En medio de la campaña electoral, el gobierno argentino parece decidido a dejar el litigio para la nueva administración.

e1dbd5a63c4ed0737f4be57f243332f1_M

 

A una semana del fallo condenatorio multimillonario en el juicio por la expropiación de YPF, los demandantes salieron a denunciar que la Argentina «no quiere negociar».

Tras el fallo en la corte de la jueza Loretta Preska en el distrito sur de Manhattan, surgió un nuevo round entre el demandante, el ganador del pleito, el bufete inglés Burford Capital, y el Estado argentino.

Un escrito presentado por el estudio Kellogg, Hansen, Todd, Figel y Frederick, que representa al fondo Burford, asegura que «lamentablemente, la Argentina se ha negado a consultar con las demandantes de buena fe para preparar una presentación conjunta».

En su lugar, dijo que la República ha convertido un simple ejercicio de lectura del fallo en un ataque colateral a la orden de este Tribunal con su intención de volver a litigar asuntos ya resueltos.

Según Sebastián Maril, de Latin Advisor, esta negativa a negociar pondría al Estado ante una condena firme inminente.

“Si Argentina no acepta antes de este viernes sentarse con la parte demandante para redactar el fallo del juicio por la expropiación de YPF, sospecho que la jueza Loretta Preska accederá a dejar firme la sentencia con los daños propuestos por los demandantes”, indicó.

Además, el experto aseguró que el valor de la sentencia, según el cálculo de la corte americana, es de US$ 16.097 millones.

“Hoy se confirmó que la tasa de interés post fallo (post-judgment) es variable y se ajusta semanalmente. Esta semana está en 5,4%”, detalló.

Preska no puso plazos en el fallo del viernes último, pero les dijo a las partes que se junten a escribir el fallo con sus lineamientos, un procedimiento habitual en las cortes de EEUU.

«Ya no hay nada más que discutir y los demandantes pidieron reunirse. Según Burford, la Argentina no accedió a negociar. Entiendo que esto pasa porque van a apelar, porque el fallo ya esta y no va a cambiar. Argentina no debe querer quedar cerca de nada que signifique negociación porque sería, de alguna manera, aceptar el fallo de Preska, pero el riesgo de eso es que deje la sentencia firme solo con el escrito de Burford», explicó Maril.

En medio de la campaña electoral, el gobierno argentino parece estar decidido a dejar el litigio para el nuevo gobierno.

Argentina podría trabajar en un reconsideración del fallo (baja probabilidad), pedir una suspensión del caso hasta la llegada del nuevo Gobierno (algo con lo que el querellante podría estar de acuerdo también), o pelar.

“Si lo hace, creo que Burford va a apelar el fallo de marzo para tratar de que YPF vuelva a estar dentro de la causa y así presionar más por el impacto que tendría esa situación en las acciones de la petrolera”, sostuvo Maril.