La joven, oriunda de Viale, había recibido un trasplante bipulmonar en 2014. Tras ello pudo tener una mejor calidad de vida. No obstante, en el último tiempo su salud desmejoró y esperaba un retrasplante de pulmón y uno de riñón.

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En 2014, tras mucho tiempo de espera, Antonina Colignon, oriunda de Viale, recibió un trasplante bipulmonar que le permitió tener una mejor calidad de vida, ya que padecía fibrosis quística.

En el último tiempo su salud desmejoró y estaba en lista de espera para retrasplante de pulmón y uno de riñón. Actualmente se encontraba internada en Buenos Aires. Este martes se confirmó su fallecimiento.

“Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa. Llegado el momento, podemos marcharnos y vernos libres del dolor, de los temores y preocupaciones; libres como una bellísima mariposa. Descansa en paz”, expresaron desde la Asociación Alguien Como Yo FQ.

En 2020, la joven de Viale había contado a Elonce que “el mío fue uno de los primeros diagnósticos que se hizo en Entre Ríos, antes no se sabía nada de la enfermedad, ni siquiera se sabía si estaba bien diagnosticada. Yo tenía tres meses, mis papás no sabían de qué se trataba, fuimos todos aprendiendo sobre cómo tratar la enfermedad, como vivir con esta enfermedad. Fue creciendo y avanzando en lo que respecta tratamientos a medida que yo iba creciendo».

Al enterarse que necesitaba un trasplante, confió, «fue muy difícil» ya que «pensé que se trataba de una crisis más propia de la enfermedad. Creí que, con antibióticos, internación, iba a salir, pero con el transcurso del tiempo iba empeorando, necesitaba oxígeno todo el día, tenía sangrados constantes porque ya los pulmones estaban muy deteriorados. No me quedó otra que aceptar que necesitaba un trasplante. Me costó aceptar que me tenía que ir a Buenos Aires a vivir, tenía 19 años. Había empezado a estudiar Psicología y tuve que dejar para irme. Allá estuve dos años esperando un trasplante y seis meses más después del trasplante, cuidándome».

La chica que retomó sus estudios en Paraná dijo que luego del trasplante hizo «una vida totalmente normal».

No obstante, aseguró: “Si bien la fibrosos quística no se termina con un trasplante, lo que se hace es ganar calidad de vida. La enfermedad está, no es ni mi amiga ni mi enemiga. He aprendido muchas cosas. Me enseñó a disfrutar más el presente, disfrutar de la vida a pesar de todo”.

En el último tiempo debió ser internada en Buenos Aires e ingresó en lista de espera para trasplante. «Un rechazo crónico despertado por un Covid-19 que tuve en 2021, un síndrome nefrótico también. Todos factores que hicieron que necesitara internaciones largas en estos dos últimos años para llegar a donde estoy ahora, con un rechazo crónico, mi cuerpo está rechazando los pulmones, pulmones con muchas secuelas, muy lastimados. Además, mis riñones vienen soportando muchos años de remedios, muy tóxicos, lo que hizo que tuviera disfunción renal, entonces a parte del re trasplante bipulmonar, necesito un trasplante renal», señaló tiempo atrás.