Ella en Rosario y él en EE.UU. dieron el sí en la primera boda virtual binacional por la pandemia
Durante la boda civil, vía plataforma Zoom, se casaron Agustina Vidal Montefiori, de 28 años y en Rosario y Scott Marmon, de 34 y emplazado en Nueva York, quienes dieron el tradicional ´si, quiero´ separados por 10 mil kilómetros de distancia.
La ceremonia se realizó a las 19 horas de la Argentina, ante el juez de Utah, y unos pocos amigos e invitados especiales que siguieron las alternativas de la boda desde las pantallas de sus dispositivos.
Agustina lució en la ocasión un elegante traje de novia de la conocida diseñadora rosarina Marcela Pandol.
La historia de Agustina y Scott parece rescatada de una película romántica: no faltan los capítulos de amor, suspenso, tensión e incertidumbre en la historia de esta pareja, que la pandemia por la Covid-19 separó y con eso alteró todos sus planes futuros.
Con la ansiedad lógica de toda novia que está a punto de dar el sí, Agustina contó a Télam que conoció a Scott en la ciudad de Denver (Colorado, EE.UU), hasta donde ella viajó en 2019 para hacer un intercambio cultural y se alojó en una casa de familia.
«Esa familia amiga de Scott nos presentó, organizaron una cena y así nos conocimos. Y desde entonces, nunca más nos separamos. Mi novio es de Nueva York, pero se mudó a Denver y tiene un máster en ciberseguridad», comentó.
En noviembre de 2019, ella regresó al país porque había terminado su intercambio y en enero de este año, el novio la visitó en Rosario:»Un día, muy al estilo americano, sacó los anillos, se arrodilló y me propuso casamiento», dijo emocionada la jóven novia rosarina.
Que la cancillería nos ayude a acelerar esos trámites y que Scott llegue pronto a la Argentina, porque ahora, además de mi marido, este es su país
Scott luego viajó a su país para preparar la mudanza, porque había decidido regresar a Rosario para casarse: «Tenía fecha de vuelo para el 22, pero el 14 de marzo se cerraron todas las fronteras por la pandemia y ahí quedamos separados», señaló.
A partir de allí, empezó un largo peregrinaje por los consulados de Chicago, Dallas, Los Angeles, Migraciones y Cancillerías, para que Scott pudiera viajar a la Argentina.
«Nunca entendieron que mi novio venía a casarse y a vivir a este país, que no viajaba en carácter de turista», apuntó Agustina.
Y añadió: «Ante cada planteo, las respuestas siempre eran negativas y nos decían que si no estábamos casados, Scott no podía entrar al país, ni siquiera firmando una declaración jurada».
Finalmente, y tras asesorarse con un grupo de parejas binacionales separadas por la pandemia «y de buscar mucha información, conseguimos que el Estado de Utah nos otorgue la licencia de matrimonio y poder casarnos vía online», detalló.
«El vínculo matrimonial ahora será apostillado por La Haya (método simplificado de legalización de documentos) y, con ese certificado, Scott podrá aplicar una visa de reunificación familiar, que tiene un valor de 850 dólares», explicó Agustina, alarmada por el costo del documento.
De esa manera, el jóven neoyorkino podrá ingresar al país y reencontrarse con su esposa rosarina, para cerrar esta historia que bien podría titularse ´El amor en los tiempos del Covid-19″.
«Que la cancillería nos ayude a acelerar esos trámites y que Scott llegue pronto a la Argentina, porque ahora, además de mi marido, este es su país», pidió por último Agustina.