Revolución para los ojos: cómo son las gotas que combaten la presbicia y evitan los lentes
Se conoce como el método Benozzi, en relación al médico argentino que creó esta receta magistral. Una de las profesionales que las recomienda destacó sus beneficios y aseguró que muchos profesionales no las recetan porque “son baratas y les termina el negocio a los ópticos”
La definición de presbicia indica que es una anomalía o defecto del ojo que consiste en la imposibilidad de ver con claridad los objetos próximos y que se debe a la rigidez del cristalino. Aseguran que afecta al ciento por ciento de las personas adultas en algún momento de la vida y generalmente se combate con el uso de anteojos. Pero existe una alternativa, el denominado método Benozzi (en referencia al médico argentino que lo creó), que no es otra cosa que una gota que, según muchos especialistas, reemplaza a los lentes, aunque no es para todos los casos igual. El tema despierta polémica y abre una grieta entre oculistas y ópticos.
En el programa A Diario (Radio 2), la doctora María del Rosario Di Nisio, una de las profesionales que adhiere al uso de estas gotas y que además dijo haberlas utilizado en sus propios ojos, explicó los efectos del producto y también dio su versión sobre por qué genera polémica su recomendación.
La doctora Di Nisio explicó que “la gota fue procesada por el doctor (Jorge) Benozzi hace muchos años, en la Universidad de Bélgica”. Y destacó que “está patentada y registrada en no menos de diez países de Europa y en Estados Unidos”.
“Si yo le puedo dar una recomendación, le puedo decir que yo la usé diez años y que deja de tener efecto cuando uno comienza con la catarata”, contó la oftalmóloga en base a su experiencia personal. “Mis familiares más jóvenes la utilizan todos”, añadió.
La especialista aseguró que “la experiencia es muy importante” y que ha “tratado a miles de pacientes a lo largo de muchos años y ninguno tuvo una complicación”. También remarcó que “es una receta magistral” y que “no está comercializada”.
“La gota termina el negocio de los ópticos”
Di Nisio dijo que este preparado “es lo más barato y económico que tenemos para resolverle el problema a la gente” y afirmó que “ese es el problema que tiene la gota”. “La gota le termina el negocio a los ópticos, que tienen una organización mucho más fuerte que la de los oftalmólogos”, sentenció luego. “Me hago cargo de lo que dijo”, advirtió luego de su fuerte declaración.
La profesional que atiende en Buenos Aires comentó que “la droga madre se utiliza en miles de pacientes para bajar la presión”. Luego aclaró que “la clave es la indicación, saber a qué paciente le va a servir y al que no le va a servir”.
Después precisó que “por ejemplo, la gota está contraindicada en casos de miopía; pero no por la gota en sí, sino por la miopía”. Y también valoró que “la gota tiene una función más importante que el lente; es que detiene el avance de la prebicia”.
Di Nisio explicó que la gota “no se quiso comercializar, porque hay pacientes que la pueden usar y otros no. El doctor Benozzi, que fue el inventor de la gota, no quiso hacer masiva la venta de la gota porque si no, todo el mundo la iba a comprar sin un análisis de su caso”.
Detalles de su aplicación y beneficios
La doctora Di Nisio destacó que “lo habitual es que se arranque con tres o cuatro gotas por día y que a lo largo del tiempo, solo se necesite aplicarse una vez por día”. Luego indicó que “cuando la gota se empieza a usar, se necesitan entre 30 y 40 minutos para ver bien; cuado el ojo está entrenado, el efecto es más rápido, en 5 minutos ya se puede leer sin problema”.
Di Nisio contó que la gota se puede buscar y pedir como “el método Benozzi para la presbicia”. Y argumentó que “esta gota le cambia la calidad de vida a la gente”.
El trágico final del inventor de la gota
El doctor Jorge Benozzi falleció en 2014, cuando tenía 65 años de edad. En realidad, su cuerpo nunca fue encontrado, ya que la embarcación en la que navegaba junto a otros dos médicos, el “Tunante II”, desapareció y no fue encontrada hasta hoy. El caso tuvo mucha repercusión a nivel nacional e internacional.
Jorge «Pulga» Benozzi, Horacio «Mono» Morales, Mauro Capuccio y Alejandro Vernero se comunicaron por última vez el 26 de agosto de 2014, cuando emitieron un mensaje de alerta, en aguas brasileras, desde 300 kilómetros mar adentro frente a la costa de Río Grande.
Esa madrugada perdieron contacto y desde el 27 de agosto de 2014 están desaparecidos. El hallazgo de la balsa salvavidas, con documentación y ropa de los tripulantes, que nunca fue entregada a los familiares, dio lugar a múltiples especulaciones. Las pericias no dieron resultados concluyentes acerca de si el bote estuvo o no ocupado por los tripulantes.