Colesterol, la amenaza indolora: una guía para poder controlarlo
Todos tenemos colesterol en la sangre y sus fracciones: HDL o colesterol bueno, LDL o colesterol malo, y triglicéridos. A estas sustancias las fabrican ciertos órganos, como el hígado, y se encuentran en forma natural en el organismo. Cuando sus niveles aumentan por encima de un valor normal máximo, aparecen alteraciones en los análisis de sangre que pueden indicar la necesidad de un tratamiento que puede implicar desde dietas para bajar de peso hasta medicamentos.
Controlar los valores de estas sustancias en sangre es importante porque las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en la población. En las mujeres, la tendencia ha ido en aumento, a tal punto que los fallecimientos por estas afecciones duplican a los que produce el cáncer. En este contexto, la doctora Inés Morend, médica clínica, señaló que «las alteraciones del colesterol pueden y deben corregirse y modificarse, incluso en las personas mayores de 65 años, para mejorar la calidad de vida y disminuir los eventos vasculares».
Dieta y ejercicio
Una consulta frecuente de los pacientes es si hacer ejercicio y dieta para bajar de peso permite controlar el colesterol. La respuesta es que no todos los valores se pueden regular de esta manera.
«Algunas personas que tienen un peso adecuado, hacen ejercicio y, aún así, tienen valores elevados (por encima de 160) del colesterol LDL. En estos casos, indicarles medicamentos es la norma, dado que, a largo plazo, esa fracción de colesterol puede llevar a la formación de placas en arterias importantes, como las coronarias y carótidas, favoreciendo la ocurrencia de infartos y ACV«, detalló Morend.
Las personas excedidas de peso y aquellas con sobrepeso u obesidad tienen indicación de dieta para adelgazar, independientemente de sus niveles de colesterol. En este grupo de individuos, bajar de peso mejora los valores y puede retardar el comienzo de la terapia con medicamentos. Pero, si además de sobrepeso, el paciente tiene diabetes, la indicación de medicamentos tiene un criterio médico indiscutible, dado que retarda o previene la enfermedad de las arterias coronarias.
Alimentos seguros
Debido al alto contenido de colesterol en la yema de los huevos de gallina, hace un tiempo los profesionales de la salud recomendaron limitar la ingesta semanal. Entonces, se creía que el colesterol en los alimentos era el responsable directo de los niveles de dicha sustancia en el organismo.
Sin embargo, a medida que avanzaron las investigaciones se pudo determinar que el exceso de colesterol en el cuerpo es en realidad el resultado del consumo elevado de grasas saturadas y grasas trans. Para la mayoría de las personas, solo una pequeña fracción del colesterol en los alimentos pasa al torrente sanguíneo y las grasas antes mencionadas tienen un impacto mucho mayor en los valores medidos. Así, si bien comer muchos huevos fritos y omelettes de queso puede conducir a un aumento del colesterol, el problema es la grasa adicional por la fritura y el queso (rico en grasas saturadas).
En la actualidad, existe una mayor flexibilidad en cuanto al consumo de huevos como parte de una dieta balanceada, sobre todo si están hervidos o revueltos sin manteca ni aceite. Este alimento es importante, ya que contiene también nutrientes que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, como proteínas, vitaminas B12 y D, rivoflavina y folato.
Por eso, lo que preocupa es el colesterol, es probable que reducir las grasas en la dieta tenga un mayor impacto que disminuir la cantidad de huevos. Comer uno al día estaría bien, sobre todo si se recorta el consumo de grasas no saludables. Otra opción es comer solo las claras.
Entre los principales «culpables del colesterol» están los productos lácteos enteros, los cortes de carne no magros y la piel del pollo. Estos alimentos aún pueden disfrutarse, si se eligen las alternativas descremadas y si se retira la grasa y la piel de las carnes de vaca y aves. Las galletitas, las tortas y otros productos de pastelería también pueden tener un alto contenido de grasas saturadas. Es importante leer bien las etiquetas y envases para elegir opciones más saludables, como las libres de grasas trans.
Un abordaje personalizado
A pesar de tener un peso adecuado, algunas personas tienen valores de colesterol en sangre más altos que los normales. «Esto se debe a influencias genéticas, que hacen que los niveles elevados sean una constante entre los miembros de la familia. En otro grupo de individuos, los valores que fueron normales y adecuados hasta una edad, son nocivos en otra y requieren un tratamiento», explicó la especialista.
Sin embargo, los pacientes que tienen colesterol elevado no deben tratarse siempre de la misma manera. Cuando acuden al médico con los resultados de sus análisis, se los evalúa bajo un sistema rápido que tiene en cuenta una serie de variables para asignar a cada individuo un determinado riesgo: bajo, moderado o alto. Esto permite al profesional tomar una decisión sobre cuál será el tratamiento a indicar.
Para esta clasificación los especialistas aplican el llamado Panel de Tratamiento del Adulto III (ATPIII, por sus siglas en inglés), que tiene en cuenta sexo, edad, hábitos –como el tabaquismo–, valores de colesterol total y HDL, y presión arterial. «Así, se obtiene un puntaje que se asocia a otras variables, como peso, valor de triglicéridos y glucemia, y circunferencia abdominal, que permite determinar si el paciente, además de riesgo por colesterol, tiene riesgo metabólico», dijo la doctora Morend.
Estilo de vida y tratamientos
Aquellas personas que presentan valores elevados de colesterol deben realizar un cambio de estilo de vida. Es importante que incorporen hábitos saludables, como caminar 30 minutos al menos cinco veces por semana y llevar adelante una alimentación baja en grasas y rica en fibras. Además, es importante dejar de fumar, ya que el efecto propio de la nicotina sobre los vasos sanguíneos, sumado al colesterol elevado, aumenta el riesgo de trombosis de las arterias coronarias y cerebrales.
En cuanto a los tratamientos, existen dos tipos: uno utiliza medicamentos de la familia de las estatinas y el otro, fibratos. «Las estatinas son los medicamentos de elección para los casos de colesterol LDL elevado y de pacientes que tienen diabetes, infartos e insuficiencia renal, o portan stents coronarios o en otras arterias. Los fibratos se usan preferentemente en los casos en que la persona tiene elevados los triglicéridos», detalló la especialista. En algunas situaciones, se deben combinar ambas medicaciones para controlar los valores medidos.
«Los tratamientos requieren la toma diaria de la medicación, a excepción de las terapias con la droga rosuvastatina, cuya indicación médica puede espaciarse en determinados casos. El uso de estatinas no debe generar temor cuando está supervisado por un profesional médico. Si bien tienen ciertos efectos adversos, la tasa de éxito en el descenso de los valores de colesterol y la inhibición de la formación de placas es mucho más importante que algunos de ellos. Como duran 24 horas en la sangre, si una persona deja de tomarlas, el efecto se pierde» puntualizó Morend.
Luego de mantener la toma de la medicación por un tiempo, muchas personas deciden suspenderlo por su cuenta porque obtienen valores «normales» en los análisis de laboratorio que el médico les pide para control. «Esto es algo que no se debe hacer, no por temor a un efecto «rebote», sino porque, tal como se dijo, los medicamentos no tienen efecto continuo o acumulativo«, agregó.
Todas las personas deben consultar a su médico de cabecera y concurrir a los exámenes anuales de control, durante los cuales el profesional podrá evaluará el riesgo de enfermedad cardiovascular a través del ATP III. Sobre esta base, luego ofrecerá las alternativas y los tratamientos que cada paciente pueda requerir para no profundizar su situación particular.
El siguiente video ilustra en 48 segundos los daños causados en el corazón por el colesterol
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