El entrerriano Jorge Luis Burruchaga repasó algunos momento del Mundial de Italia 1990 donde Argentina se quedó con el subcampeonato, luego de una polémica final frente a Alemania: “Ese Mundial quedó marcado y la gente lo recuerda mucho más ahora. Nos castigaron durante un tiempo, pero hoy todos nos valoran”, contó el futbolista nacido en Gualeguay.

Burru, al ser consultado por la primera imagen que se le viene a la cabeza de aquella cita ecuménica, recordó en declaraciones a Clarín: “Cuando le ganamos a Italia. El periodismo italiano nos desprestigió, tenían por descontado que ganaban porque nosotros nos estábamos arrastrando. Brasil nos peloteó y Yugoslavia, con uno menos, nos llevó a los penales. Tenían descartado que nos ganaban. Y eso es lo peor que te puede pasar en el fútbol y en la vida”.

Y añadió: “Cuento un detalle, éramos cuatro o cinco los que veníamos de jugar el alargue con 50 grados y llegábamos con lo justo: Diego, Oscar (Ruggeri), el Gringo (Giusti), yo. El doctor Madero le había dicho a Carlos (Bilardo) que estábamos al límite y, sin embargo, jugamos igual. La imagen de ese Mundial fue haberle ganado a Italia. Nuestra final la jugamos contra ellos”.

—Por todo el contexto, ¿llegaron más lejos de lo que deberían haber llegado?

—Es difícil decir eso. No llegamos en las mejores condiciones. Hubo un gran recambio con respecto a la Selección del ’86. Perdimos a Oscar contra Camerún y hasta octavos, Giusti empieza a jugar en octavos, perdimos a Nery en el segundo partido, aunque después atajó Goyco e hizo un gran Mundial… Diego tenía un tobillo que era de todo menos un tobillo y yo venía bárbaro, pero jugué lesionado tres o cuatro partidos y con dolores? Llegamos hasta donde nos propusimos llegar. No es fácil perder el primer partido y llegar al último. Los merecimientos en el fútbol no sirven. Bilardo siempre nos decía que el Mundial no te permite el error. Si había algo que teníamos, era fortaleza anímica de grupo. Carlos fue un animal con nosotros. Todo eso nos llevó a jugar una final que sin lugar a dudas era impensada. Nos castigaban porque decían que llegábamos por los penales. Pero hay que llegar…

—¿Costó mucho imponer el respeto de llegar como campeones del mundo?

—Sí, nos costó bastante. En el ’86 no éramos candidatos; en el ’90, lo éramos como Alemania, Brasil e Italia. Pero hay que decir la verdad: en ese grupo, nosotros veníamos cuartos. Igual siempre estuvimos convencidos de que teníamos armas: el trabajo, lo anímico, saber jugar con los límites… Ganamos el partido más importante y nos prohíben jugar la final con Giusti, Caniggia, el Vasco Olarticoechea, el Checho Batista… Es decir, sin tres campeones del mundo y sin el delantero más desequilibrante, como era en ese momento el Cani. Si le agregamos que Diego, Oscar y yo llegamos a la final arruinados, que Oscar sale en el primer tiempo y yo a los 75 porque no daba más? Era más que un milagro. Así y todo, lo ganaron (por los alemanes) con un penal. Para mí hubo uno mucho más grande del Goyco a Augenthaler, como el penal gigante que no le dan a Calderón. Podría haber sido otra la historia.

Burruchaga hizo hincapié en la semifinal ante Italia, donde Argentina eliminó al local en los penales. 

—Para Maradona fue un Mundial muy especial…

—Fernando Signorini me llegó a decir que Diego había llegado mejor desde lo físico al Mundial ’90 que al del ’86. Lógicamente, tenía un porqué: el que más se jugaba cosas era él. Era él contra Italia, sin embargo, la lesión del tobillo le impidió estar al cien por ciento porque no podía jugar. Solamente él podía salir a la cancha con un tobillo así. Y solamente él podía permitirse jugar parado y en un momento hacer la jugada que hizo contra Brasil. Y fijate cómo son las cosas, que nosotros hayamos clasificado como mejores terceros sobre la línea y luego llegar a la semifinal fue lo peor que le podía haber pasado a Italia. La declaración de Diego el día anterior al partido fue extraordinaria. Se jugaba todo y, como ganador de todo, la batalla contra lo que él jugaba en ese Mundial la ganó lejos, más allá de haber perdido la final.

El entrerriano no llegó de la mejor manera física al duelo clave frente a los dueños de casa. 

Más adelante el Burru expresó que “la Copa fue dura para todos, en especial fue dura para Bilardo, porque ya se decía que en el ’86 ganamos porque teníamos a Diego, se lo criticaba por la lista del ’90 porque puso a ocho marcadores centrales y dejó afuera a Jorge Valdano, porque dejó afuera del debut a Caniggia y encima perdimos. Por eso después de ese encuentro nos hace la reunión en la que nos dice que si no ganábamos, nos tiraba el avión abajo. Y él era capaz, ja. El tipo ya estaba curtido. Siguió con su mensaje. Carlos fue un entrenador que no se conformaba con nada y si había algo que le gustaba, era la pelea. Y él también terminó ganador de esta pelea, porque más allá de todo lo que lo criticaron, el reconocimiento que nos hizo la gente en el país fue tan grande como cuando volvimos de México. O más también.