En la Argentina se dan más de 500 casos al año de meningitis bacterianas
En el país, se detectan alrededor de 8 casos por semana de meningitis: 3,7 casos causados por meningococo, de los cuales entre el 10 y 15% terminan en muerte y un 15% de los casos presenta secuelas. El resto son originados por neumococo, que alcanza un mortalidad del 20% y presenta secuelas en un 30% de los casos. Esta última bacteria está cubierta por vacunas que cubren el 85% de los 13 serogrupos existentes.
Los síntomas más frecuentes son rigidez de nuca, fiebre elevada, fotosensibilidad, confusión, cefalea y vómitos. Incluso cuando se diagnostica tempranamente y recibe tratamiento adecuado, un 5 a 10% de los pacientes fallece, generalmente en las primeras 24 a 48 horas tras la aparición de los síntomas. La meningitis bacteriana puede producir daños cerebrales, sordera o discapacidad de aprendizaje en un 10 a 20% de los supervivientes.
Una forma menos frecuente pero aún más grave de enfermedad meningocócica es la septicemia meningocócica, que se caracteriza por una erupción cutánea hemorrágica y colapso circulatorio rápido.
Es importante tomar conciencia de su prevención ya que REPRESENTA UNA DE LAS ENFERMEDADES DE MAYOR GRAVEDAD QUE SE OBSERVA PRINCIPALMENTE EN LA NIÑEZ, destacando que la mayor cantidad de casos fatales se da antes de los 5 años y por otro lado, en adultos jóvenes, con alta mortalidad.
La bacteria se transmite de persona a persona a través de gotas de secreciones respiratorias o de la garganta. La propagación de la enfermedad se ve facilitada por el contacto estrecho y prolongado (besos, estornudos, tos, dormitorios colectivos, vajillas y cubiertos compartidos) con una persona infectada. El periodo de incubación medio es de 4 días, pero puede oscilar entre 2 y 10 días.
Hay diferentes bacterias causantes de meningitis. Neisseria meningitidis es una de ellas, y puede ocasionar grandes epidemias. Se han identificado 12 serogrupos de Neisseria meningitidis, cinco de los cuales (A, B, C, W135 y X) pueden causar epidemias. La distribución geográfica y el potencial epidémico varían según el serogrupo.
Neisseria meningitidis sólo infecta al ser humano; no hay reservorios animales. Hay personas que son portadoras faríngeas de la bacteria, que a veces, por razones no totalmente esclarecidas, puede superar las defensas del organismo y propagarse al cerebro a través del torrente sanguíneo.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico inicial de la meningitis meningocócica puede establecerse a partir de la exploración física, seguida de una punción lumbar que muestra un líquido cefalorraquídeo (LCR) purulento. La identificación de los serogrupos y el antibiótico son importantes para definir las medidas de control.
La enfermedad meningocócica puede ser mortal y debe considerarse siempre como una urgencia médica. Hay que ingresar al paciente en un hospital, y el tratamiento antibiótico debe comenzar lo antes posible, de preferencia después de la punción lumbar, siempre que esta se pueda practicar inmediatamente.
Prevención
Las vacunas conjugadas bacterianas han cambiado dramáticamente la epidemiología de la meningitis infantil. Existen distintos tipos de vacunas.
Las vacunas a base de polisacáridos están disponibles desde hace más de 30 años. Dichas vacunas pueden ser bivalentes (grupos A y C), trivalentes (grupos A, C y W) o tetravalentes (grupos A, C, Y y W135).
Desde 1999 se dispone de vacunas conjugadas contra el meningococo del grupo C que han sido ampliamente utilizadas. Actualmente, en Argentina hay vacunas antimeningocócicas tetravalentes conjugadas (grupos A, C, Y y W135) para lactantes, niños y adultos.
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