán su paro y el Gobierno advirtió que "la gente es rehén"
La CGT y las CTA iniciarán en los primeros segundos del miércoles su quinta huelga nacional desde la asunción del gobierno de Mauricio Macri, sin movilización ni concurrencia a los lugares de empleo, en rechazo de la política económica, mientras funcionarios del Ejecutivo señalaron que el paro «no resuelve los problemas» y advirtieron que la gente «es rehén» por la adhesión del transporte de pasajeros a la medida de protesta.
A la medida de fuerza se sumaron las Centrales de los Trabajadores Argentinos (la CTA de Hugo Yasky y los dos sectores de la Autónoma de Ricardo Peidro y Pablo Micheli), la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) de Sergio Palazzo, el Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) del bancario, el mecánico Ricardo Pignanelli y los camioneros Hugo y Pablo Moyano, movimientos sociales y partidos de izquierda.
Según los sindicalistas, además de la paralización del transporte, no habrá servicios de justicia, ni clases y los hospitales solo atenderán casos de urgencia en esta huelga general, a la que se suma la del 30 de abril que hicieron los gremios «moyanistas» y las CTA.
Pablo Moyano y uno de los jefes de la CGT, Héctor Daer (Sanidad), aseguraron que «el paro será total» pues «todas las actividades tomaron nota de la gravedad de la situación nacional».
«El paro es para plantear al gobierno que debe dictar medidas porque la debacle y la caída son sistemáticas. Algunos ganaron bastante y, si no se toma el toro por las astas, la crisis será cada vez peor», dijo Daer.
Y, Moyano opinó que la huelga será «la continuidad de la protesta con movilización del 30 de abril último».
Asimismo, los sindicatos confederados en la CGT pero ausentes de su conducción reclamarán desde el jueves a la entidad madre «la inmediata convocatoria a un Comité Central Confederal (CCC) para diagramar la prosecución del plan de acción».
Diego Santilli, vicejefe de gobierno y ministro de Seguridad porteño, dijo «no compartir» la decisión de parar y solicitó que quienes quieran trabajar puedan hacerlo «en paz y tranquilidad», tras lo cual adelantó que el Ejecutivo no decidió aún «si descontará el día» a los agentes públicos que adhieran.
El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, afirmó que en el Gobierno estaban «convencidos de que un paro no resuelve los problemas» y «la gente lamentablemente es rehén de la existencia o no del transporte; eso lo vimos en el paro anterior durante el cual hubo transporte y la gente fue masivamente a trabajar».