Tras la angustia por su muñeca izquierda, volvió a lo grande y se quedó con el Olimpia de Oro; de medallista olímpico a figura estelar en la conquista de la Davis, 2016 es la temporada de su vida

Juan Martín del Potro ganó el Olimpia de Oro por segunda vez en su carrera; ya había recibido el premio en 2009, cuando fue campeón del US Open
Juan Martín del Potro ganó el Olimpia de Oro por segunda vez en su carrera; ya había recibido el premio en 2009, cuando fue campeón del US Open.

Apenas se vivían los primeros amaneceres de febrero cuando Juan Martín del Potro , luciendo una chomba celeste y acomodado en un sillón marrón, anunciaba, mediante un video-mensaje, su tan añorado retorno al circuito de tenis. Lo haría pocos días después, en el ATP 250 de Delray Beach, cerca de Miami. «Hace tiempo que estaba esperando este momento para anunciar que voy a volver a jugar un torneo (…) Quiero compartir esta gran noticia después de tanta incertidumbre y de altibajos anímicos (…) Uno llegó a pensar en bajar los brazos, pero tuve buena gente a mi lado que no me permitió que me rindiera», fueron algunas de las confesiones del tandilense, tras dos temporadas de angustia producto de tres cirugías en la muñeca izquierda. Diez meses más tarde, su caso es, literalmente, milagroso. Figura en el histórico equipo campeón de la Copa Davis, ganador de la medalla plateada en los Juegos Olímpicos de Río, vencedor en el ATP de Estocolmo y verdugo de seis de las mejores raquetas del ranking, Del Potro se convirtió en el deportista de la temporada. Así se lo reconoció el Círculo de Periodistas Deportivos entregándole el Olimpia de Plata -superó en la terna a Federico Delbonis y Facundo Bagnis- y, nada menos que el de Oro, pese a la gran «competencia» que tenía luego de las medallas doradas en Río de Janeiro de Santiago Lange y Cecilia Carranza en yachting, Paula Pareto en judo y los Leones de hockey sobre césped.

En una ceremonia realizada en el Salón Dorado de Parque Norte, ante unos 1200 invitados y en una noche en la que se reconoció, entre otros, al equipo, cuerpo técnico y dirigentes campeones de la Copa Davis, a Carlos Retegui (DT del seleccionado de hockey masculino) y a Diego Giustozzi (entrenador del campeón mundial de futsal en Colombia), Del Potro fue uno de los más distinguidos. A los 28 años, recibió la mayor cantidad de votos de los 28 miembros de la comisión directiva del Círculo -en segundo lugar quedó Lange- y obtuvo su segundo Olimpia de Oro (lo había logrado en 2009, tras conquistar el US Open) y el noveno para el tenis desde que los galardones se empezaron a entregar en 1954 (Juan Manuel Fangio fue el primero en recibirlo). Norma Baylon fue la primera mujer en obtener el oro, en 1962; Guillermo Vilas lo consiguió en 1974, 1975 y 1977; Gabriela Sabatini en 1987 y 1988, y David Nalbandian en 2005. El boxeador Santos Laciar ostenta la marca de haber sido el único en haber recibido el oro tres veces consecutivas: en 1982, 1983 y 1984.

«Messi es un gran ejemplo, un embajador en todo el mundo, que hace cosas extraordinarias, pero está por encima de los que somos más normales. En Río me ha tocado conocer deportistas nuevos. Con la Peque Pareto tengo una relación muy linda, nos hizo emocionar a todos los argentinos, es una gran persona y gran deportista. El premio pudo ser para cualquiera porque todos lo tienen bien merecido. Todos dimos lo mejor para nuestro país. Los chicos del hockey, que sorprendieron a todos, Lange con su historia de vida, otros futbolistas… Tal vez este premio sea un poco injusto este año, pero lo importante es que todos, con nuestros corazones y nuestras virtudes, tratamos de hacer lo mejor posible para que la Argentina quede bien parada», expresó Del Potro.

Amigo de la épica, construyó una temporada cinematográfica. En febrero, cuando reapareció en el tour siendo 1042° del ranking y apenas empujaba el revés con temor, pocos -ni siquiera él mismo- sospechaban lo que luego llegaría. Hasta los ejemplos de Goran Ivanisevic (después de perder tres finales de Wimbledon, se derrumbó por una lesión en un hombro y en 2001, tras recibir un wild card y siendo 125°, conquistó el All England) y Thomas Muster (antes de jugar la final de Miami 1989 fue atropellado por un borracho, estuvo meses en silla de ruedas, volvió, ganó Roland Garros 1995 y fue N° 1 en 1996) quedaron reducidos, por impacto, ante la historia de Del Potro, que ahora duda en referencia a lo que viene: la serie de la Davis contra Italia y el Australian Open.

El ex N° 4 pasó de agitarse en los peloteos durante sus primeros desafíos del año a ser capaz de tolerar cinco horas de batalla e imponerse ante el jugador de la temporada, Andy Murray. Fue durante las semifinales de la Davis, en Glasgow: el argentino triunfó por 6-4, 5-7, 6-7 (5-7), 6-3 y 6-4. Además, consiguió la primera victoria de su carrera tras ir 0-2 en sets, durante el cuarto punto de la final en Zagreb, ante Marin Cilic: ganó por 6-7 (4-7), 2-6, 7-5, 6-4 y 6-3, terminando con el meñique izquierdo fisurado.

Sus estadísticas finales no fueron dignas de un deportista que poco más de un año atrás no sabía precisamente si podría volver a competir con seriedad. Del Potro se convirtió en el sexto jugador de la Era Abierta en ser medallista olímpico, campeón de Grand Slam y de Davis (en la exclusiva lista figuran Murray, Rafael Nadal, Ivanisevic, Stefan Edberg y Roger Federer). Se consolidó como el tenista de mayor efectividad en finales entre jugadores activos (19 ganadas, ocho perdidas): aumentó a 70,37% su medida tras conquistar Estocolmo (el 19º trofeo de su carrera), seguido por Novak Djokovic (69,47%; 66-29) y Nadal (68,32%; 69-32). Y frente a Cilic, en Croacia, logró su victoria Nº 32 de la temporada (12 derrotas) y la Nº 40 frente a rivales del Top 10. Y fue votado por sus rivales como el hombre del Mejor Regreso del año en los Premios ATP World Tour, algo que ya había recibido en 2011.

El Olimpia de Oro 2016 tiene en Del Potro a un merecido ganador.