Conocido médico dijo que derivaron al Melli a Buenos Aires o La Plata
El cardiólogo Berduc reconoció haber atendido a Sabrina Valenzuela Negro y su hermano desaparecido en el Hospital Militar. Dijo que ambos fueron derivados al IPP, pero el varón probablemente fue a corto plazo trasladado para una cirugía a un centro de mayor complejidad, como el Garrahan, la Casa Cuna o el Hospital de Niños de La Plata.
La declaración testimonial del médico Juan Alfredo Berduc, conocido cardiólogo de Paraná, sobresalió en la audiencia de este martes del juicio contra los médicos del Instituto Privado de Pediatría (IPP) por robo de bebés durante la dictadura. Berduc dijo en tres oportunidades que el mellizo Valenzuela Negro, desaparecido desde marzo de 1978, debe ser buscado siguiendo la hipótesis de una derivación a Buenos Aires o La Plata para la realización de una cirugía de corazón de alta complejidad.
Como ya es habitual en este juicio que se inició el 6 de agosto, solamente estuvo presente uno de los tres imputados, Miguel Torreaday. Sus socios David Vainstub y Jorge Rossi hacen uso del derecho de no asistir a las audiencias. El debate continúa el jueves desde las 9.30, primeramente se le tomará declaración a un testigo médico en su domicilio, y luego seguirán las testimoniales en la sede del Tribunal Oral Federal de Paraná (Urquiza 872).
El testimonio de Berduc había generado cierta expectativa porque su nombre aparecía mencionado por enfermeras como participando de la atención de los hijos mellizos de los desaparecidos Raquel Negro y Tulio Valenzuela en el Hospital Militar de Paraná, donde fue el parto. Se sabe que de allí pasaron al IPP, desde donde les dieron el alta el 27 de marzo entregándoselos a manos desconocidas. Solamente la beba mujer de ese par de mellizos restituyó su identidad, 30 años después.
El testigo, que mencionó haber sido compañero de escuela de Torrealday, llevó una gran lámina para explicar la patología que, según dijo, tenía el mellizo varón. Antes de empezar aclaró que recordó los hechos tras el careo con una enfermera al que lo sometieron en el juicio realizado en 2011. Su relato fue que vio a los mellizos cuando lo convocaron desde la Terapia Intensiva del Hospital Militar, uno de los nosocomios donde trabajaba, porque el bebé varón tenía problemas. Su diagnóstico fue cardiopatía congénita cianótica, en base a síntomas como la lengua y los labios azules, dificultad para respirar y soplos. La niña, en tanto, tenía buen peso y estaba sana.
«Hablé con el director del hospital, Marcelo Beret, y le dije que se los debía trasladar urgente», expresó. La derivación del niño era necesaria porque su patología en aquel momento demandaba una intervención quirúrgica, y la niña podía contagiarse de alguna infección por encontrarse en una Terapia Intensiva de adultos. Según estimó, Beret –ya fallecido– le habría dado la orden a Juan Antonio Zaccaría –condenado por estos hechos en 2011 y también fallecido– para realizar la derivación en primer lugar al IPP y luego, a corto plazo, el niño a otro centro. Por ser los lugares a los que derivaban en aquella época, ese centro puede ser el Hospital Garrahan o la Casa Cuna, en Buenos Aires, o el Hospital de Niños «Sor María Ludovica» de La Plata. De los tres, él se inclinó por el Ludovica.
Según indicó, su intervención terminó con se diálogo con Beret y luego se desentendió del asunto. No preguntó por la madre ni pidió ver su historia clínica, ni hizo mención a que los niños carecían de identificación. Estimó que fue Zaccaría quien se hizo cargo de la derivación, aunque manifestó desconocer esto. «Yo cumplí con la obligación moral de salvarles la vida. No tengo la bola de cristal para saber qué pasó con el niño», dijo en defensa de su accionar. Más adelante argumentó que lo que hizo fue «peligroso» para la época. «En ese momento uno no tenía que meter la nariz en el avispero», advirtió.
En su relato expresó que la derivación desde el IPP a La Plata o Buenos Aires debía hacerse «dentro de los 10 primeros días como mucho» y que tendría que haber estado entre 15 y 20 días luego de la operación para recién después regresar. Esto no coincide con los registros del IPP; donde está asentado que el Melli ingresó como «NN López» el 10 de marzo y se supone que salieron del Hospital Militar el 4, es decir, solamente seis días después. Además, las enfermeras del Instituto que recuerdan a los mellizos dicen que ambos estaban en buenas condiciones de salud. «No pudo haberse sanado tan rápido», dijo al respecto.
Berduc remarcó que el director del IPP era Torrealday, mientras que Ángel Luis Schroeder (el cuarto socio, ya fallecido) era el especialista en neonatología. «Pienso que lo deben haber derivado, porque la conducta del doctor Schroeder era derivar», especuló, antes insistir: «Si yo tuviera que buscar a ese niño lo haría en esos tres lugares. Deseo de todo corazón que haya sobrevivido a la operación y se encuentre con la niña, que hoy ya es una joven». Más adelante se autodefinió como un «defensor de la vida, antes y después del nacimiento».
Por otra parte, dio algún datos acerca del funcionamiento del IPP, especialmente declaró en contra del argumento de «sistema abierto» que usan las defensas para sostener el desconocimiento de los hechos . Sostuvo que cuando se derivaba un paciente a la neonatología del Instituto, se hablaba con quien estuviera de guardia en el servicio y eran los profesionales de esa unidad quienes se hacían cargo del bebé y no quien había hecho la derivación.
Durante la audiencia también declaró una enfermera del Hospital Militar que se encontraba de licencia al momento de los hechos, pero al regresar, en abril, escuchó los comentarios sobre el nacimiento de mellizos que habrían sido derivados al hospital San Roque y que el varón luego había fallecido.
Asimismo, se hizo presente el perito de Gendarmería Ricardo David Herrera, quien tendrá a su cargo evaluar la caligrafía del libro de ingresos y egresos del Instituto de Pediatría, a fin de que se conozca en lo posible quiénes realizaron las inscripciones de los mellizos como «Soledad López» y «NN López», ingresados el 4 y el 10 de marzo respectivamente, provenientes del Hospital Militar, y egresados ambos el 27 de marzo. Las partes le entregaron los puntos sobre los que interesa que efectúe la pericia, y anunció que los resultados los tendría dentro de dos semanas.
Recompensa
Desde la anterior gestión de gobierno está vigente una gratificación económica destinada a aquellas personas que puedan ofrecer información sobre el paradero de víctimas del terrorismo de estado. Esta recompensa alcanza quienes puedan identificar hijos de desaparecidos y aportar datos que puedan servir para dar con su paradero.
La restitución de Marcos, último nieto encontrado por Abuelas de Plaza de Mayo, es fruto de datos que se aportaron a través de este programa denominado «Buscar». La información puede ser aportada a los organismos de derechos humanos.
Internaciones en el IPP en 1978
Dos mujeres que tuvieron a sus hijos internados en el IPP simultáneamente con los hermanos Valenzuela Negro, se presentaron a declarar este martes. Aunque dijeron no recordar si allí había mellizos, aportaron algunos datos sobre el funcionamiento del lugar y los roles de los imputados. Una de ellas dijo que tuvo una nena en el sanatorio Rawson el 17 de febrero y fue llevada rápidamente al Instituto Privado de Pediatría por insuficiencia respiratoria. Allí la atendían el médico Miguel Torrealday y su hermano Lorenzo, que también trabajaba allí; pero quien le daba los partes todos los días era Miguel. También expresó que eran «los doctores del IPP» quienes les tomaron los datos de la niña.
La otra mujer tuvo el 12 de marzo un hijo prematuro, también en el Rawson, por lo que fue derivado al IPP. El médico de cabecera fue el imputado Rossi. Como dato saliente, mencionó que una vez vio un militar.
La causa
Torrealday, Vainstub y Rossi están acusados de la sustracción y sustitución de la identidad de los hijos mellizos de los militantes montoneros detenidos desaparecidos Raquel Negro y Tulio Valenzuela. Se trata de una instancia histórica para el movimiento de derechos humanos de Entre Ríos, porque por primera vez se juzga la responsabilidad civil en crímenes de lesa humanidad, en este caso, la intervención de los profesionales de la salud en el plan sistemático de robo de bebés.
En la causa conocida como IPP o causa Melli, se lleva adelante la búsqueda del hijo varón de Valenzuela y Negro, el que se encuentra desaparecido desde que fue dado de alta del IPP, el 27 de marzo de 1978. El Melli y su hermana, Sabrina, estuvieron internados en esa clínica del centro paranaense luego de haber nacido en el Hospital Militar de esta misma ciudad, durante el cautiverio de su madre.