Detienen a camionero entrerriano con 272 kilos de cocaína por dos millones de dólares
El chofer fue identificado como Sebastián Bouchet, oriundo de Rosario del Tala, quien quedó detenido en el acto.
La droga había sido arrojada desde avionetas en campos de Salta e iba rumbo a Buenos Aires. Secuestraron el cargamento de cocaína, que llevaba un camionero entrerriano, luego de 22 días de seguimiento. Hay tres detenidos.
El camión, Mercedes-Benz Atego patente colocada KGW-376, partió de Entre Ríos el 25 de abril y comenzó a subir: paró primero en Colonia Dora (Santiago del Estero), hizo otra escala en Rosario de la Frontera (Salta) y llegó a su destino final en Pocitos, el 12 de mayo. Pasó un día escondido en un galpón y comenzó a bajar rumbo a la Provincia de Buenos Aires previo paso por Taco Pozo y Monte Quemado (Chaco). Su destino final era José C. Paz. Ahí pensaba “coronar” la entrega de 272kilos con 214 gramos de cocaína boliviana, valuada en unos dos millones de dólares en el mercado mayorista bonaerense. Pero el cargamento fue cortado antes, a la altura de Campana.
Pocas horas después cayeron los organizadores del tráfico, José Alfredo Taberna y Normando Ángel Jaramillo, ambos salteños, que fueron detenidos en una camioneta, a la altura de Paso de la Patria, provincia de Corrientes.
El vehículo que transportaba la droga había sido detenido por Gendarmes en cumplimiento de una orden del Juez Federal de Salta, Julio Bavio, quien al activarse la causa dispuso de una serie de allanamientos y exhortos a Juzgados Federales de Corrientes y Entre Ríos, este último de Concepción del Uruguay que autorizó un allanamiento en Basavilbaso, donde los funcionarios secuestraron teléfonos celulares.
Seguido por 22 días
Por orden del juez federal de Salta Julio Bavio el pasado jueves 16 a las 7 de la mañana los gendarmes de la Unidad de Investigación y Procedimientos Judiciales (UNIPROJUD) de esa provincia frenaron la marcha del camión que habían estado siguiendo durante 22 días a través de casi 3000 kilómetros de rutas y caminos.
Tal como indicaban los indicios de la investigación llevada adelante por el fiscal Eduardo Villalba y la Procunar NOA, el Mercedes-Benz estaba cargado de cocaína. La droga estaba escondida en el acoplado, dentro de un buche que había sido tan bien soldado que los gendarmes tardaron horas en poder abrirlo, consignó el diario Clarín.
Allí mismo quedó detenido el chofer, Sebastian Bouchet, y pocas horas después cayeron los dos hombres señalados como organizadores del tráfico: José Alfredo Taberna y Normando Ángel Jaramillo.
Ambos fueron detectados y detenidos mientras iban en una camioneta, a la altura de Paso de la Patria, provincia de Corrientes. De acuerdo a algunas fuentes del caso se encaminaban a la frontera.
Lluvia de droga
“En las presentes actuaciones se investiga el tráfico internacional de estupefacientes desde el Estado Plurinacional de Bolivia hacia nuestro país mediante vuelos que aterrizan o bombardean la droga en las zonas rurales de la provincia de Salta o en el Norte de la provincia de Santiago del Estero”, explicó el fiscal federal de Salta Eduardo Villalba el jueves al solicitarle al juez Bavio 14 allanamientos y media docena de detenciones de las cuales se concretaron tres.
“Lluvia de cocaína”
Las actividades de esta banda (que con sólo mover la droga de Salta a Buenos Aires cuadriplicaba el precio de la cocaína) fueron detectadas en octubre de 2018 y en marzo de 2019 se determinó que el transporte se realizaba en un camión Mercedes-Benz propiedad de Jaramillo.
Fue así que comenzó el seguimiento de ese camión desde el 25 de abril hasta este jueves. La hipótesis de la lluvia de cocaína, uno de los métodos preferidos de los narcos que operan en el NOA, quedó una vez más confirmada cuando los gendarmes sacaron la carga de la batea del camión y parte de los ladrillos estaban mojados.
Esto ocurre porque desde las avionetas que parten de los pueblos de frontera en Bolivia se arrojan los paquetes con coordenadas aproximadas, en zonas de monte espeso. Caen donde caen, publicó Clarín.
A veces hay que embarrarse para recuperar la carga, pero el riesgo se recompensa. El mismo kilo que antes de subir a la avioneta costaba mil dólares, en territorio bonaerense sextuplica su valor. Como mínimo.