Empieza el operativo oficial para recuperar reservas antes de las elecciones
La brutal caída de reservas del lunes por el pago del Boden 15 (se hundieron USD 4.741 millones) hace más relevante la batería de movimientos que empieza a hacer el Gobierno a partir de hoy. Saldrá a la cancha el ministro de Economía, Axel Kicillof, con su idea de licitar un bono nuevo como el Bonar 2020 que buscará captar algo de los casi 5.000 millones que se fueron por el Boden. Además, el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, emprende su viaje hacia Lima para participar de la reunión del FMI-Banco Mundial con una misión central: volver con unnuevo tramo del swap con China virtualmente firmado.
Por estas horas, hay incertidumbre en el Gobierno con el desenlace de ambos frentes. En el Ministerio de Economía reina mucha cautela ante la emisión del Bonar que tendrá lugar este martes. Después de las 15 horas, cuando cierra la licitación, se sabrá si el Gobierno logró «repatriar» algo de los fondos que se fueron por el Boden.
Economía se lanzará en conseguir USD 500 millones pero con la idea de que sea ampliable según lo que demande el mercado. El hermetismo en el Palacio de Hacienda es palpable. «No hay un piso o un techo de lo que podemos llegar a captar. Depende de muchos factores que marcan los mercados día a día. No se puede estimar», decían escuetamente anoche desde Economía a Infobae.
El mismo Kicillof en las últimas horas bajó el tono con esta emisión y habló de la tan mentada «volatilidad» que podría impactar en la emisión. Un portfolio manager del exterior le dijo a este medio que -a priori- no habría mucho interés de los fondos de inversión del exterior en comprar el Bonar 20 a lo sumo que el rendimiento sea atractivo.
El cupón que pactó Mecon es del 8% (inferior al Bonar 24, por ejemplo) por lo que el título debería salir por debajo de la par para que la tasa suba a 10% u 11% como buscan los inversores. Ahí el dilema lo tendrá Kicillof y Pablo López, el secretario de Finanzas, en el sentido de cuánto están dispuestos a convalidar.
El título en cuestión que lanzará hoy Economía tiene las siguientes características que detalla un informe del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC) que depende del Merval:
-Es un Bono de la Nación Argentina en dólares 8% con vencimiento en 2020 (Bonar 2020, cuyo código sería AO20) y «constituye una nueva alternativa para la reinversión de los flujos de fondos originados en el pago del vencimiento del Boden 2015″.
-Este bono, además, «contribuye a la creación de una curva de rendimiento para bonos en dólares«.
-En este sentido, el Bonar 2020 «permitirá mantener una inversión en un bono denominado y pagadero en dólares» para un plazo intermedio entre el Bonar 2018 (AN18) y el Bonar 2024 (AY24).
-Al igual que los demás bonos en dólares, se espera que este instrumento tenga un «mercado secundario líquido, en el que el inversor de mercado primario pueda vender el instrumento sin costos de liquidez significativos«.
Kicillof tratará de conseguir masa crítica que pueda comprar esta emisión. Sea entre inversores internacionales (que tal como adelantó este medio están en condiciones de hacerlo) como ahorristas privados locales (léase bancos, aseguradoras, etc.).
En paralelo, y para amortiguar que la emisión del bono fracase, Vanoli intentará cerrar un nuevo tramo del swap con China. El presidente del Central viaja este mismo martes hacia Lima para participar de la reunión del FMI-Banco Mundial que empieza formalmente el miércoles.
La línea de asistencia en yuanes tiene un tope equivalente a USD 11.000 millones y prácticamente ya fue utilizado en su totalidad por el Central. Por eso Vanoli ya tiene cerrada una reunión con funcionarios del Banco Popular de China (PBoC) en donde intentará ampliar el swap en alrededor de USD 5.000 millones adicionales. De esta manera la asistencia china a las reservas se ampliará en un equivalente a USD 15.000 millones.
De todas formas, fuentes del Central aclaran que cerrar el acuerdo con China (quien se mostró a favor de extender más líneas de ayuda como el swap) podría no ser automático. «Ellos tienen tiempos distintos a los nuestros y puede que se demore», admiten.
Sea como fuere, la mirada está puesta en recuperar reservas lo antes posible. Más aún, el Gobierno no quiere llegar a fin de mes con las elecciones presidenciales mostrando reservas en franca caída. Ya saben que el dólar ahorro y las ventas del Central en el mercado de cambios ante la menor oferta de divisas se mantendrán. Por eso la tarea de Kicillof y Vanoli es la de enderezar el barco. Cueste lo que cueste.
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