Casa Rosada: una derrota inesperada y el temor por la reacción de los mercados
Esta «paliza» no estaba en los cálculos de oficialismo. En el gobierno ahora dicen que «subestimaron» la crisis económica.
“Es responsabilidad de todos”, respondió el presidente Mauricio Macri ante la pregunta sobre cómo estima que reaccionarán los mercados luego de conocida la derrota del oficialismo por unos 15 puntos en las elecciones primarias.
Este resultado negativo –que algunos llegaron a calificar de “paliza” – no estaba en la mente de ningún funcionario. Es más, el viernes pasado, en la Casa Rosada la expectativa era que el oficialismo podía llegar a empatar – los más optimistas hasta creían en un triunfo ajustado -, mientras que la mayoría se inclinaba por la posibilidad de una derrota pero no mayor a un par de puntos.
Los resultados de las elecciones primarias chocan contra estas previsiones y llevan a que dentro del Gobierno de Cambiemos haya quienes se pregunten en qué se equivocaron.
“El Gobierno subestimó la importancia de la crisis económica”, señalan analistas políticos. Los resultados económicos son claramente desfavorables para la administración oficial. Subió la pobreza, el salario perdió 15% del poder adquisitivo que tenía al terminar el anterior Gobierno y las tarifas le ganaron a la inflación por más de 80%. Tomando cifras más recientes, el consumo masivo cayó en el segundo trimestre entre 7% (en el segmento de ingresos más alto) y 12% (en la escala más baja), en la comparación con un año atrás, según datos de Kantar Worldpanel.
“Creyeron que con el miedo al regreso al populismo autoritario o con mensajes abstractos como la consolidación de una democracia republicana e integrada al mundo era suficiente para ganar, y no se dieron cuenta de que mucha gente terminó votando en contra, muchas veces con bronca, porque el sueldo no les alcanza para llegar a fin de mes”, según evalúan otros analistas.
Algunos creen que el mensaje del Frente de Todos fue más efectivo al apelar a hechos concretos como el pago de los medicamentos a los jubilados o la promesa de que la gente podrá volver a comer asado.
En cambio, la comunicación de Juntos por el Cambio presentó en reiteradas oportunidades la necesidad de reformas laboral y previsional, una perspectiva que difícilmente sirva para cosechar votos. Todo esto en un contexto en el que la palabra presidencial se encuentra devaluada por las promesas incumplidas (la reactivación, la baja de la inflación, de la pobreza).
A la luz de los resultados, también parece equivocada la estrategia de polarización por la que se inclinó el Gobierno. “Alentaron tanto el fantasma de Cristina (Fernández de Kirchner) que ahora están a punto de tirarse un tiro en el pie por la posibilidad de que el kirchnerismo regrese al poder”, señalan allegados a la coalición gobernante que no comulgan con la línea elegida por el asesor presidencial Jaime Durán Barba.
Habrá que esperar hasta las elecciones de octubre, pero la realidad es que el panorama inmediato se presenta complicado para el Gobierno de Mauricio Macri, entre otros motivos por la reacción de los mercados.
Entre los analistas económicos se consideraba como aceptable para los inversores una diferencia en contra del macrismo de hasta 5 puntos como máximo. Superada esta barrera, no es de extrañar que vuelva el stress en el mercado de cambios.
Para colmo de males, la semana terminó con una rueda muy favorable en la Bolsa de Buenos Aires – con una suba que llegó al 8% -, alentada por distintas encuestas que daban resultados favorables para el Gobierno, tanto en el plano nacional como en la provincia de Buenos Aires.
Y además el contexto internacional no ayuda. Al respecto, un tweet del presidente estadounidense Donald Trump del fin de semana volvió a poner nerviosos a los mercados. Trump sostuvo que “China tal vez esté deseando que gane un demócrata así ellos pueden continuar con su gran estafa a América (Estados Unidos) y con el robo de cientos de miles de millones de dólares”.
Cómo seguirá la economía
En este contexto, la cuestión económica (por más que le desagrade al oficialismo) vuelve a ocupar el centro de la escena.
En el caso de la fórmula Alberto Fernández y Cristina Fernández seguramente crecerá la presión porque defina con mayor precisión tanto los contenidos como los nombres de los encargados de hacerse cargo de la conducción económica, en caso de llegar a ocupar el gobierno. Pero corren con ventaja, el prometer medidas que mejoren la vida de los ciudadanos ya que no tienen la posibilidad inmediata de ponerlas en práctica. Además, los datos de consumo, salario, inflación en el 2015 eran mejores que los actuales.
En el caso del Gobierno, apelar al temor de “convertirse en Venezuela” al parecer, a un porcentaje importante del electorado, le resulta lejano que ocurra y por lo tanto, según expertos internacionales piensan que se deben tomar medidas concretas.
El propio Jefe de Gabinete, Marcos Peña, anticipó que seguramente habrá incertidumbre en los mercados. Las declaraciones del candidato Alberto Fernández en cuanto a que es necesario un dólar más alto también contribuye a generar tensiones en los mercados cambiario y financiero.
Así, se especula con que una campaña alentando el miedo a la inestabilidad podría llegar a ser una carta a jugar por el macrismo en aras de conseguir votantes en octubre. De ser así, se trataría de un movimiento riesgoso, ya que el empeoramiento de las expectativas tiende a deteriorar la situación económica (compra de dólares por motivos precautorios, subas de precios, mayor estancamiento económico) y por lo tanto a minar las chances electorales del oficialismo.
No menos sorprendidos que los locales, analistas de mercado internacionales con los primeros resultados, señalan que es necesario que la gestión Macri “apueste a otras cosas que solo sembrar miedo, si es que quiere retener el gobierno”.
En tal sentido, creen en la conveniencia de replantear la campaña. Apuntan a la necesidad de que se tomen medidas como por ejemplo, “cambiar algunos funcionarios del gabinete (en particular del área económica) con la intención de recrear expectativas; una suba del salario mínimo o establecer líneas de crédito para que realmente comience a percibirse una leve recuperación.
Para algunos es cuestión de seguir con el camino iniciado con la incorporación del peronista Miguel Ángel Pichetto que significó una mejora en la imagen del gobierno. “Quizás ahora debería avanzarse más en mostrar que la incorporación de otras fuerzas también implicará su incorporación del futuro gabinete” y ampliar los acuerdos con otras fuerzas políticas para ensanchar la base de sustentación de Juntos por el Cambio.
El gobierno y la oposición se verán de alguna manera obligados de ahora en más en avanzar en dar precisión respecto a qué harán con la economía.
El gobierno corre con cierta desventaja ya que tiene que prometer que las cosas mejoraran en un futuro próximo (la apuesta es a octubre) aunque los economistas coinciden que dicha mejora será bastante poco perceptible para la mayoría de la población.
Además, tiene el problema de una palabra devaluada al apelar a que el camino encarado fue el correcto y que solo ahora hay “que ir más rápido” como lo afirmo el propio Macri.
Del lado del Frente de Todos también tendrán que ser más precisos en materia económica porque el gobierno adjudica la inestabilidad de los mercados a un temor por la vuelta del kirchnerismo al poder.
Además el gobierno sabe que ante este resultado, el peronismo en estos dos meses tenderá a reagruparse aún más en torno de Alberto Fernández debilitando las chances del oficialismo. La esperanza está puesta en que “las PASO terminaron siendo una gran encuesta” comentaba un allegado al entorno presidencial y quizás una parte de la sociedad quiso dar un mensaje pero que en octubre “que son realmente las elecciones” el resultado no sea tan adverso. El temor interno es que “la paliza electoral nos lleve a bajar los brazos”, remató.