Un nuevo acto de irresponsabilidad de un productor agropecuario derivó en un daño irreversible por el uso de agrotóxicos. Según supo ANALISIS DIGITAL, el hecho ocurrió en el departamento Victoria, más precisamente en el camino de acceso a Rincón del Doll.

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Allí se está trabajando en un proyecto de producción de moringa oleifera, una especie de planta con más proteínas que la carne que se utiliza en la alimentación como así también de forma medicinal. La iniciativa que es pionera en nuestra provincia sufrió un golpe knock out por parte de aplicaciones con glifosato por parte del productor José Carlos Sobrero en campos linderos a la producción de moringa, donde Sobrero produce soja. Luego de que los análisis hayan arrojado la presencia de glifosato en las plantaciones afectadas, se convocó a Sobrero y al aplicador del tóxico, Jorge Asevedo para que concurran a una Audiencia de Mediación pero ninguno de ellos concurrió. «Es lamentable el no haber podido llegar a un acuerdo, el daño sufrido ha sido total dado que el glifosato produjo la muerte de la mayoría de las plantas», señaló una de las productoras de moringa afectadas.

 

Dos productoras pioneras en la plantación de moringas en la provincia denunciaron a un productor de soja que fumigó con glifosato su producción lindera y arruinó todo el trabajo que venían realizando sin la utilización de tóxicos.

Se trata de daños producidos en el establecimiento «Las Moringas» ubicado en la Ruta Nº 11 a la altura del kilómetro 85, camino de acceso a Rincón del Doll, departamento de Victoria.

El proyecto llevado adelante por la propietaria del campo Judith Reld y la ingeniera agrónoma Mónica Vallecillo se propuso en 2017 iniciar la producción de moringas para introducir en el mercado una especie de interés nacional e internacional por sus múltiples usos que van desde la alimentación humana (como suplemento dietario), alimentación animal (forrajes) y de uso medicinal. «La ONU y otras organizaciones, están evaluando los medios para cultivarla en grandes cantidades para fomentar su consumo dado su importancia como alimento para la población mundial. Es una especie vegetal con una importante cantidad de proteínas, de mejor calidad que la animal, posee vitaminas, minerales, antioxidantes y antiinflamatorios», explicó la productora.

La iniciativa incluyó la realización de un invernáculo entre mayo y junio de 2017 y durante la ejecución del proyecto sufrieron un incidente, producto de la deriva de agroquímicos, causada durante la aplicación realizada por un equipo pulverizador en el campo aledaño; la misma provenía del sector sur. Un operario estaba realizando los pozos para plantar los postes del invernáculo, el cual debió ser asistido por las emprendedoras. Ante tal situación, se detuvo en la calle a la pulverizadora y se le pregunto al maquinista, si no se había dado cuenta de la deriva producida y se le informó que había una persona afectada, a lo cual el maquinista respondió que él solo cumplía órdenes.

«Durante la cosecha de trigo de 2017, se pudo hablar con el arrendatario del campo vecino, José Carlos Sobrero y se le informó sobre lo acontecido durante la pulverización que mandó a hacer en mayo, se le comentó que en el establecimiento se estaba desarrollando un cultivo de moringa sin uso de agroquímicos y se lo invitó a conocer el mismo, a lo cual manifestó que ya había escuchado algo y que concurriría con su esposa a visitar la plantación, así mismo dijo que nos quedáramos tranquilas por el tema de agroquímicos dado que realizaría una moha y luego una pastura», explicó la denunciante.

Mientras la producción de moringas seguía su curso y se evaluaba «un excelente comportamiento» las productoras se disponían a realizar su primer corte de producción en enero de este año. Pero ese día observaron «plantas con hojas con una amarillamiento generalizado, otras secas y comprobaron que había diferentes grados de afectación entre las plantas» y aseguraron que «no se encontraron insectos ni enfermedades que pudieran estar causando ese daño». «Se observó hacia el sector sur de la plantación de Moringas que los álamos plantados como cortina protectora del campo también presentaban hojas amarillas, enrolladas, amarronadas y secas, así mismo se constató que en el lote lindante había presente un cultivo de soja», agregaron las productoras de moringa.

Fue allí cuando intentaron comunicarse con Sobrero para saber si había aplicado agrotóxicos y el les respondió que si pero que lo hizo cuando el viento iba en dirección al norte, por lo cual no podría haber afectado a las moringas. Sobrero fue invitado a recorrer la plantación de moringas para que vea la situación y asistió a observar las plantas. En dicho recorrido «reconoció haber aplicado MAX 2,5 Kg/ha y se comprometió a proporcionarnos la fecha y hora de la aplicación para poder hacer el chequeo de los vientos», relataron las denuncinates. «Durante la recorrida se le consultó si poseía la receta agronómica correspondiente para la aplicación a lo cual manifestó que él solo se recetaba», agregaron. Al poco tiempo después, Sobrero mandó un mensaje diciendo que él no había sido y que «buscáramos por otro lado».

Ante tal situación las productoras consultaron a una profesional del Colegio de Ingenieros, para saber cómo proceder con el caso; a lo cual se les recomendó realizar una exposición policial y posteriormente hacer su presentación ante la Dirección de Agricultura de la provincia, para que labren el acta respectiva.

«Un personal de la Dirección, concurrió a constatar los daños sufridos, obteniendo pruebas fotográficas y efectuó un informe. El funcionario provincial, al notificar a Sobrero sobre la infracción, le consultó quién había sido el pulverizador al que le había solicitado la aplicación de agroquímicos en la soja del lote lindero al campo de moringas, a lo cual respondió que su aplicador fue Jorge Asevedo».

El funcionario, se dirigió posteriormente al domicilio de Asevedo, le consultó sobre la pulverización y le pidió la receta respectiva, a lo cual le mostró un papel con un listado y dosis de productos que le solicitó Sobrero aplicar, dentro del cual figuraba el MAX, entre otros.

«Se continuó con el seguimiento del cultivo, el cual presentaba plantas en diferentes estadios morfológicos (vegetativo, floración y fructificación) y alturas, donde las plantas del sector oeste de la hilera más larga que estaban sin riego presentaban menor altura (1,5 mt en promedio) y muchas de ellas en floración, el resto de los árboles, tenían una altura promedio de 2,8 mts. Las plantas iban perdiendo paulatinamente las hojas, algunos frutos se presentaban retorcidos, no siendo normal para el cultivo y muchas plantas se iban secando. Así mismo con el transcurrir de los días los álamos se secaron en su totalidad (53 plantas)», explicó el escrito que denunció la situación.

En base a eso se tomaron muestras de las plantas para realizarle análisis de agroquímicos. «Los resultados fueron contundentes, apareciendo glifosato en una cantidad muy elevada».

Posterior a esto, se citó a Sobrero y Asevedo a una audiencia de mediación a cargo de la abogada Delma Abt, a la cual las productoras de moringa fueron patrocinadas por la abogada del Foro Ecologista, Aldana Sasia. A dicha audiencia, no concurrieron los denunciados.

«Es lamentable el no haber podido llegar a un acuerdo. El daño sufrido ha sido total, dado que el glifosato produjo la muerte de la mayoría de las plantas y dejó muy débiles a otras, las cuales no se sabe a ciencia cierta si podrán rebrotar luego del periodo invernal», lamentó la productora en declaraciones a ANALISIS DIGITAL.

En el campo de las moringas, hay vivendas y en cercanías hay curso de agua y otras viviendas también. No se han tomado las medidas necesarias por parte de Sobrero de aplicar plaguicidas para evitar daños a terceros y por lo tanto se ha violado la Ley de Plaguicidas Nº 6.599 y su Reglamentación.

Por JCB de ANALISIS DIGITAL

juan_cruz_butvilofsky@hotmail.com