Héctor Recalde: «Hay que reducir la jornada de trabajo, la crisis tiene que ser oportunidad»
En línea con el debate que se está llevando a cabo en distintas partes del mundo, el abogado laboralista y exdiputado del Frente para la Victoria charló con Télam sobre la oportunidad que representa la pandemia para discutir diferentes cuestiones del mundo del trabajo.
El abogado laboralista y exdiputado del Frente para la Victoria Héctor Recalde consideró que la pandemia de coronavirus tiene que representar una «oportunidad» para discutir diferentes cuestiones del mundo del trabajo, tales como la reducción de los turnos o de la semana laboral, en línea con el debate que se está llevando a cabo en distintas partes del mundo, al advertir que un «trabajador con jornadas más breves tiene mayor productividad».
Recalde, de vasta experiencia en el derecho laboral y quien se desempeñó como abogado de la Confederación General del Trabajo (CGT) durante la conducción de Hugo Moyano, se manifestó en una entrevista con Télam a favor de la sindicalización de los trabajadores de la economía informal y de los empleados no registrados, bajo el argumento de que no sólo se les está «negando un derecho» sino que, además, la incorporación de ese universo sería «útil» para el Producto Bruto Interno (PBI).
«Un trabajador con jornadas más breves tiene mayor productividad»
– Télam: ¿En qué momento encuentra a los trabajadores la celebración del 1° de Mayo?
– Recalde: Para los trabajadores argentinos hubo un cambio que dio origen a esta fecha. Históricamente el Día del Trabajador fue en homenaje a los mártires de Chicago, en 1886. Entonces se peleaba para reducir la jornada laboral a 8 horas. Parece mentira que hoy estemos trabajando 8 horas diarias o 48 horas semanales. Como aspiración de futuro, y por diversas razones, tanto económicas como de seguridad, higiene y en relación a la accidentología, hay que reducir la jornada de trabajo. La crisis tiene que ser oportunidad. Nadie discute con la pandemia, pero sería una buena ocasión para modificar la jornada de trabajo, no a 35 ó 40, como tienen algunos países, pero sí a 45. Además de que sería propicio: si se recurre incluso a la inteligencia, un trabajador con jornadas más reducidas tiene mayor productividad. No hay que bajar los brazos frente a la crisis.
– T: ¿Y reducir la semana laboral a cuatro días, como se está discutiendo en distintas partes del mundo?
– HR: Son todas variantes. Como diputado presenté varios proyectos para reducir las horas semanales, y lo hice tímida y prudentemente, de 48 a 45 horas, pero no lo logré. Hago autocrítica. Fui 12 años diputado nacional, diez años presidente de la Comisión de Legislación del Trabajo. Los últimos dos años fui presidente del bloque. Pero el poncho no apareció. Hay que segur empeñándose, igual que con la reducción de la semana laboral. La peor lucha es la que se abandona.
– T: ¿Qué aporte le hizo el peronismo a los trabajadores argentinos?
– HR: El origen del Día del Trabajador fue la tragedia de Chicago, pero en Argentina el peronismo lo transformó con una mirada optimista hacia el futuro. Se dio la ciudadanía laboral. Los trabajadores argentinos no eran más extras: participaban en la cosa pública, eran reconocidos en su dignidad. El trabajo siempre es digno. Lo hacen indecente los explotadores. La evolución del pensamiento dice que es un derecho humano social.
– T: ¿Hasta dónde afectó la pandemia al mundo del trabajo?
– HR: Desde mi parcialidad política digo que esta pandemia es antiperonista, porque no podés salir a las calles, manifestarte ni abrazar a los compañeros. Pero cuidarse uno es cuidar a los demás. Está penalizado tener una actitud contraria. Estamos viviendo una situación de anormalidad. En un momento en que se tiene fiebre, no se puede jugar con la salud de una persona. Como tampoco pueden hacerlo los empresarios. Yo tengo muchos cuestionamientos hacia el teletrabajo, pero el trabajo aislado es lo mejor que puede pasar para que la gente no se traslade ni ande por la calle. Es todo lo contrario a lo que practiqué en mi vida. Hay una frase de Néstor Kirchner cuando le reclamaban el pago de la deuda, decía: «Los muertos no pagan». Un trabajador gravemente enfermo no es útil.
– T: ¿Qué evaluación hace de la negociación en el Consejo del Salario que arrojó un aumento del 35% de acá a febrero próximo?
– HR: No me gusta ser juez de negociaciones ajenas. Pero en la concepción que tiene la ley, a lo que obliga con relación al Salario Mínimo Vital y Móvil, nunca se ha conseguido. Hay que recorrer un largo camino. No es una cuestión de echarle la culpa a este Gobierno, al anterior o al que venga. Son cuestiones estructurales en nuestro país. La ley en sí es ambiciosa. Cuando se ve la legislación, tiene que satisfacer tantos aspectos en la vida de un trabajador sin carga de familia… Porque el salario mínimo es el menor ingreso que percibe un trabajador sin carga de familia. No creo que ningún gobierno pueda cumplir lo que plantea la ley de Contrato del Trabajo del ’74.
«El trabajo siempre es digno. Lo hacen indecente los explotadores»
– T: ¿Cómo toma el proceso de sindicalización de los trabajadores de la economía informal a instancias del Estado nacional?
– HR: Es la primacía de la realidad. La CGT los ha incorporado como una rama especial dentro de lo que es la organización sindical de la central. Yo plantearía la unidad incluso con las dos CTA, se tendrían que juntar todos y confluir en una sola central. Unidad en la acción. También falta incluir, porque tienen el derecho, a los trabajadores no registrados. Es una etapa que hay que caminar con soluciones concretas. Y además no es sólo un derecho que es negado, sino que es útil para el PBI.