En algunas entidades, los ciberdelitos se multiplicaron por cinco durante la pandemia.

En algunas entidades, los ciberdelitos se multiplicaron por cinco durante la pandemia.

Si bien esta forma de robo ya existía, este tipo de delito creció en forma preocupante durante la cuarentena y movilizó a todo el sistema bancario.

Promociones exclusivas, soluciones a inconvenientes operativos y hasta regalos o beneficios son algunas de las estrategias que usan estafadores virtuales para atraer a clientes bancarios y quitarles su dinero, según refirieron a Télam fuentes de diversas entidades financieras.

Si bien esta forma de robo ya existía, este tipo de delito creció en forma preocupante durante la cuarentena y movilizó a todo el sistema bancario.

“La digitalización masiva de las operaciones producto de la pandemia significó un salto beneficioso para la mayoría de los usuarios porque facilitó la gestión de los trámites bancarios, pero trajo aparejado un aumento de los ciberataques y las campañas de phishing”, confiaron a Télam desde el Banco Provincia.

En este sentido, el vuelco a canales digitales de personas con poca experiencia o de incipiente aprendizaje hizo que crecieran la cantidad de estafas.

Los mecanismos que utilizan los delincuentes son variados, pero todos coinciden en un punto: hacerse pasar por representantes del banco para pedir contraseñas o información y, con esos datos, robar el dinero que tienen depositado o solicitar préstamos inmediatos que transfieren a cuentas en el exterior.

Si bien no hay cifras oficiales, diversas fuentes del sector financiero confirmaron a Télam que el aumento de este tipo de delitos fue “exponencial” en los últimos meses y que, en algunos bancos, llegó a registrar un incremento del 500% respecto a los niveles de enero.

Por este motivo, unas 35 entidades financieras de todo el país agrupadas en las cuatro cámaras bancarias comenzaron la semana pasada una campaña conjunta de concientización en redes sociales para advertir a la gente del peligro de compartir información sensible con desconocidos.

“Los delincuentes aprovechan las redes sociales para contactarse con su víctima. Buscan los reclamos o comentarios de los usuarios en los perfiles oficiales de las entidades para luego contactarse por privado y ofrecer atención inmediata a sus reclamos, pidiendo datos personales como usuario y claves”, detallaron a Télam desde el Banco BBVA.

Las estafas también toman lugar a través de llamados telefónicos, una técnica que, si bien ya se utilizaba, en los últimos meses aumentó considerablemente.

“Es el famoso cuento del tío – explicaron desde el BBVA-, los delincuentes se hacen pasar por organizaciones reconocidas o inventan historias para robar datos o convencer a usuarios de que realicen alguna acción, como por ejemplo acercarse a un cajero automático para obtener la clave token y luego realizar un fraude”.

Uno de los casos más notorios de la relevancia de estos delitos la protagonizó el Banco Galicia, que primero desactivó los comentarios públicos en sus redes sociales y, a partir del 16 de septiembre, decidió finalmente cerrar sus cuentas de Instagram.

“Fue una decisión consensuada entre Ciberseguridad junto a otras áreas del Banco con el fin de preservar la seguridad de nuestros clientes”, confirmaron a Télam desde el Galicia, luego de que detectaran una gran cantidad de perfiles falsos en redes sociales.

La clave, insisten desde el sector financiero, es avanzar con la educación y que la gente advierta que compartir claves o gestionar nuevas por pedido de un supuesto representante del banco es algo muy peligroso.

Por este motivo, la semana pasada las asociaciones que agrupan a los todos los bancos públicos y privados, tanto de capital nacional e internacional, que operan en el país (ABA, Adeba, Abapra y ABE) lanzaron una campaña de concientización en redes sociales.

 

Precauciones

 

Los consejos son simples pero imprescindibles para evitar que los ciberataques se sigan replicando: no dar datos confidenciales por teléfono, correo o SMS; ingresar siempre al homebanking a través de la página oficial del banco y no por un buscador; nunca ir a cajeros automáticos si te lo piden por teléfono; verificar que las cuentas de redes sociales de los bancos cuenten con una tilde azul de validación.

En el caso de recibir una llamada de un representante del banco del que son clientes: no dar datos personales ni bancarios (claves, Token, números completos de tarjetas o cuentas), no realizar transferencias a cambio de futuros beneficios, e informar al banco si recibimos un contacto desde un canal no oficial.

Por último, la mayoría de los bancos tiene un sistema de alertas por correo y mensaje de texto con el detalle de operaciones realizadas, que les permite mantenerse informado y prevenir o accionar a tiempo en caso de ceder datos personales sin saberlo y que puede activarse a través del homebanking.