«Los que se oponen a este homenaje son los que tienen manchadas las manos con la sangre de nuestros seres queridos», sostuvo.

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La diputada y candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, encabezó este lunes en la Legislatura porteña un acto en homenaje a «las víctimas del terrorismo» atribuido a organizaciones como Montoneros y el ERP y criticó las manifestaciones en contra de la iniciativa que hubo fuera del recinto.

«Les quiero agradecer a los presentes y a los que no pudieron estar presentes debido a que el autoritarismo está afuera. Algunos pasaron un momento difícil para poder ingresar, tuvieron miedo, pero están acá acompañándonos», sostuvo en alusión a los manifestantes de organismos de derechos humamos y de partidos de izquierda que repudiaron la realización de la ceremonia.

Luego, la compañera de fórmula de Javier Milei retomó el tema y agregó: «Los que se oponen a este homenaje son los que tienen manchadas las manos con la sangre de nuestros seres queridos, son los que monopolizan el recuerdo porque en nombre de Montoneros y el ERP no nos dejan ni siquiera recordar a nuestros seres queridos».

«Cada 21 de agosto se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de las Víctimas del Terrorismo y acá estamos haciendo un homenaje porque en la República Argentina miles de argentinos y extranjeros fueron agredidos por organizaciones armadas que hicieron actos terroristas. Y la memoria oficial no los recuerda. Las víctimas del terrorismo sufrieron el dolor más indecible que es que tu propio país te niegue», señaló Villarruel.

En ese sentido, dijo que «17 organizaciones armadas ocasionaron miles de víctimas: civiles, uniformados, peronistas, radicales, pobres, ricos, católicos, protestantes, niños, ancianos».

«Todo el pueblo argentino fue agredido por Montoneros y el ERP, que pretendieron armar un Estado dentro del Estado. Secuestraban, ponían bombas, asesinaban…no les importaban miles de ciudadanos», prosiguió la abogada que desde hace varios años sigue este tema y fundó el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV).

Y remarcó que «durante estos 40 años las víctimas del terrorismo fueron despreciadas de la memoria, barridas abajo de la alfombra de la historia, se les negaron su derecho a la verdad y a la reparación, ninguna de estas víctimas tiene justicia».

«El Estado en democracia está negando los derechos humanos, el daño lo ocasionó un tercero, pero el Estado tiene el deber de protección y lo viola para garantizar la impunidad de unos violentos que gozan de la libertad y de las garantías que les da nuestra democracia», remarcó.

«¿Quién podría oponerse a un homenaje si no se es cómplice de quienes ponían bombas y derramaban la sangre de estos inocentes?», se preguntó Villarruel, quien agregó: «No me importa nada lo que digan de mí, solo importan las víctimas del terrorismo que serán recordadas».

Durante el acto, antes de Villarruel tomaron la palabra Lorenza Ferrari, madre de Laura, una estudiante de 18 años que murió por la explosión de un coche bomba de Montoneros en 1975; Graciela Saraspe, hija de Héctor, encargado de un bar, asesinado en Santa Lucía (Tucumán) por el ERP, en 1974, y el de Arturo Larrabure, hijo de un militar secuestrado y asesinado por el ERP luego de pasar más de un año encerrado en un calabozo en 1975.

En tanto, desde horas antes que se iniciara el acto, miles de personas vinculadas a organizaciones de derechos humanos y de izquierda se concentraron en las inmediaciones del edificio en el microcentro porteño para rechazar la ceremonia, al tiempo que acusaron a Villarruel de «negacionista» de la dictadura. En la movilización no hubo presencia orgánica de algunas organizaciones de DDHH ni del peronismo, porque en estos sectores primó la postura de no darle «entidad» a Villarruel y el CELTYV.