Para el abogado de la madre superiora la aplicación de tormentos son cuestiones privadas
La madre superiora del convento de carmelitas de Nogoyá fue imputada por privación ilegítima de la libertad.
Luego de que el fiscal de Nogoyá, Federico Uriburu, decidiera imputar por el delito de privación ilegítima de la libertad a la madre superiora del convento de las Carmelitas Descalzas, la hermana María Isabel, uno de sus abogados defensores, Miguel Ángel Cullen, se refirió al tema. “Lo que ellas llaman mortificación, como el uso de cilicios, son cuestiones privadas y ahí está el eje de la cuestión”, afirmó el letrado. La religiosa será indagada el próximo miércoles y la decisión judicial se tomó luego de las declaraciones de dos ex carmelitas, que confirmaron lo denunciado por la revista ANALISIS, en cuanto a los excesos cometidos en el convento, como así también la actitud de la religiosa -e incluso por varios años-, de prohibir sistemáticamente la salida de las jóvenes de la congregación.
Por decisión del Arzobispado de Paraná, Cullen actuará en la defensa de la madre superiora junto a Guillermo Vartorelli, y tras conocerse la imputación de su defendida, realizó declaraciones periodísticas sobre la cuestión.
“Por lo que he leído en los medios se cuestiona mucho lo que ellas llaman mortificación, como el uso de cilicios, pero esas son cuestiones privadas y creo que ahí está el eje de la cuestión», afirmó el abogado.
Al respecto, ahondó su postura justificando los excesos cometidos en el convento: “Me parece que se pone en eje una discusión que se va a dar, seguramente, que es si el Estado puede intervenir o no en cuestiones que tienen que ver con las decisiones privadas, como ingresar a un convento de este tipo, que se llama de clausura y que tiene más de 600 años”.
Vale recordar que la madre superiora del convento de Carmelitas Descalzas de Nogoyá quedó imputada por el delito de “privación ilegítima de la libertad en dos hechos” -que establece una pena de prisión de dos a seis años- y por ende fue citada a declarar en instancia indagatoria para el próximo miércoles a la mañana.
La determinación la adoptó el fiscal después de analizar en profundidad las extensas declaraciones testimoniales de dos ex carmelitas descalzas que transitaron por el convento en los últimos años. Una de ellas estuvo más de diez años y la restante permaneció por espacio de más de dos décadas. Ambas declararon por casi seis horas en Tribunales el viernes pasado y no solamente ratificaron todo lo denunciado por la revista ANALISIS en su última edición, en cuanto al uso de cilicios, látigos, mordazas y el padecimiento de humillaciones y mortificaciones.
Además ampliaron numerosos detalles en torno a sus traumáticas vivencias en el convento y en especial en el período en que se hizo cargo la hermana María Isabel, quien hace diez años es la principal responsable. La identidad real de la religiosa es Luisa Toledo y desde 1991 está en Nogoyá, después de su paso por el convento de Concordia.
En tanto, se estudia la posibilidad de imputarle también -quizás más adelante- la aplicación de tormentos o torturas, como así también el delito de reducción a la servidumbre. Este establece que “serán reprimidos con reclusión o prisión de cuatro (4) a quince (15) años el que redujere a una persona a esclavitud o servidumbre, bajo cualquier modalidad, y el que la recibiere en tal condición para mantenerla en ella».
Pero además, desde primeras horas de la tarde hasta altas horas de la noche del viernes declararon varios de los policías que participaron del allanamiento al convento, después de la actuación de oficio de la justicia, tras el informe de la revista ANALISIS. La mayoría de ellos habrían revelado incluso la serie de amenazas proferidas por la madre superiora al momento de la tarea judicial en la dependencia religiosa.
El fiscal Uriburu trabajó paso a paso con la procuradora general adjunta del Superior Tribunal de Justicia, Cecilia Goyeneche y adoptó la decisión de imputar a la madre superiora después de analizar las pruebas pertinentes (hay que recordar que en el convento se encontraron cilicios, látigos -denominados flagelos- y mordazas de castigo), a lo que se sumaron los extensos testimonios de ex carmelitas y de otras personas que atestiguaron en el expediente. También colabora permanentemente en la estrategia judicial el fiscal coordinador de la jurisdicción, Dardo Tórtul, con quien Uriburu mantuvo reuniones en el edificio tribunalicio de Nogoyá en los últimos días.
Fuente: Análisis Digital
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