Con una convocatoria masiva empezó el 34 Encuentro Nacional de Mujeres en La Plata  

La tormenta impidió que se hiciera el acto de apertura pero los talleres y debates se llevaron a cabo durante toda la jornada. Hubo una marcha contra los travesticidios y un pañuelazo por el aborto legal.
Imagen: Jose Nicolini

Desbordante, masivo, inmenso. Las palabras quedan chicas para describirlo. A pesar de la terrible tormenta que se ensañó con las mujeres que llegaron a reunirse a la ciudad capital de la provincia, a pesar de que hubo barrios, escuelas, campings inundados, a pesar de los cortes de luz, el 34 Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) empezó en La Plata. No hay números todavía que den cuenta del fenómeno pero las calles fueron testigos de la presencia colorida, política, ruidosa y pujante de los feminismos del país y de América Latina haciendo lo que mejor saben hacer, poniendo el cuerpo y la cabeza para cambiar las ideas y las prácticas, y para que el mundo sea cada vez más verde y violeta.

 

A las ocho y media, alguien dijo que era todo obra del patriarcado. El cielo se caía sobre La Plata y había que poner un poco de humor a una mañana destemplada y lluviosa. La tormenta que se instaló en la ciudad desde la madrugada impidió que se hiciera el acto de apertura del ENM, que estaba previsto en la esplanada del Estadio Único. Allí fueron llegando algunos grupos de mujeres enfundadas en capas, impermeables, paraguas que se daban vuelta por las ráfagas de viento, botas de lluvia y muchas ganas de encontrarse.

La campaña #SomosPlurinacionales improvisó un acto desde un camión sobre la calle 25, haciendo hincapié en la necesidad de cambiar el nombre del Encuentro porque “nuestros encuentros ya son diversos, ya son plurinacionales” y planteando que “hoy vinimos a cambiar la historia porque lo que no se nombra no existe y lo que no existe no tiene derechos”. “Plurinacional y con las disidencias”, coreaban desde abajo apechugándole al agua y al frío. Aparecieron allí reclamos que se harán presente durante los tres días de Encuentro: la lucha por el aborto, legal, seguro y gratuito y por la educación sexual integral en todo el sistema educativo, la separación de la iglesia del Estado y contra el ajuste, entre otros. Lolita Chávez, de los pueblos originarios, tomó la palabra: “Con todo nuestro amor hemos venido, llamamos a nuestras ancestras, vengan pues, acompáñenos, aquí estamos vivas a pesar de los genocidios, a pesar de los feminicidios, vivas estamos porque estuvieron ustedes”. También hubo compañeras de Honduras que denunciaron el asesinato de la líder indígena y feminista Berta Cáseres por el que todavía no se hizo justicia. “Berta no murió, se multiplicó”, gritaron las presentes. Desde la #CampañaSomosPlurinacional, llamaron a que el debate y la discusión sobre el cambio de nombre se den en el acto de cierre del Encuentro, el lunes por la mañana. Para la comisión organizadora del ENM el debate debería darse durante los talleres que empezaron hoy por la tarde con cierta demora, porque la cantidad de delegaciones que fue llegando con cierto retraso debido a la tormenta.

Durante el transcurso de la mañana, las organizadoras fueron chequeando el estado de las escuelas y reubicando a compañeras que tenían previsto quedarse en campings o en lugares que terminaron tapados por agua. Villa Elisa, los Hornos y El retiro fueron algunas de las zonas inundadas y con cortes de luz. Muchas mujeres recurrieron a los Puestos Seguros, sostenidos por organizaciones sociales, gremiales y de la comisión de seguridad del ENM, para refugiarse de la lluvia, abrigarse y tomar algo caliente. “Estamos haciendo el mayor esfuerzo para que todas estemos seguras”, dijo la Comisión Organizadora en una conferencia de prensa pasado el mediodía en el Instituto Malvinas. Las inscripciones se hicieron incluso hasta avanzado el comienzo de los talleres en ese espacio y siguen hoy. Allí Carmen Brigada, enfundada en un pilotín empapado, esperaba completar el trámite con la compañía de sus dos hijas. Habían llegado recién desde La Matanza, a su primer Encuentro. Desde allí salieron para participar del Taller Mujer y Feminismo. “Tenemos que aprender juntas así que arrancamos por el principio”, contó Carmen, de 46 años y feminista “consciente”, como ella se definió, desde que sus hijas se hicieron adolescentes y empezó a temer por la violencia. Nancy Acosta, una mujer de 33 años, con moño verde sosteniendo su cabello negro y un sticker de un puño en alto en su mejilla izquierda, también se inscribió tarde. Docente del colegio Mariano Acosta de la ciudad de Buenos Aires, es la primera vez que participa de un ENM. Pero no lo hizo sola, como ninguna, sin acompañada de amigas del sindicato UTE. “Los temas de género me interesan desde chica porque sufrí violencia por parte de mi papá hacia mamá y hacía mí. Ahí empezó todo”, contó a este diario. La expectativa principal para este Encuentro es aprender. “Estamos acá porque sabemos que hay algo que se está gestando y que ahora es cuando”, dijo.

Desde allí, Patricia Colombres, de la Comisión organizadora reprochó a las autoridades provinciales y municipales que no respondieran a los problemas surgidos por las inundaciones en una ciudad con una historia al respecto. “Para los vallados policiales y para poner las fuerzas de seguridad en la calle, la gobernación se organizó. Ahora para prevenir y hacerse cargo de la inundación no”, apuntó en dialogo con Página/12. Como base de este movimiento heterogéneo que se dio cita este fin de semana, y más allá de las experiencias de cada una -que como enseñó el feminismo siempre son políticas- se denunciaron en este ENM las políticas de ajuste del gobierno nacional y provincial. “Las consecuencias de esas políticas sobre nuestras vidas se expresan en la feminización de la pobreza, en niñas madres, en la violencia machista cotidiana y acrecentada día a día, en las muertes por abortos clandestinos, en los feminicidios, los travesticidios y los transfemicidios como realidad abrumadora y permanente, en la falta de respuestas por parte de un Estado ausente que no se responsabiliza pero sí se hace presente para reprimir y criminalizar”, planteó la comisión organizadora en el texto que tenía previsto leer en el acto de apertura y por la tarde circuló por las redes.

Mientras, en la zona de los Bosques de La Plata, donde se concentraban gran parte de los talleres, el clima encuentrero desbordaba.

-¡Ahora que estamos juntas! -arengó una mujer sacando la cabeza y los brazos por la ventanilla de un colectivo de la Unión platense repleto mujeres.

Desde abajo, una chica, pañuelo verde en la muñeca y brazos en alto, respondió:

-¡Ahora que si nos ven!

Y la calle explotó:

-¡El patriarcado se va a caer, se va a caer!

Llegando a las Facultades de Psicología y Humanidades la cola de mujeres y disidencias para entrar tenía varias cuadras. Había tanta gente en los parques internos como adentro de los talleres. No solo las aulas sino todos los rincones estaban colapsados. Muchas quedaron afuera. Como Eugenia Balbi, militante de Seamos Libres de Mar del Plata con mucho glitter y brillo en los ojos. “Vinimos con muchas chicas de 18 años que recién empiezan, para que aprendan qué es el feminismo”, contó. Eva Sánchez, de 65 años, también era la primera vez que se animaba a un Encuentro. Llegó acompañada de otra debutante, su prima Karina, de Neuquén. ¿Por qué empezar ahora? “Porque me fui sintiendo más identificada con los reclamos y también para descubrir cosas que una tiene en el interior y no conocía”, contó Eva. Quería participar de los talleres de Mujer y familia y de Relaciones afectivas pero no pudo, también quedó afuera, como tantas otras, haciendo su propio encuentro en los alrededores.

A pesar de la lluvia que fue y vino durante todo el día, muchas se animaron incluso a sentarse en el parque. Unido bajo la tierra húmeda, un grupo cada vez más numeroso habló sobre Bisexualidad y pansexualidad durante toda la tarde.

 

En el hall de la Facultad de Psicología dos mujeres del Fondo de Lucha de Kimberly Klark buscaban hacer visible que hace 17 días que la fábrica ubicada en Bernal despidió a 209 trabajadores y trabajadoras. Afuera alguien vendía tartas calentitas a 50 pesos, “sin huevos, con ovarios”. Otra vez el humor, como a lo largo del día en cada grupo de compañeras y cómplices. Más allá uno de los edificios de la Facultad de Humanidades lucía un cartel enorme: “Será ley”.

En las escaleras, las ventanas, los pasillos, en el piso y en los bares, grupos de mujeres charlando, tomando mate, compartiendo este tiempo de estar solas, de estar juntas, de hablar de lo que nos atraviesa para ponerlo en palabras y, por qué no, en acto.

A las seis de la tarde, la lluvia dio una tregua y la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito pudo convocar a un pañuelazo en el centro, que llenó varias cuadras de la calle 7. En otro punto de la ciudad, comenzaba un rato más tarde la Marcha contra los Travesticidios. También se daban lugar muchas actividades culturales en distintos puntos de la ciudad, porque esto recién empieza y, como si hiciera falta recordarlo, no hay lluvia ni truenos que puedan contra la marea verde y violeta que nos une y potencia.

Por Sonia Santoro

Página 12

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