Las ratas se están apoderando de Nueva York y la gentrificación tiene buena parte de culpa
Las ratas conquistan Nueva York. Lo que parece el argumento de una película de Hollywood se está transformando poco a poco en realidad porque en numerosos vecindarios de la popular ciudad, una de las que más turistas recibe, la presencia de estos roedores es cada vez más frecuente.
Lo muestran los datos con un aumento del 38% en los avistamientos en los últimos cuatro años (de 12.617 en 2014 a 17.353 en 2018) y lo corroboran los vecinos que tienen que tener cuidado para no tropezar con estos animales, especialmente de noche cuando convierten la ciudad en suya, tal y como cuenta el New York Times.
Es cierto que la ciudad neoyorquina siempre se ha visto obligada a convivir con las ratas, pero en los últimos años se han multiplicado exponencialmente y se han extendido a prácticamente todos los rincones y vecindarios de la ciudad. La guerra entre roedores y personas ya ha empezado, pero de momento son los primeros los que llevan ventaja.
Los expertos calculan que han aumentado entre un 15% y un 25% en las principales urbes y alertan de los riesgos de esta situación: más allá de que suponen un freno a la calidad de vida, son transmisores de enfermedades e infecciones como la leptospirosis.
Los factores de este fenómeno
Las razones por las que se ha producido esta plaga son variadas y no invitan al optimismo de cara al futuro. La primera y principal según los investigadores es la gentrificación, un fenómeno que están sufriendo numerosas ciudades en el mundo y que en España afecta principalmente a Madrid y Barcelona.
El auge de las construcciones provoca que las urbes acaben con las madrigueras de las ratas y estas se vean obligadas a salir al exterior y vivir en él. Algo que aún no ocurre en España, pero que podría terminar pasando. En el caso neoyorquino ha tenido un gran impacto en los últimos años.
Otro factor importante es el cambio climático. El hecho de que los inviernos sean cada vez más suaves facilita la supervivencia y la reproducción de estos animales, multiplicándose el número de ejemplares en las ciudades.
También el hecho de que la basura descanse por las noches en las calles antes de ser recogida por los servicios de limpieza a la mañana siguiente favorece la presencia de ratas, que se pueden dar un auténtico festín nocturno con las sobras de comida de los ciudadanos.
Finalmente, completa el panorama la excesiva llegada de turistas, que generan más basura y convierten estas ciudades tan visitadas en el ecosistema perfecto para la proliferación de las ratas.
Factores todos ellos que se pueden extrapolar a las principales ciudades europeas y quedeben poner en alerta a las autoridades para evitar sufrir el fenómeno que Nueva York está padeciendo. De hecho, otras urbes estadounidenses como Chicago, Los Ángeles o Filadelfia también están teniendo dificultades con los roedores por los mismos motivos.
Las soluciones
Las autoridades neoyorquinas se han puesto manos a la obra para presentar batalla yen 2017 ya destinaron 32 millones de dólares en nuevos cubos de basura y otros elementos disuasorios para las ratas. Las medidas fueron exitosas y ese mismo año se redujeron los avistamientos, pero en 2018 han vuelto a crecer considerablemente, mostrando que se necesita un plan que se extienda en el tiempo.
De hecho los líderes comunitarios abogan por un mayor despliegue que ponga cerco de una vez a estos molestos roedores. En los tres primeros meses de 2019 ya se han producido más de 8.000 informes sobre ratas y en todo el 2018 la cifra de avistamientos y restos de excrementos se situó en más de 30.000.
Una situación intolerable para los ciudadanos que exigen nuevas medidas. Está por ver cómo afronta la ciudad esta nueva crisis y si otras urbes en el mundo se ven obligadas próximamente a enfrentar también esta realidad. El ejemplo de Nueva York puede marcar tendencia.