«Nos llamaron y nos avisaron, a la una y media de la mañana», dijo Javier, el padre del chico que fue herido en el predio deportivo de Paulo VI. «‘Llevame a casa’, me dijo cuando pude hablar con él», contó.

Despertó Benjamín, el chico de 8 años que fue blanco de una bala perdida cuando hacía el calentamiento previo de un partido de fútbol en el predio del club Paulo VI. Lo confirmó Javier, el papá del pequeño esta mañana, en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela.

«Nos llamaron y nos avisaron, a la una y media de la mañana», contó Javier en declaraciones al programa Ricciardino 830, que se emite por La Ocho. «‘Te amo’, le dije ni bien fui a terapia, y el me contestó: ‘Yo también, lleváme a casa’, me dijo cuando pude hablar con él», añadió.

«Estoy tranquilo si esto sigue así, la unión de la gente, que toda la gente ore por mi hijo, en cada casa de familia hoy están hablando del nene. Todos hacen fuerza. El abrazo solidario. Esto une, llega y Dios, los médicos, los chicos que tocan bocina, los de seguridad, los enfermeros, todos oran y seguirán orando por mi hijo», abundó muy emocionado Javier

El papá de Benjamín contó luego que el apoyo de la gente superó todas sus expectativas: «Gente que no me conoce, que hoy me conoce por los medios, se acercó a preguntar por él. Pasó esta desgracia, pero no me arruinaron la vida por alguien que se equivocó o es un ignorante. Tuve miedo, al principio non tenía tanta fe, yo llegué a esa fe porque vi todo lo que se movilizaba. Ahora, me lo llevo caminando a Benja a mi casa».

«Estábamos durmiendo adentro de la Traffic y vino un guardia de seguridad a golpearme el vidrio. ‘Lo llaman de Terapia’, me dijo… Me asusté un poquito, la verdad. Pero después me dije ‘no, calmáte, estás con Dios». Cuando llegué me dijeron que a la 1.30 se había despertado y estaba mirando dibujitos. Mi mujer se quedó a tranquilizarlo. Cuando entré le dije ‘te amo’ y el me miró y me respondió ‘yo también, pa, lleváme a casa'».

«No sé si esto es un segundo nacimiento, porque al principio no tenía la fe suficiente. Y hasta legué a temer lo peor, pero después agradezco haber accedido a ella», contó al borde de las lágrimas.

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