Estiman que a fines de esta semana o la próxima podrían observarse los resultados de las medidas de restricción
El director general de Epidemiología de la provincia, Diego Garcilazo, consideró que a fines de esta semana o la próxima se espera que pueda verse reflejado el impacto de las medidas de restricción de los últimos días.
“Creo que los medios también ayudan a que la gente tenga un poco de idea de cuál es la situación sanitaria, que es lo más importante, y colabore a que disminuya la transmisión y podamos salir de esto”.
Si bien señaló que esa observación “nos da tranquilidad, nosotros queremos que esto impacte en los números también. Ya habíamos hablado que esta semana iba a ser durísima, igualmente la que pasó, pero esperamos este fin de semana o la semana que viene empezar a ver algún efecto en los números concretos, que es lo que a nosotros más nos interesa”.
Señaló que más allá de la cantidad de casos que se difunden en los partes diarios, “a nosotros lo que más nos interesa es evaluar cuándo la persona se enfermó y a eso lo sacamos con la fecha de inicio de síntoma. Esto es porque cuando se hacen los indicadores y se evalúa la situación epidemiológica, la curva epidemiológica que vamos evaluando es de acuerdo a cuando las personas se fueron enfermando y no de acuerdo a cuando se fueron notificando. Entonces por ahí uno puede llegar a ver un día 1.800 casos, al otro día 700, pero esos casos fueron ocurriendo en distintos días de la semana”.
En ese marco, si bien lo que se va siguiendo es la curva epidémica, “el número de casos que se va notificando obviamente que va a representar lo que pasó la semana anterior; y estamos en un promedio de casos muy altos”.
En cuanto al impacto de las medidas de restricción que se tomaron, dijo que “nosotros esperamos verlas recién a finales de esta semana o la semana que viene”, ya que “los casos que nosotros vemos hoy son de personas que se enfermaron la semana pasada; y los que se enfermaron la semana pasada, en general son personas que se contagiaron la semana anterior”.
Al hacer una diferencia de cómo se diseminó el brote el año anterior con el actual, recordó que “el año pasado evaluábamos la situación, si era comunitario o por conglomerado. En ese momento nosotros teníamos que empezaba en alguna localidad, después se iba derramando a otras. Primero en el AMBA, era una gran cantidad de casos, pasó un tiempo bastante importante hasta que las provincias empezaron a tener la circulación comunitaria. Y en la provincia nuestra pasó lo mismo: empezó primero Paraná, Gualeguaychú, después se fue derramando y por último fue Concordia. Entonces en un momento tuvimos gran cantidad de casos en Paraná en relación a Concordia y después en un momento Paraná bajó y Concordia empezó a subir, pero fue casi al final del año pasado. Hubo ahí un momento en que Concordia pudo estar con un poquito de casos también.
En cambio, dijo, “lo que pasó este año, y esa es la gran dificultad en este momento, es que ya había circulación comunitaria en todo el país y esta segunda ola agarra a todas las provincias, a toda el AMBA, y a todos los lugares al mismo tiempo, con un aumento importantísimo de casos; y eso genera muchísima tensión, no solo en lo que es el personal y los servicios de Salud, sino también el tema de los recursos”.
Recursos
En ese marco, hizo notar que “los recursos se van distribuyendo cuando los casos se dan en distintos tiempos, pero en esta situación, como pasa con el oxígeno, en todas las provincias, todos los lugares requieren los mismos recursos al mismo tiempo y esto es una gran dificultad”.
En cuanto a la situación de las camas, advirtió que “no sólo se evalúan por la cama en sí y el respirador en sí, sino también por el personal que puede manejar las camas de terapia”.
En ese sentido, señaló que “la dificultad más grande está, primero en el personal que puede estar capacitado para una terapia, que no se puede duplicar tan fácilmente; y a su vez, esta demanda que hay en todo el país principalmente de dos recursos, que es el oxígeno y la medicación para sedación, lo cual genera que las compras o la adquisición muchas veces queda desierta y esto produce una complejidad muy grande. Hasta ahora no ha habido faltas, pero sabemos que tenemos un límite y eso es lo que más preocupa, más allá del número de camas en sí”.
Aclaró que no se trata “de un problema económico, no es una falta de compra de cosas, sino que tiene que ver con otras situaciones. Es una cuestión de una muy alta demanda de todos estos recursos; y esta demanda tiene un límite”.
“La situación es que todas las camas que se pueden utilizar están, algunos establecimientos están al 100 por ciento, algunas camas quedarán libres, pero siempre hay una rotación y un giro de cama constante. O sea, cama que se desocupa, cama que se ocupa automáticamente. Eso es lo que estamos viendo”, acotó finalmente.