La pobreza de 41% puso en discusión la efectividad del IFE

El IFE estaba pensado como un ingreso mensual y terminó siendo bimestral, en un marco de evidente restricción fiscal. Con todo, ayudó a que la indigencia creciera «solo» la mitad de lo que creció la pobreza. Desde el Gobierno esperan que su impacto haya sido mayor en el tercer trimestre.

La pobreza saltó 5,4 puntos durante el primer semestre del año, lo que la llevó a marcar una incidencia de 40,9% en la población relevada en los principales 31 aglomerados urbanos. El dato empeora si se toman en cuenta las estimaciones privadas que la ubican en 47,2% durante el segundo trimestre, ya que el primero habría cerrado en torno a 34,5%. En ese sentido, hay debate: ¿sirvieron para algo las políticas oficiales como el IFE y el Plan Alimentar? La indigencia trepó a 10,5% en la primera mitad del año.

Ahí una cuestión importante: tanto el IFE, como el Alimentar, que se suman a la AUH, están pensados más para paliar a la indigencia que a la pobreza, ya que son ingresos relativamente bajos, que se entregan a hogares de los deciles más complicados. En ese sentido, cabe destacar que la indigencia creció la mitad de lo que creció la pobreza en el primer semestre.

De hecho, mientras que la pobreza trepó 5,4 puntos, la indigencia saltó 2,5 puntos, aunque son dos indicadores con elasticidades distintas frente a las caídas del ingreso. Tanto la AUH, como el Alimentar y el IFE ayudaron a amortiguar el impacto de la caída del empleo informal, que fue el que traccionó la pérdida de 4.000.000 de empleos en pandemia.

El director del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), del Ministerio de Desarrollo Productivo, Daniel Schteingart, destacó además: “La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) captó muy poco IFE, porque la encuesta pregunta por los ingresos del mes anterior. Es decir, en el segundo trimestre se pregunta por ingresos de marzo-abril-mayo. El IFE empezó a pagarse a fines de abril y la primera ronda terminó en junio. De este modo, no llegó a entrar ni una ronda entera del IFE en la medición actual del Indec. La medición del tercer trimestre debería dar algo diferente: más IFE captado y reactivación parcial del empleo”.

El coordinador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp) y director del Banco Nación, Claudio Lozano, no coincidió del todo y criticó el carácter bimestral del IFE. A través de un informe del Ipypp, señaló: “Es inevitable entonces concluir que, si bien la intervención del gobierno fue activa, ésta fue insuficiente. Entre las limitaciones más importantes podemos señalar el carácter bimestral que ha adquirido el IFE que se disponía en principio a ser una transferencia mensual de $10.000 pero que en la práctica transfirió a lo sumo $5.000, valor que por otra parte apena cubre una porción muy mínima de una canasta básica. Es preocupante que en el proyecto de ley del Presupuesto 2021 se asuma la detracción de los refuerzos brindados por el Covid-19. Resulta imprescindible pararse sobre la novedad que resultó ser el IFE para robustecer su alcance y mejorar la calidad de la contención social brindada por el estado”.

El salto de la indigencia, que la llevó a la doble cifra, implicó que algo más de 4.760.000 personas no logró cumplir sus necesidades alimentarias básicas. La indigencia se más que duplicó en dos años, ya que había sido de 4,9% en el primer semestre del 2018 y llegó a 10,5% en el mismo período del 2020.

El salto de la pobreza estimado por el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) para el segundo trimestre, desde 34,6% hasta 47,2%, implicó que en los primeros tres meses de cuarentena alrededor de 5.700.000 personas ingresaron a la pobreza en el marco de la pandemia.

Fuente: Cedlas

Además, desde LCG destacaron un dato: no sólo la pobreza creció hasta niveles del 2006 sino que los pobres pasaron a ser más pobres que antes. Explicaron: “La brecha de pobreza se elevó a 41,2% (1,9 puntos). Esto significa que no sólo se incrementó el número de pobres, sino que los pobres se volvieron más pobres: en el último semestre el ingreso promedio de los hogares pobres sólo llegó a cubrir el 58% de la canasta básica, cuando un año atrás cubría 60%. Este deterioro data, de manera persistente, desde el segundo semestre de 2017 cuando se había llegado a cubrir un de 64%”.

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