Fue una jornada imposible, donde miles de personas se vieron afectadas para circular en pleno día hábil. Desde temprano comenzaron los contactos para buscar una salida y finalmente por la tarde se levantó el paro. El lunes continuarán las negociaciones.

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Con el objetivo de garantizar que la gente tuviese transporte al menos para regresar a sus hogares, el ministro de Economía, Sergio Massa, mantuvo febriles negociaciones no exentas de discusiones de alto tono.

Desde temprano, cuando el conflicto estallaba en los canales de noticias, arrancaron los contactos para buscar una salida.

Las reuniones fueron largas y estuvieron trabadas por la dureza mostrada por las cámaras empresariales, lo que llevó a sectores del gobierno a hablar de un «lockout patronal». «Al final piden más plata y más plata, y nada más», se escuchó cuestionar en el quinto piso del Palacio de Hacienda.

Massa se metió de lleno en el conflicto y lo seguía minuto a minuto junto al secretario de Transporte, Diego Giuliano.

El ministro estaba furioso con los empresarios y bramaba: «No son empresarios, son unos extorsionadores que viven del Estado».

El objetivo era lograr el levantamiento antes del regreso de la gente a sus hogares después de la jornada laboral.

Por eso cuando hizo el anuncio aclaró que desde las 17:30 se levantaba la medida.

Fue cuando con el acuerdo en marcha, terminó convocando a todos a sentarse a una mesa y les planteó que no podían dejar a la gente tirada cuando tienen los sueldos depositados.

Finalmente las cámaras aceptaron el pedido de Massa para levantar el paro y desde el lunes participar de una mesa de diálogo para encontrar soluciones a los problemas pendientes.