María Zysman psicopedagoga y fundadora de la fundación “Libres de Bullying” explicó a Cadena 3 algunos conceptos para entender la problemática y buscar herramientas para abordarla.

 

Aunque en la actualidad se habla mucho de bullying la psicopedagoga y fundadora de la fundación “Libres de Bullying” María Zysman, explicó a Cadena 3 algunos conceptos claves para distinguir cuándo se trata de estas situaciones y cuándo no.

Definición clara de bullying

La especialista aclaró que el bullying “consiste en humillar a un compañero para elevar el propio poder”. “Se humilla para que espectadores sigan a aquel que humilla y de esa manera armar una estructura en donde uno queda a salvo y el otro queda expuesto”, precisó.

En ese sentido señaló que estas acciones agresivas hacia otros en la escuela “se ejerce desde lo físico, lo simbólico, lo emocional, la exclusión social, y otros infinitos mecanismos que hacen que la persona humillada se sienta cada vez más expuesta”.

“Es bullying cuando hay uno en inferioridad de condiciones por lo que le hacen otros y no puede salir por sus propios medios”, advirtió.

 

La búsqueda de reconocimiento como motor del acoso

Según Zysman, los acosadores buscan «este reconocimiento» de sus pares y continúan con su comportamiento porque «nadie los frena». Este ciclo se perpetúa debido a que los agresores creen que al humillar a otros ganan derechos y estatus social, mientras que el miedo a ser víctimas también influye en su conducta.

En este sentido, también enfatizó que “jamás la responsabilidad es de aquel que es hostigado”, porque si se buscan las causas de bullying en la víctima, “en que la persona tiene algo”, se cierra la intervención y remarcó que “lo que hace que haya bullying es la falta de freno frente al dolor del otro, el no poder regular lo que uno quiere hacer ante el dolor del otro”.

 

La confusión en la definición de bullying

Señaló que, aunque en la actualidad se habla más del bullying «no todo lo que se considera bullying lo es«. Aclara que hay situaciones que, aunque dolorosas, no cumplen con su definición. Por caso mencionó «cuando todos se burlan de todos», lo que puede ser más un problema de convivencia que un acoso sistemático.

La presión de los modelos de éxito actuales

Zysman destacó que los modelos de éxito impuestos a los jóvenes, que promueven la perfección y el reconocimiento en redes sociales, «los lleva a hacer cosas que de otra manera no harían». Esto contribuye a un ambiente donde el bullying puede florecer, afectando la salud emocional de los adolescentes.

El rol de las escuelas y las familias

También enfatizó que las escuelas deben tener «un acuerdo de convivencia» y un plan claro de intervención. Sin embargo, enfrenta la dificultad de trabajar con familias que no confían en las instituciones educativas.

Resaltó que «la escuela no está para ser una escuela a la carta», lo que genera malestar y falta de acuerdo entre padres y docentes.

 

“Las escuelas tienen que pensar antes qué van a hacer cuando pasen. O sea, tener un acuerdo de convivencia, tener un acuerdo de consecuencias respecto a las transgresiones en las normas de la escuela, claro y que esté acordado con las familias. No es que hay un protocolo idéntico para todas las escuelas, porque no todas tienen los mismos recursos, ni tienen gabinete dentro de la escuela o equipo de orientación, ni tienen una comunidad de padres que participen. Dependerá de cada institución cómo armar una guía de intervención frente al bullying y a otras cuestiones que afectan a la convivencia”, concluyó.