La doble estrategia que planificó el Gobierno para sacarle provecho al dólar Qatar
Con la nueva percepción adicional, los gastos en dólares con crédito y débito pasan a costar el doble. El anuncio juega a dos puntas: cuidar las reservas y mejorar la recaudación.
Si usted compra un pasaje que cuesta 1000 dólares, pagará 157.000 pesos, más 47.100 pesos de impuesto PAIS (que no le devuelven), más 70.650 de percepción a cuenta de Ganancias (45 por ciento que se reintegra), más 39.250 de percepción a cuenta de Bienes Personales. En total: 314.000. Algo similar ocurre con los gastos efectuados en el exterior.
Primera conclusión obvia: el precio, en el ejemplo, pasa a ser exactamente el doble. Es decir, el valor del pasaje, cuando se le suma el impuesto PAIS y las percepciones, termina trepando un ciento por ciento.
Segunda conclusión: de ese monto total, el viajero podrá obtener la devolución del 45 por ciento de Ganancias e imputar 25 por ciento a cuenta de Bienes Personales en 2023. Es decir, que el turista que viaje al exterior podrá reaprovechar el 70 por ciento de lo que pago por su pasaje.
Tercero: ahí mismo surge una duda. ¿Conviene pagar en tarjeta o en dólares? Parece que hoy convendría sacar del colchón o comprar el billete al dólar blue, que hoy cotiza a 280 pesos. O comprar un dólar financiero (MEP, $289 y CCL, $303) y pagar la tarjeta en moneda extranjera, con lo cual se evita pagar el impuesto PAIS y las percepciones. El Gobierno logra así el objetivo que persigue: que el público entregué dólares para evitar que salgan del BCRA.
Pero si todos se apresuran a hacer la misma cuenta, las cotizaciones paralelas del dólar subirán y tenderán a la cotización de 314 pesos. Ahí, tal vez, sea mejor pagar en pesos y soportar el impuesto y las percepciones, que podrán aprovecharse el año próximo.
En ese momento, la AFIP logra su segundo objetivo: recaudar más. Por más que a futuro deba devolver la percepción de Ganancias y tenga que descontar de Bienes Personales lo abonado ahora, abonar en pesos ayuda a la AFIP, en lo inmediato, a mejorar la recaudación. El contribuyente, así, financia a la AFIP.
Una cuenta similar hará el turista cuando llegará al exterior y tendrá que pagar una comida o cualquier otro consumo. Sacará el dólar de su bolsillo o pagará en tarjeta sabiendo que a su regreso al país tendrá que pagar el total de los consumos en dólares, que no se financian en cuotas.
La AFIP dice que la medida adoptada ayer apunta a alcanzar a unos 200.000 contribuyentes que concentran el consumo en dólares. ¿Alcanza esa medida para desincentivar el consumo de ese sector de clase alta o media alta? Tal vez no. Pero si muchos de ellos optasen por veranear en la Argentina, los precios locales se encarecerán y la AFIP recaudará más por impuesto al consumo.
Y ahí va el cuarto punto a tener en cuenta: no solo se encareció el dólar turista, sino el dólar para consumos suntuarios. Por ejemplo, la compra de autos importados. Quien opta por esos vehículos, tal vez no se pase a uno nacional. Pero el precio de los autos nacionales tendrán otro motivo para subir sus precios. Y la AFIP también recaudará más.
En definitivo, el anuncio juega a dos puntas: evitar la salida de dólares del BCRA y lograr que los contribuyentes paguen con sus dólares billetes, y también a mejorar la recaudación.