El desplante a Alberto Fernández en el acto por sus tres años de gestión profundizó la interna en el Gobierno
La ausencia de gobernadores y de funcionarios identificados con el kirchnerismo y el masissmo desató una nueva ola de fuertes cruces con la Casa Rosada.
Es una historia repetida en el oficialismo: en las últimas horas volvió a recrudecer la interna en la cúpula del Gobierno, esta vez a raíz del desaire de funcionarios, gobernadores y dirigentes del oficialismo a Alberto Fernández en el acto en el que celebró los tres años del inicio de su gestión.
Es que hubo grandes ausencias de dirigentes del kirchnerismo y el massismo en el evento que encabezó el Presidente en las inmediaciones de la Casa Rosada y en el que volvió a deslizar sus intenciones de ir por la reelección en 2023.
Además de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que antes del acto ya había dejado trascender que no iba a estar presente, no estuvieron ninguno de los dirigentes de La Cámpora de peso, como el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro. El propio ministro de Economía Sergio Massa llegó cuando la celebración prácticamente estaba a punto de finalizar y los gobernadores peronistas tampoco fueron. Fue un golpe directo a las aspiraciones electorales del Presidente.
Ante este escenario, el primero en poner el grito en el cielo fue Marcelo Puella, un director de área del ministerio de Seguridad que responde a Aníbal Fernández. “Quien no está dispuesto a bancar a nuestro gobierno que se vaya. Es muy fácil hacerse el enojado y no bancar esta patriada quedándose sentaditos en sus despachos como funcionarios del mismo gobierno al que viven ninguneando”, señaló Puella, sin dar nombres propios.
“Acá nadie renuncia a nada, yo aprendí de muy chico que si algo no me gusta o no estás de acuerdo se debe dar un paso al costado, para tirar piedras hay que hacerlo teniendo autoridad moral y ética. Es intolerable tener funcionarios en las primeras líneas que le hagan un vacío al presidente. Vinimos juntos y la tenemos que pelear unidos, para poder levantar el país en este último tramo de la gestión”, sumó en un comunicado de prensa.
Las respuestas no tardaron en llegar: la diputada camporista Paula Penacca se hizo eco de una nota periodística que señalaba presuntas críticas en off de la Casa Rosada hacia Massa y De Pedro y disparó: “Cristina no va a ser candidata por la persecución, el hostigamiento y la proscripción a la que la sometió la mafia judicial y mediática. En la Casa Rosada parece que lo festejan porque aumenta las chances electorales de Alberto. Qué triste que además lo digan en un off”.
Si bien la interna en el oficialismo nunca se apaciguó, esta semana la tensión volvió a escalar como en otros momentos del año.
También recogió el guante el diputado massista Ramiro Gutiérrez, quien señaló que “mientras en la Rosada armaban actitos boutique”, el ministro de Economía “cerró las mejores licitaciones para la Argentina y bajó la inflación”. “¡Menos actos y más laburo!”, cerró.
El mensaje de Gutiérrez fue la primera expresión pública del massismo contra el albertismo desde la llegada de Massa al Ministerio de Economía.
El jueves, consultada sobre los faltazos de los gobernadores, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, afirmó que en el Ejecutivo no pasan “lista” en los actos y planteó no tener “ninguna duda ni preocupación” sobre la relación con los gobernadores peronistas. Pero con el correr de las horas la tensión escaló y el conflicto se hizo público.