Bahillo disertó en la Convención Nacional de Maíz
La séptima edición de la Convención Nacional de Maíz, realizada en Jesús María, provincia de Córdoba, reunió a los titulares de las carteras productivas de la Región Centro vinculados al campo y su industria.
Los ministros debatieron junto a productores, dirigentes rurales y empresarios el desarrollo de la actividad maicera desde la perspectiva de su impacto en la generación de empleo. “Nos debemos una legislación que englobe a toda la zona productora, que de previsibilidad y seguridad” sentenció Bahillo.
La presencia de los tres ministros en la Convención representa un gesto político concreto que muestra la labor coordinada de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba en la generación de herramientas de desarrollo de alcance regional. Bahillo, Costamagna y Busso dijeron lo mismo de diferentes formas: que la producción primaria se transforma en la misma región para impulsar el empleo con el empuje y colaboración de los sectores público y privado.
Dar valor agregado a la totalidad del maíz logrado en la zona es la misión de los gobiernos de la región y el compromiso de los empresarios que ven en tal estrategia la mejor herramienta para crear fuentes de trabajo. El grano elaborado se transforma en alimento para la ganadería, insumo para la industria química y fertilizante natural, entre otras derivaciones de la materia prima. Y en cada eslabón de la cadena de transformación del fruto original de la tierra se genera el valor agregado que es sinónimo de más empleo.
Expandir el horizonte productivo e industrial fue el propósito de la Convención, que reunió a los ministros en el predio de la Sociedad Rural de Jesús María, en Córdoba, y que se transmitió de manera on line. El encuentro, también incluyó una visita de los funcionarios a un campo en la zona de Rayo Cortado, en el Departamento de Río Seco. A distancia, la Convención sumó la presencia del gobernador de la provincia anfitriona, Juan Schiaretti y el ministro de Agricultura y Ganadería de la Nación Luis Basterra.
El mandatario de la provincia mediterránea calificó al maíz como una economía regional que impacta de forma definitiva la vida económica y social de la región y Basterra, por su parte, subrayó el aporte de materia orgánica que contribuye al cuidado del ambiente.
Economía Circular
Los ministros además visitaron el Establecimiento Las Chilcas, ubicado en la zona norte de Córdoba, donde a partir del cultivo de maíz producen carne vacuna, porcina, bioenergía y fertilizantes naturales. Nada sale de este establecimiento como materia prima dado que la transformación es la meta alcanzada.
En Las Chilcas, el productor Mario Aguilar Benítez, socio del emprendimiento, mostró cada una de las estaciones donde usan al maíz como fuente de riqueza para crear otro producto. “La eficiencia pasa por hacer todo dentro del mismo campo” sentenció al ponderar que cuando en la mayoría de las explotaciones salen camiones cargados de granos tras la trilla, en Las Chilcas estos camiones llevan alcohol para industria química, novillos y porcinos para consumo interno y exportación. Además, parte del estiércol se utiliza como abono orgánico.
“Trabajamos para generar políticas que favorezcan el desarrollo con inclusión” sentenció Bahillo y definió: “Los privados asumen riesgos para crecer con sostenibilidad y el Estado tiene que generar la infraestructura necesaria; pensando juntos en las generaciones de personas que seguirán trabajando en el lugar.
Los acuerdos entre las tres provincias apuntan a una mirada integral del sector. Por ejemplo, todo el maíz de Entre Ríos es demandando para la industria avícola y en Córdoba y Santa Fe para la ganadería. Para Bahillo, sacar los granos como materia prima es perder oportunidades: “Transformar al maíz en proteína animal es mucho más que solo eso, es un modelo de desarrollo de los territorios y creación de empleo”, definió el ministro.