El plan antigrieta del gobierno que une opositores, empresarios e intelectuales anti K
En estricta reserva y con mucha sorpresa por la convocatoria, dirigentes de la oposición, empresarios, referentes del campo o intelectuales no muy amigos el kirchnerismo pasaron en los últimos días por las oficinas de la Jefatura de Gabinete, ubicado en el primer piso de la Casa Rosada. Al salir de allí exponen muecas de optimismo y expectativa por una sencilla razón: el gobierno armó un equipo especial para terminar con la grieta en la Argentina y transitar hacia un esquema donde se fijen políticas de Estado.
En principio, la cuestión no parece ser un slogan de campaña electoral. Se trata de una decisión que tomó el presidente Alberto Fernández y que encomendó en el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y su equipo para desterrar de una vez en el país las antinomias y divisiones que dejaron en los últimos años los enfrentamientos entre kirchneristas y anti K.
El encargado de este objetivo es Fernando “Chino” Navarro, el secretario de Relaciones Políticas y Parlamentarias, que ya empezó a transitar en el camino del plan antigrieta del gobierno. Junto a Navarro trabaja también la Subsecretaría de la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete y la idea es interactuar con todos los Ministerios en el abordaje de cada tema.
“La idea de las convocatorias que estamos haciendo es dejar de lado las diferencias, tratar de ver en qué puntos hay mayor coincidencia y buscar temas para establecer políticas de Estado a futuro”, explicó “Chino” Navarro a Infobae al hablar del equipo que se encuentra coordinando desde el 10 de diciembre en la Casa Rosada.
Es un lineamiento similar al que planteó Cafiero en la entrevista que brindó a este medio cuando dijo sin vueltas: “En la Argentina hace falta fair play. Jugar bien es tener las cartas sobre la mesa, hablar con sinceridad, tratar de generar acuerdos, pero también dejar en claro que las decisiones políticas en algún momento se tienen que tomar, y esas decisiones políticas, bueno, conforman a algunos y a otros no”.
El secretario de la Jefatura de Gabinete no quiere dar nombres de quienes ya pasaron por sus oficinas para no herir susceptibilidades. “No queremos que quienes vinieron aquí con buenas intenciones piensen que los estamos usando políticamente”, justifica Navarro para mantener el hermetismo de los nombres y apellidos de famosos que estuvieron en el primer piso de la Casa Rosada.
Se sabe que el secretario de Relaciones Políticas ya estuvo con senadores y diputados de Cambiemos, con referentes de la Mesa de Enlace del campo, empresarios muy relevantes que durante los años del kirchnerismo se enfrentaron a Cristina Kirchner, dirigentes de la Iglesia, de ONG y algunos intelectuales ajenos al núcleo duro del poder.
En las reuniones que el equipo antigrieta encaró hasta ahora con estos actores de la Argentina se planteó la necesidad de abrir un debate sobre temas comunes, pensar cómo se puede salir de la emergencia económica con una mejor distribución de los fondos en el país, qué parámetros se deben usar para romper esa lógica amigo-enemigo y cómo bajar todo ello a la práctica para que no quede en la nada.
“No se trata de armar grandes mesas de café que no llegan a nada sino que habrá un calendario de trabajo y metas concretas”, explicó Navarro.
En lo inmediato, este equipo antigrieta planificó salidas de trabajo por el interior del país. Comenzarán en febrero por el norte argentino. Aún no está definido el lugar pero el esquema de trabajo será uniforme en todos los casos: el equipo de Navarro coordinará con otros Ministerios y el gabinete de alguna provincia la convocatoria a referentes del empresariado, los gremios, la sociedad civil o el campo para establecer un diálogo que rompa con las antinomias.
Otro de los referentes del gobierno que ya participó de algunas de estas reuniones acotó a Infobae que “muchas veces en las cámaras de TV se plantean debates que una vez que se apagan las luces se evaporan y aparecen las grandes coincidencias. En eso hay que trabajar, en acercar posiciones”.
En el gobierno admiten que durante el gobierno de Cristina Kirchner y después de la resolución 125 del campo se amplificó la grieta en la Argentina. Pero también aclaran que el gobierno de Mauricio Macri generó un fuerte marketing para cerrar la grieta aunque en la práctica no hizo nada.
La intención de fondo de toda esta apuesta es que se logren fijar algunas políticas de Estado comunes para encarar una Argentina donde haya coincidencias en temas centrales como el combate a la pobreza, la generación de empleo, la reactivación de la economía y los alineamientos con países vecinos.
Es el mandato que les pidió Alberto Fernández y que está llevan a la práctica en otros ámbitos de la gestión mediante la postura de “los lineamientos de la heterodoxia” en cuanto a medidas económicas o la “tercera posición” en materia de política exterior por ejemplo. Es decir, tomar referencias de distintos sectores, evitar los extremismos y buscar los ejes de coincidencia.
En este esquema se encuadra también la decisión del Gobierno de crear el Consejo Económico y Social donde diferentes actores del empresariado, los gremios y movimientos sociales confluyan en acuerdos sectoriales o políticas económicas determinadas.
El plan antigrieta del presidente Fernández constituye en este caso un doble desafío porque precisamente la expresidenta y ahora vicepresidenta Cristina Kirchner supo amplificar la grieta en la Argentina.