Educación emocional, una estrategia que busca combatir el bullying y la deserción escolar
El bullying, las dificultades en el aprendizaje, la falta de concentración y la deserción escolar son problemáticas cada vez más comunes en las escuelas, síntomas que van de la mano con las condiciones económicas y culturales de las sociedades modernas.
La educación emocional se propone como un interesante método para combatir estas dificultades. Su promotor, el psicólogo Lucas Malaisi, es autor de varios libros de la temática y de un proyecto de ley que ya fue aprobado en Corrientes y que busca que se extienda a otras provincias del país.
En diálogo con ámbito.com, Malaisi explicó que la educación emocional «es una estrategia educativa -no terapéutica- que se busca implementar en las escuelas con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los estudiantes a través del desarrollo de las habilidades emocionales, incrementando la inteligencia emocional».
«Así como se desarrollan las inteligencias múltiples, la lógico-matemática, la lingüística, la artística, la musical, la kinestésica, la inteligencia emocional también puede desarrollarse en las escuelas», expresó.
Periodista.: ¿Sobre qué aspectos trabaja la educación emocional?
Lucas Malaisi: Lo que buscamos es instalar hábitos salutógenos, es decir promover la salud. En lugar de hablar de prevención de la enfermedad, tratamos de que los chicos puedan construir un proyecto de vida, se conozcan a sí mismos. Hay una serie de técnicas por las cuales los alumnos hablan de sus sueños, sus deseos, sus habilidades, sus recursos, qué es lo que les gusta hacer y en función de eso pueden construir su futuro. Cuando tenemos un niño que está ocupado en un proyecto de vida, ya sea artístico, deportivo o científico, el que fuere, no cabe espacio para la patología. Una de las estrategias o modalidades de trabajo son ejercicios de meditación y respiración y tiene que ver con una cuestión absolutamente biológica donde la persona se conecta con el presente y ecualiza los latidos de su corazón. Este es un ejercicio que les permite calmarse y lograr la tranquilidad que es la plataforma del alto desempeño.
P.: ¿Cuál es el efecto concreto en los niños?
L.M.: El efecto en los chicos es que les mejoramos la calidad de vida en todos los aspectos porque construimos chicos que están comprometidos con lo que hacen, que pueden concentrarse, que tienen menos conductas sintomáticas, son en definitiva más felices. Pero aquí no hay soluciones mágicas. Los resultados han sido científicamente comprobados por muchísimas investigaciones, tal es así que hoy la Organización Mundial de la Salud dice que hay que trabajar en esta línea de las famosas habilidades para la vida. Son 10 habilidades de las cuales seis son habilidades emocionales.
P.: ¿Esto sirve de apoyo a las materias curriculares existentes o se plantea como contenido extra?
L.M.: Esto se hace de dos maneras, transversalmente o sea conjuntamente con otras asignaturas, entonces una profesora de matemáticas puede hacer educación emocional simultáneamente y en un futuro contemplamos crear el espacio curricular donde vamos a tener docentes de educación emocional específicos.
P.: ¿La educación emocional trabaja solo con los alumnos?
L.M.: No, además de trabajar con los chicos, la educación emocional contempla otros dos pilares que son escuelas para padres de educación emocional y educación emocional del propio docente para que éste pueda gestionar sus propias emociones. Para llegar a los niños hay que ocuparse de todo el contexto y hay que incluir a todos los actores sociales.
P.: ¿Cómo fue la experiencia de Corrientes?
L.M.: Esta propuesta no tiene precedentes, es nueva. Entonces, escribí un articulado de ley y lo estuve promoviendo por toda la Argentina. El año pasado se aprobó en Corrientes y es la primera provincia en tener una ley de educación emocional. Entonces en esa provincia ya empezamos el cronograma de capacitaciones para que los docentes ya implementen estas estrategias.
P.: ¿Cuál es la importancia de extender la educación emocional por ley a otras provincias?
L.M.: Lo que pretendemos es que esta ley sea tratada y votada en todas las provincias y también a nivel nacional. Lo que pasa es que muchos colegios que tienen recursos económicos acceden a estas tecnologías y se capacitan, pero los más necesitados son los que no tienen acceso. Entonces lo que queremos es que esto sea sistémico y que llegue a todos los niños para poder sanarlos antes de que lleguen los problemas y no esperar a que consuman drogas o caigan en otras problemáticas. Queremos transmitirles todos estos recursos en la infancia porque sabemos que los van a utilizar cuando llegue la adolescencia.
P.: ¿Dónde nació el concepto de educación emocional?
L.M.: Este concepto de educación emocional nace en Estados Unidos de la Emotional Intelligence, que se desarrolla sobre todo en el ámbito empresarial y que sostiene que las personas que disfrutan de lo que hacen están mucho más motivadas y son más productivas. Por supuesto, que después se dan cuenta de que más temprano en la vida se llegue a descubrir estas habilidades, mejor. En Estados Unidos, muchas escuelas tomaron este sistema pero no de forma global. Un esfuerzo muy importante se hizo hace cinco años en las Islas Canarias, donde todas las escuelas comenzaron a trabajar el aspecto emocional. En 2016, empezó a implementarse también en toda España.