RADICALES, CARRIÓ Y LA DUDAS DEL MUNDO FINANCIERO
Se espera que el Gobierno mantenga con dureza las medidas tomadas. El temor por los errores que cometieron los socios en Cambiemos.
La pregunta ayer seguía sobrevolando la City porteña: «¿Entendió realmente el Gobierno el mensaje que el mundo financiero le envió entre el jueves y el viernes pasado? Las señales que dio Mauricio Macri esos días indicarían que la respuesta en positiva; algunos movimientos que se produjeron ayer llaman a la duda. El mercado le dijo al Gobierno algo simple y de lectura directa: «Si también vas a hacer populismo no te prestamos más». Así puede traducirse la señal que llegó a la Casa Rosada tanto desde inversores externos como nacionales; nada sofisticado que pueda llamar a equivocaciones como acostumbra avisar el mercado en estas ocasiones.
Macri reaccionó a ese mensaje: reforzó la autoridad del Banco Central y el viernes hubo señales más que claras sobre el tema. El resultado: a pesar que el dólar siguió revalorizándose en el mundo, aquí, previa tasa de 40 % y anuncio de recorte fiscal, el peso retomó valor o bajó poco, como sucedió ayer, y sin intervención del BCRA.
El problema es que mientras eso sucedía, otras señales devolvieron alguna duda a esa contundencia que Macri mostró el jueves pasado. La caída de los títulos argentinos ayer fue importante, con una suba del riesgo país (principal dato que se monitoreó todo el día) de 3,74 %. Hubo salida de extranjeros de activos argentinos pero también lo hicieron algunos locales. El dato no implica estar en una crisis como la del 2001 o la del 89, como intenta festejar el kirchnerismo más irresponsable, pero fue significativo en un mercado que había crecido sensiblemente para los inversores del país: durante la era Macri las cuentas comitentes crecieron de 100 mil a 400 mil, en muchos casos seducidos los argentinos por el canto de las Lebac. Es lógico, entonces, que los ruidos se escuchen más.

Hay quienes creen, con bastante lógica, que esta crisis se trata más de una tema político que económico. El Presidente, sabiendo que con las decisiones del jueves pasado no alcanzaba, armó un minué de reuniones que arrancaron por la política junto a los dos pilares que sostienen hoy la estructura primera de los votos de Cambiemos: María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, Junto a ellos Marcos Peña cerró el círculo del poder íntimo que debe enfrentar en el terreno de los votos en el PRO. Por la tarde, hizo lo propio con la mesa nacional de la alianza de gobierno y recibió apoyo de radicales y la Coalición Cívica, aunque Elisa Carrió no haya sido de la partida.

En medio de esos ejercicios hay matices que observar. Hay una percepción negativa, ya no en los mercados, sino entre los votantes de Macri, provocada por el miedo a que el Gobierno no pueda avanzar con el combate de la inflación, ni en la batalla por las tarifas con un Congreso en contra o controlar el déficit. Son los mismos sectores que reciben de pleno el golpe de los aumentos. El radicalismo no ayudó para nada al Gobierno en manejar esa situación y Elisa Carrió, a pesar de sus estrategias por momento geniales, tampoco. Algo de eso hablaron ayer Macri con Vidal y Larreta.

El dólar subió en todo el mundo, además de Argentina, pero la situación siempre es la misma: cuando afuera los mercados estornudan, aquí se contagian de neumonía. Es el costo de tener un país que estructuralmente sigue sosteniendo una economía imposible.

¿Lo entiende el peronismo más lógico? Quizás, pero no temblaron en apurar al Gobierno con el impuesto a los extranjeros que compraron Lebac; y el macrismo se dejó apretar. Tampoco estuvieron en contra los radicales, ni de esa medida, ni de salir a protestar por la recomposición de tarifas, casi como si pertenecieran a otro Gobierno. La pregunta sigue siendo entonces la misma: ¿Entendieron ayer en Cambiemos los peligros? Ese siegue siendo el temor de un mercado para el que no alcanza con que solo Federico Sturzenegger haya tomado nota de lo que esta sucediendo.

RUBÉN RABANAL
 Ambito.com