Se cumplió la meta fiscal 2018, pero admiten ante inversores que no cobra por retenciones lo que había previsto. La inflación, aliada para cumplir con el FMI.

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El Gobierno cumplió la meta de déficit fiscal primario (antes del pago de intereses de la deuda) de 2018 contemplada en 2,7% del PBI. Pero de cara a este año en el ámbito oficial empieza a haber preocupación porque en un contexto recesivo el ritmo de recaudación es menor al previsto, algo que de mantenerse amenazaría el objetivo del déficit cero. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anunció que las cuentas del sector público no financiero registraron en 2018 un déficit primario de $ 338.987 millones lo que equivale a 2,4% del PBI, o sea una reducción de 1,4 puntos respecto al rojo de 2017. Esa mejora es producto de que los ingresos totales crecieron 30,2% mientras que los gastos ascendieron 22,4%, con una brecha favorable de 8 puntos. Dujovne destacó que “esta brecha positiva lleva 17 meses consecutivos” y que un período tan largo de baja constante de las erogaciones “no se verificaba desde el 2003”. También resaltó que “el esfuerzo fiscal” fue de 2 puntos del PBI.   En cuanto a la meta fiscal con el FMI, al computarse el programa de inversiones prioritarias ($ 35.263 millones), el déficit primario alcanza a $ 374.250 millones sobre una pauta de 378 mil millones, “lo que en términos del PBI es algo menos del 2,7%” comprometido con el organismo. Aunque el directorio del FMI hará una revisión del acuerdo en febrero, el ministro aseguró que, dado que el Banco Central también cumplió con las metas cuantitativas del programa, “vamos a acceder al desembolso correspondiente a marzo por $ 10.800 millones”. Dujovne se reunirá la próxima semana con la directora del FMI, Christine Lagarde en el marco del Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza.   Preocupación. En tanto, según pudo saber PERFIL, el equipo económico tiene “cierta preocupación” porque el ritmo de recaudación tributaria está siendo menor al previsto. Así trascendió de reuniones de funcionarios con inversores en los últimos días, donde admitieron que el cobro de derechos de exportación por ahora fue inferior a la esperada. En una presentación de septiembre, tras el anuncio de las retenciones adicionales, proyectaban derechos de exportación en 2018 por $ 165 mil millones, pero al cierre del ejercicio se habían cosecharon $ 114 mil millones. No obstante, una fuente de Hacienda comentó que “nosotros no cambiamos la estimación de 2019 de recursos tributarios, todavía no tenemos argumentos para modificarla”. Un inversor que participó de esos encuentros explicó que “confían que eso se compensará con la mayor inflación”.     A propósito, algunos economistas plantean que una inflación mayor a la prevista originalmente ayudó a cumplir con las cuentas en 2018, y también que incidirá positivamente en 2019, por el impacto en la recaudación de algunos impuestos como el IVA-DGI vinculado al consumo interno, Ganancias, Impuestos a los débitos y créditos, y algo en Combustibles. Mientras que el efecto en los gastos indexados –que representan el 60%– es más rezagado. Por ejemplo, por la ley de movilidad (por la que se ajustan jubilaciones y programas sociales trimestralmente) es con seis meses de atraso. Dujovne reconoció en la conferencia de prensa que “cuando la inflación es más alta, el crecimiento de la nominalidad de la economía es mayor, pero eso solo funciona como mecanismo para mejorar los recursos públicos si uno es disciplinado del lado del gasto, porque si los gastos acompañan también la inflación, en realidad, no hay ninguna ganancia”. De todos modos, concedió que “hemos sido muy disciplinados del lado del gasto”.   El ministro indicó que “el número de inflación relevante para calcular el impacto sobre los recursos tributarios es la inflación promedio que va a ser más alta”. Al respecto, una fuente oficial sostuvo que como “hubo inflación alta a fin de año, genera un arrastre y obviamente de recaudación para 2019”.   (Fuente www.perfil.com).