La Fiscalía la acusa de abandono de persona por el hecho de haber dejado «diez minutos» a su hijo al cuidado de su expareja, a sabiendas que era una persona violenta y ya había atacado a la criatura. Para la defensa, la joven «es una víctima más».

Aldana M. tiene 24 años, su bebé de seis meses fue asesinado por su expareja en 2017 y en medio de un contexto de violencia de género, pero hoy tiene que sentarse en el banquillo para afrontar un juicio en su contra por abandono de persona, situación que fue fundamentada a La Capital por parte de la Fiscalía. Sin embargo, desde la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem), que asiste a la defensa de la joven, aseguran que la Justicia la acusa por no cumplir con su rol de madre y resaltan que es una víctima más.

Todo surge a partir del hecho que se desencadenó en abril de 2017, en una casa ubicada en Matacos al 2030, de Granadero Baigorria, cuando la Aldana se fue a bañar y dejó por una lapso aproximado de diez minutos a su bebé, Mateo, al cuidado de su expareja. Tras ello, su expareja apareció con el nene en brazos e inconsciente, razón por la que lo trasladaron en un primer momento al Eva Perón de Granadero Baigorria y luego fue derivado al Hospital de Niños, Víctor J. Vilela, donde falleció a raiz de las lesiones sufridas.

Más allá de la imputación realizada por la Fiscalía de Flagrancia que intervino en un primer momento, luego se sumó la presentación de Marcos A., el padre biológico del pequeño Mateo, quien responsabilizó a Aldana por dejar a su bebé al cuidado de quien a la postre fue el responsable de su muerte. Sin embargo, la defensa de la chica sostiene que el padre del pequeño «jamás se hizo cargo del pequeño y tampoco se ocupó de cumplir con la cuota alimentaria correspondiente».

«La acusan de mala madre a partir del delito de abandono de persona, pero esa acusación no tiene asidero jurídico porque el artículo 106 del Código Penal es claro en cuanto a que el abandono de persona significa dejar a una persona en desamparo. Y lo que ocurrió es que Aldana dejó diez minutos a su bebé al cuidado de su pareja para ir a bañarse», le explica a La Capital Sofía Ribas, desde Abofem, que forma parte del grupo de asesores de la defensa, a cargo de Darío Pangrazi.

Por su pare, la fiscal Pairola, que interviene en la causa, fundamentó la acusación de la mujer a la hora de explicar que la cronicidad de los maltratos, sumadas a otras pericias que surgieron a través de la autopsia, dan cuenta que «la mamá del bebé -Mateo- conocía estas lesiones preexistentes que eran provocadas por esta persona violenta -Franco L.- y las conocía cabalmente».

«Lo que sostenemos es que, a pesar de todo esto, ella traslada al bebé a ese domicilio (donde ocurre el fatal desenlace) y lo pone en peligro concreto, ya que la circunstancia (el hecho de ir a bañarse) es aprovechada por esta persona para golpear al niño y causarle la muerte», sostuvo Pairola en contacto con La Capital.

Además, Pairola recalcó que para la Fiscalía la ex pareja de Aldana «es una persona violenta», al tiempo que aseguró que «también se contempló el contexto de violencia de género, y que esa figura surgió exclusivamente por la Fiscalía, ya que no hay propuesta de parte de la defensa para contextualizar ese tipo de violencia».

Más tarde, el defensor de Aldana en ese momento apeló la prisión preventiva de la joven y la Cámara de Apelaciones en lo Penal entendió que «no había cometido delito alguno» en el fatal hecho que terminó con la vida de su bebé.

Pasados ya cuatro años, la fiscal Pairola le atribuye a Franco el delito de homicidio calificado por alevosía en carácter de autor, el cual prevé una pena de prisión perpetua, mientras que a Aldana le atribuyó el delito de abandono de persona con resultado muerte agravado por el vínculo en calidad de autora, solicitando la pena de 10 años de prisión efectiva.

A la hora de explicar la figura del abandono de persona, desde la Fiscalía explicaron que esa situación se puede dar «a partir del desamparo que padece el bebé al ingresar a la casa y al dejarlo en compañía de una persona que ella sabía cabalmente que era violento y ya había lastimado al pequeño».

«Queremos que quede claro que esta Fiscalía quiere velar por los derechos del niño, por eso estamos investigando la muerte de Mateo, por eso recalcamos el conocimiento que ella tenía de la situación, más allá de que se trata de un caso complejo por donde se lo observe», abundó Pairola.

Sin embargo, la defensa insiste en su absolución al asegurar que la «no tiene asidero jurídico» y por tal motivo insiste en la absolución de Aldana, al tiempo que reclama la aplicación de la ley Micaela, que contempla el contexto de violencia de género.