El Ministerio de Salud sugiere que no es necesario que los menores de 18 años reciban una cuarta dosis de refuerzo, salvo que sean pacientes con comorbilidades. Pero sí es importante que tengan aplicadas las primeras tres.
Hasta ahora, no hay mayores evidencias para que chicos y adolescentes sin comorbilidades necesiten una cuarta dosis de la vacuna contra el Covid-19. (Foto: AP - Andrew Medichini).
Hasta ahora, no hay mayores evidencias para que chicos y adolescentes sin comorbilidades necesiten una cuarta dosis de la vacuna contra el Covid-19. (Foto: AP – Andrew Medichini).

Ante la sexta ola de casos de Covid-19, la importancia de estar vacunado recobró fuerza pero también trajo consigo algunas confusiones. Una de ellas, es que todos, incluso los chicos y adolescentes, deben recibir un nuevo refuerzo. Y la realidad es que eso no es así.

De acuerdo a lo informado tanto por el Ministerio de Salud de la Nación como por la misma cartera de la Ciudad de Buenos Aires, no es necesario que los menores de 18 años reciban una nueva dosis de refuerzo, en la medida que ya tengan aplicadas las tres que se dieron hasta el momento desde que comenzaron a aparecer las vacunas.

Esta indicación indicación de los ministerios de salud de Nación y el porteño está avalada por los referentes de la Sociedad Argentina de Pediatría, quienes reparan en la misma salvedad: los chicos y adolescentes que aún no cumplieron los 18 años, no deberían recibir una cuarta dosis salvo que tengan factores de riesgo que lo hagan necesario (algo que deberá resolver un médico pediatra).

La sugerencia es que los chicos y adolescentes solo deberán ser vacunados en caso de que tengan apenas dos dosis aplicadas, por lo que, en ese caso, será importante que se den la tercera.

Y a diferencia de lo que ocurrió en los primeros tiempos de la pandemia, no es necesario que se les aplique el cuarto refuerzo si no lo necesitan incluso si están conviviendo con personas que sí puedan presentar factores de riesgo, como adultos mayores o personas de riesgo: si tienen las tres dosis, el peligro de que contagien disminuye.

En lo que sí, tanto desde las carteras de Salud como desde la Sociedad Argentina de Pediatría insisten, es en la necesidad de vacunar a los chicos y adolescentes de entre tres y 18 años que no tengan ninguna dosis o solo tengan una o dos.

Las estadísticas indican que todavía hay muchos menores de ese segmento que no tienen completadas las tres dosis contra el coronavirus. En muchos de estos casos se estima que ocurre no tanto por una negación de los adultos responsables a la vacuna en sí misma, sino porque bajaron los contagios. Sin embargo, ante esta sexta ola, los expertos señalan la importancia de completar los refuerzos para prevenir.

Si los menores de 18 años tienen aplicadas las tres primeras dosis, no es necesaria una cuarta, salvo que sean pacientes de riesgo.
Si los menores de 18 años tienen aplicadas las tres primeras dosis, no es necesaria una cuarta, salvo que sean pacientes de riesgo.Por: EFE Servicios

El argumento es que, si volviera a crecer de manera fuerte la curva de contagios, aunque no ocasione peligros en la estructura del sistema de salud, sí se corre el serio (y muy peligroso) riesgo de que el virus comience a mutar. Y en esas mutaciones se convierta nuevamente en una enfermedad difícil de domar, como ocurrió en los comienzos de la pandemia y tras las apariciones de las primeras nuevas variantes del Covid-19.

Y, lógicamente, este tipo de “sorpresas” podría exponer fuertemente la salud los más vulnerable: adultos mayores o personas de cualquier edad (incluso niños) con factores de riesgo.

Los laboratorios Pfizer y Moderna ya están aplicando las llamadas vacunas bivalentes (ARNm), que generan anticuerpos no solo ante la variante de Wuhan, que es la original del Covi-19, como frente a la última y peligrosa Ómicron.

Pero estas dosis aún no llegaron a la Argentina y hay algunos médicos que recomiendan a sus pacientes adultos aguardar una resolución respecto a esto antes que continuar aplicándose refuerzos monovalentes. En el país se está desarrollando la ARVAC “Cecilia Grierson”, que será bivalente, pero que recién está iniciando la fase 2-3 de los ensayos.

“No hay datos claros acerca de si las bivalentes son más eficaces respecto a prevenir la infección”, declaró recientemente el inmunólogo y catedrático de la UBA, Jorge Geffner. Pero aclaró que sí hay datos que afirman “que las bivalentes generan una producción mayor de anticuerpos cuando testeás la capacidad de los vacunados de neutralizar variantes relacionadas con el linaje Ómicron”.

Y destacó que “tanto las vacunas monovalentes como las bivalentes nos defienden de la infección severa. Y con una eficacia envidiable”.