Central hace una pausa para tomar impulso
El momento de sentirse ajeno a cualquier expectativa y de no jugar por nada, de eso se trata lo de esta noche de Central en cancha de Banfield. Porque la zona Campeonato ya se tornó un punto inalcanzable y lo que vendrá es la aspiración complementaria de manotear el cupo a la Sudamericana 2022, para lo cual no estarán permitidas ningún tipo de licencias. Hasta que ese camino comience, lo del canalla es relajarse para tomar impulso. Para eso sí el partido en el Florencio Sola le podrá servir, para empezar a corregir algunos desaguisados futbolísticos que se dieron en esta fase de grupo para que el futuro no se vea amenazado por esas dificultades.
Se entiende que lo de «relajación” no tiene absolutamente nada que ver con desentenderse de la situación y hacer como que nada pasó. Todo lo contrario. Central tiene que tener muy en claro de qué forma transcurrió las cinco fechas disputadas y qué hizo para estar en esta situación, de tener que jugar el último partido sin ningún tipo de aspiraciones. Lo mejor que hizo fue asegurarse el tercer puesto (eso le garantizará jugar tres partidos de local en la próxima instancia), lo que parece poco.«
Por lo otro, lo de tomar impulso es casi una condición sine qua non. Difícilmente este Central pueda remendar todos los errores cometidos, pero al menos tiene la chance de intentarlo. Cada partido es una excelente ocasión para el Kily en esto de buscar que su equipo adquiera la fisonomía que siempre soñó y que hasta aquí le fue imposible adquirir.
El Kily confirmó la línea de cinco en el fondo, aunque sus pretensiones es que se parezca más a una línea de tres (tal vez sea el turno de Facundo Almada, en lugar de Jonathan Bottinelli), por lo que no habría que descartar que se confirme otra variante, sobre todo en el carril derecho, donde Damián Martínez viene de hacer un flojo partido. En el último entrenamiento el DT lo probó a Rafael Sangiovani, que esta vez fue incluido en la lista de concentrados, por lo que el Enano tiene posibilidades de ser de la partida. El volante por derecha y podría cumplir la función que viene desempeñando Martínez.
¿Y el arquero? Miño respondió de manera endeble las veces que tocó atajar y el Kily hasta última hora de ayer manejaba la variable de darle la responsabilidad a Juan Pablo Romero, otro juvenil (22 años), formado en las divisiones inferiores del club. De concretarse esa variante sería el golpe de timón más fuerte que pegaría el DT en relación al equipo que cayó ante River.
Sí parece un hecho la apuesta por dos delanteros definidos, reconstrucción que le abriría la puerta a Luca Martínez Dupuy, para colaborar con Lucas Gamba, quien jugaría más recostado sobre una de las bandas.
Para el Kily lo que viene es un “tiempo de prueba” y de allí la sensación de que llegue a sorprender con la inclusión de algún juvenil más, pero entendiendo que hay nombres ya fijos, en los que el técnico confía plenamente y que parecen inamovibles.
Pero a esta altura del torneo el tema de los nombres parece lo de menos, porque lo que lo que realmente se está buscando es lograr que la estructura se consolide y que la idea de juego de una vez por todas se fortalezca, independientemente de a quién le toque jugar.
Se entiende el nuevo proceso, es atendible el recambio del plantel y cualquier otro aditamento que se quiera poner como paraguas protector, pero este es el presente que le toca vivir a Central y que al Kily le da “mucha bronca”, según sus palabras. Y contra eso hay poco que objetar. Nunca es tarde para seguir intentando y, si es con el aporte de más juveniles, es valedero, pero este Central pospandemia parece no haber arrancando aún. Esta noche, contra un Banfield ya clasificado y que no preservaría jugadores, el canalla tendrá la posibilidad de volver a conectarse y tomar impulso, con nuevas coordenadas futbolísticas que le ayuden a corregir el rumbo.