En el hospital San Martín se practicaron más de 70 neurocirugías por aneurismas cerebrales en 2018
En épocas de calor y frío intenso aumenta la incidencia de aneurismas cerebrales. El hospital San Martín de Paraná es uno de los siete efectores públicos del país que trata este tipo de patologías y el último fin de semana de enero realizó embolizaciones a tres pacientes de entre 40 y 70 años.
En la época de verano, debido a las altas temperaturas, hay mayor predisposición de las personas con factores de riesgos a sufrir un aneurisma cerebral, el cual consiste en el debilitamiento de la pared arterial. Las principales causas pueden ser la hipertensión arterial, el colesterol en sangre y el tabaquismo. Mientras que otras menos frecuentes son las enfermedades congénitas como riñón poliquístico y síndrome de Ehlers-Danlos (defectos en la producción del colágeno), entre otras.
El médico neurointervencionista al frente del equipo que realiza las embolizaciones en el efector es Raúl Maehara, quien sostuvo que el principal síntoma de un aneurisma cerebral es una cefalea severa que puede llevar al paciente a un coma o la muerte. Por esto, es importante la atención inmediata.
La embolización se trata de una neurocirugía mínimamente invasiva que interrumpe la hemorragia en vasos sanguíneos anormales, tanto en el cerebro como en otras partes del cuerpo. En otros casos, también se realiza este tratamiento para prevenir que se rompa el aneurisma.
Sobre la intervención, Maehara, indicó: “Cuando el paciente ingresa con aneurismas rotos se le coloca anestesia general porque debe estar totalmente inmóvil. Hemos tenido casos en que el aneurisma es de dos milímetros de largo por dos de ancho y si la cabeza llega a moverse medio centímetro puede llegar a ser fatal”.
La embolización endovascular se realiza a través de una punción en la arteria femoral, que es la principal que irriga sangre a las extremidades inferiores, y atraviesa la ingle. En ella se coloca una serie de catéteres hasta llegar a donde se localiza el aneurisma con un pequeño catéter, dentro del cual se instalan coils, que son micro espirales de platino, y de esta manera se bloquea el flujo de sangre. Luego del procedimiento, el paciente normalmente queda un día en terapia intensiva, ante la posibilidad de complicaciones.
En cuanto a los riesgos de la neurocirugía, Maehara manifestó que se dan “porque puede romperse el aneurisma mientras se lo está llenando, pero es menos riesgosa que la cirugía a cielo abierto en la cual se interviene la cabeza directamente. Por ello, es preciso atenderla con urgencia porque si resangra la mortalidad alcanza un 90 por ciento”.
Los aneurismas cerebrales tienen un 30 por ciento de mortalidad inmediata y en otro 30 por ciento de los casos, luego de recibir la atención médica, el paciente fallece o queda con secuelas graves. Cabe mencionar que son más frecuentes en los adultos que en los niños, y las mujeres tienen mayor probabilidad de desarrollarlos que los hombres.
En este sentido, el diagnóstico a tiempo es de suma importancia y por ello se aconseja que los familiares de primer grado -hermanos, padres e hijos mayores de 18 años- de personas que tuvieron un aneurisma cerebral se realicen una angioresonancia, es decir, un estudio de los vasos sanguíneos.
Finalmente, el especialista en neurocirugías indicó que una vez realizado el diagnóstico y detectado el aneurisma se procede a la embolización programada donde el paciente se interna, es operado y al día siguiente se le da el alta.