Fernández evalúa con su equipo la instrumentación de las medidas económicas.

Fernández evalúa con su equipo la instrumentación de las medidas económicas.

El plan económico del Gobierno para la tercera fase de la cuarentena estará focalizado en agilizar los anuncios que ya se hicieron para que las empresas afectadas por la parálisis puedan asegurar los sueldos de abril. Como déficit, Alberto Fernández reconoce que no se atendió todavía a las categorías del monotributo de facturación intermedia y anticipó que evaluará dar alguna respuesta. Una baja de impuestos, por ahora, no está prevista en el menú oficial.

“Si bajamos impuestos no nos queda un peso para nada. Nos está bajando la recaudación”, reconoció el viernes el Presidente cuando anunció la prórroga del confinamiento nacional.

La AFIP solo está dispuesta a ceder con las cargas patronales, en el marco del programa de ayuda a las empresas, como un aliciente a colaborar con el pago de salarios de este mes. Se trata de un aspecto muy complicado para empleadores que vieron caer en picada su facturación. Para algunas empresas el Gobierno otorgará una reducción de los aportes patronales y para otras, solo una prórroga.

Evitar el cierre de empresas y frenar los despidos son los objetivos más urgentes que se trazó la administración de Fernández en la pandemia. Para impedir que asome el desempleo, el Gobierno ya introdujo un torniquete con el decreto anti despidos, vigente por 60 días, publicó el diario La Nación.

Respecto de los monotributistas, hasta ahora el Gobierno atendió a las categorías más bajas (A y B) con la posibilidad de inscribirse en el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para -previa admisión de la Anses- percibir un ingreso de $10.000, un beneficio también previsto para trabajadores informales y beneficiarios de asignaciones universales. A partir de hoy se podrán conocer quienes fueron beneficiados en la página del Anses.

Pero el Presidente reconoció en las últimas horas estar en deuda con parte de la “clase media”.

“Estamos preocupados por algunos sectores de la clase media, estamos viendo cómo ayudarlos, fundamentalmente los monotributistas de las categorías C y D”, dijo Fernández. Son aquellos cuentapropistas o profesionales independientes que tienen un ingreso mensual promedio de entre 34 mil pesos y 52 mil pesos y cuya facturación se ve afectada por la parálisis.

 

El ATP

 

El Gobierno, en tanto, abrió el viernes la inscripción al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) para ayudar a las empresas a pagar sueldos en medio de la crisis. Tras sucesivas reuniones del gabinete económico y del “comité evaluador” creado ad hoc para poner en marcha el plan, finalmente la AFIP, a través de su página, habilitó la suscripción de las empresas para solicitar el auxilio del Estado.

Según pudo reconstruir el diario La Nación, en el Gobierno esperan que se anoten unas 600 mil empresas. En las primeras 24 horas se anotaron unas cien mil.

Al 70 por ciento de esas empresas, la AFIP, que conduce Mercedes Marcó del Pont, les envió una notificación informando que las contribuciones patronales cuyo pago está previsto para la próxima semana se prorroga por dos meses.

El lunes, la AFIP comenzará a pedir datos a las empresas solicitantes para conocer sus parámetros económicos en el contexto de crisis y el número de empleados para evaluar qué beneficio podrían recibir. En el Gobierno aseguraron que se solicitará “información sencilla de conseguir que no requerirá un trabajo elaborado de los contadores de las firmas”.

A partir de allí, el Gobierno evaluará que ayuda otorgará: una postergación o una reducción de los aportes patronales, una asignación compensatoria para cubrir parte de los salarios en el caso de las empresas de hasta cien empleados (y que será variable según el número de trabajadores), o el ingreso al programa Repro del Ministerio de Trabajo previsto para empresas en crisis.

“La decisión política del Gobierno es que se le va a dar a todos lo que le corresponde. Por ahora la decisión es aliviar las cargas patronales para asegurar los salarios de los trabajadores. No hay posiciones dogmáticas y no se descarta avanzar con más herramientas de ser necesario”, señalaron el diario La Nación desde el equipo económico consultados sobre posibles rebajas de impuestos.

“El problema de las empresas no es tanto fiscal como financiero”, agregaron en alusión a los créditos blandos lanzados para la producción y que por ahora tuvieron escasa implementación.

En el amplio paquete de medidas que anunciaron el ministro de Hacienda Marín Guzmán y el ministro de la Producción Matías Kulfas, estuvo incluida una serie de líneas de créditos blandos por unos 350 mil millones para el capital de trabajo y para financiar a las empresas durante la parálisis nacional.

Kulfas dejó entrever quejas con los bancos por las demoras en el otorgamiento de los créditos. El ministro dijo que muchos bancos iban “muy lento” y pidió mayor apoyo del sector, al que consideró “de buenos ingresos en el pasado”.

Ayer, Fernández envió otro mensaje con la expectativa de acelerar el tema. “Un tema era el de las garantías. Me informaron que el BICE ya entregó cien mil garantías para que las empresas pidan los créditos a los bancos, así que en esta semana se debería resolver”, dijo.

“Todos los sectores seguirán recibiendo el auxilio que han tenido y si hace falta más lo tendrán también”, dijo el Presidente consultado sobre eventuales medidas económicas nuevas. “En este momento mi problema no es el gasto público, es la salud”, agregó.